Un granadino salva la vida a dos pasajeros en un vuelo a Dublín
Juan Roca, médico en el Hospital Virgen de las Nieves ha sido reconocido por la aerolínea en la que viajaba tras una heroica actuación que salvó dos vidas
JOSE MENDOZA MAYO
Viernes, 25 de octubre 2019, 19:12
A Juan Roca le persigue su trabajo hasta en las vacaciones. Lo que el pasado parecía ser un vuelo normal entre Málaga y Dublín se ... convirtió en una doble sesión de reanimación para el médico de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Virgen de las Nieves, que tuvo que actuar en dos ocasiones distintas para salvar a dos de los pasajeros. Una intervención que le ha servido para recibir una carta de agradecimiento por parte de Ryanair, quienes han querido mostrar su agradecimiento «por venir y proporcionar su experiencia médica para ayudar a nuestra tripulación con la situación médica que ocurrió durante el vuelo».
Según ha relatado para IDEAL, tras apenas treinta minutos de vuelo, la mujer que se encontraba en el asiento de enfrente «se le cayó la cabeza y su hija se alarmó». Pocos segundos más tarde, tras ver que su madre no reaccionaba, la pasajera pidió ayuda, «comenzó a preguntar por un médico, e íbamos mi mujer, que es enfermera, y yo».
Tras constatar que la mujer carecía de pulso o respiración, los dos especialistas de la salud buscaron la manera de despertar a la herida: «Probamos varias cosas. Le dimos un golpe en el pecho, que no es muy convencional pero funcionó y la mujer comenzó a respirar. Estuvimos con ella, sujetando su mandíbula. Tardó en reaccionar pero al menos respiraba y había recuperado su ritmo cardíaco. Al final, tras unos 5 o 10 minutos, recobró la conciencia», ha recordado.
Después de unos minutos de calma, cuando parecía haber pasado lo peor, llegó nuevamente el caos al vuelo de la compañía irlandesa lowcost. «Estábamos con la mujer y de buenas a primeras, un señor unas filas más adelante se desplomó contra la bandeja de su asiento». Con la nueva emergencia, el intensivista se vio obligado a duplicar sus esfuerzos. «Le tumbamos en el pasillo, no tenía pulso y estaba muy frio. Nos pusimos a hacerle el masaje y recuperó el pulso. Estuvimos más de una hora cuidando de ambos».
Para este profesional de la salud, la ayuda de otros viajeros y de los tripulantes de cabina fue la esperada en una situación así. «Todos ayudaron mucho, cada vez que pedíamos algo, nos lo ofrecían rápidamente, algún viajero ayudaba sujetando las piernas al señor, todos hicimos lo que pudimos y, con suerte, pudimos salvar dos vidas», ha relatado, mientras recuerda que, pese a no estar de servicio, era su obligación: «No se te pasa nada por la cabeza en ese momento, estas de vacaciones, pero tienes los conocimientos y actuás. Estoy acostumbrado a reanimar y resolver este tipo de situaciones, pero igualmente fue una suerte, porque no contábamos con equipo para intervenir si hubiera ido a más».
No es la primera vez
Mucha gente tiene problemas para desconectar del trabajo, pero en este caso, es el trabajo quien parece perseguirle. Tal y como ha recordado, son más de cuatro veces las que ha tenido que atender una emergencia durante sus vacaciones: «Hace unos años salvamos a un niño de poco más de un año de morir atragantado. También en un vuelo a Madrid, desde Granada, subió un señor de Canarias con un edema agudo de pulmón. Él estaba en la fila adelante y lo vi nada más entrar y rápidamente avisé a la tripulación que ese señor no debía viajar. Era evidente que se estaba ahogando», ha contado, aunque la historia más «desagradable» ocurrió en Nueva York:
«Estábamos en un hotel de Manhattan y una mujer se desplomó. Estaba en parada cardíaca. Nadie se movía allí. Mi mujer y yo la atendimos, siendo unos inconscientes porque allí te pueden pedir indemnización por atender a un paciente así», ha recordado. «nadie se movió y tuvimos que reanimarla con las manos y bocas hasta la llegada de los paramédicos, que no trajeron desfribilador y se la llevaron».
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