Edición

Borrar
Antonio Gil de Carrasco en su despacho en el Instituto Cervantes de Argel.
El granadino decano de los directores del Instituto Cervantes que ha llevado el español a medio mundo: «Empiezo a pensar en volver a casa»

El granadino decano de los directores del Instituto Cervantes que ha llevado el español a medio mundo: «Empiezo a pensar en volver a casa»

Granadinos por el mundo ·

Desde 1992 Antonio Gil de Carrasco ha comandado la institución dedicada a la difusión del nuestro idioma en Mánchester, El Cairo, Alejandría, Tel Aviv, Damasco, Beirut, Estambul, Tokio y, actualmente, en Argel | Con 64 años, y tras una dilatada trayectoria profesional plagada de impactantes experiencias vitales, confiesa que en su mente está «la idea de la jubilación y regresar a Granada»

Carlos Balboa

Granada

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Domingo, 24 de febrero 2019, 02:08

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Toda una vida dedicada a la difusión del español por el mundo. El granadino Antonio Gil de Carrasco (1954) es el decano de todos los Institutos Cervantes, organismo al que ha dedicado gran parte de su vida profesional desde que en 1992 asumiera la dirección del establecido en Leeds y Mánchester y coordinara el de Liverpool.

De Carrasco dejó Reino Unido en 1998 para liderar el Instituto Cervantes de El Cairo y Alejandría, función que ha seguido desempeñado los últimos 27 años en diferentes países. En Egipto permaneció hasta 2002, cuando marchó a Tel Aviv. Más tarde desembarcó en Damasco (2004), Beirut (2007), Estambul (2008), Tokio (2012) y finalmente, hace dos años, en Argel. Atrás quedó su experiencia como profesor de francés y de drama en el colegio español de Portobello, y después como director de la oficina de educación de la embajada de España en Mánchester.

En 1996 el IRA puso una bomba en la calle Deansgate en Manchester, «donde estábamos rehabilitando la sede del que sería el nuevo Instituto Cervantes de Mánchester. Nos afectó rompiendo los cristales de algunas ventanas»

Han pasado ya más de tres décadas desde que Antonio dejara Granada. Sin embargo, reconoce que «vivir en países tan dispares no ha sido un problema» ni para él, ni para su esposa, María de los Ángeles Ibáñez Sánchez, «una durqueña que ha llevado el nombre de Dúrcal y de Granada por todo el mundo», tal y como nos cuenta. Mucho ha tenido que ver su «cómoda y sencilla adaptación» a las costumbres de cada una de los zonas donde han residido. «En todos hemos estado bien», admite, «pero si tuviera que elegir alguno», añade, «los dos nos quedaríamos con Siria por la bondad y hospitalidad del pueblo sirio, además de por su historia y cultura; no en vano Damasco y Alepo rivalizan por ser los centros más antiguos de la civilización».

¿Eres uno de los muchos granadinos por el mundo?

Manda un correo electrónico a la siguiente dirección: cbalboa@ideal.es. ¡Podrás aparecer en la web de IDEAL! ¡Anímate!

De la bomba del IRA a la invasión kurda

Este licenciado en Filosofía y Letras por la UGR acumula un sinfín de experiencias vitales que distan mucho de considerarse normales. Él mismo relata las más significativas e impactantes, entre las que destaca la bomba que puso el IRA en 1996 en la calle Deansgate en Mánchester, «donde estábamos rehabilitando la sede del que sería el nuevo Instituto Cervantes de Manchester. Nos afectó rompiendo los cristales de algunas ventanas», precisa. En 2003, ya en Tel Aviv, vivió la evacuación de todo el personal español, incluido el del Instituto Cervantes, por la guerra de Estados Unidos contra Irak. «Mi esposa fue evacuada pero yo decidió permanecer en el centro realizando las actividades habituales», recuerda. Cuando trabajaba en Siria se produjo el asesinato de Rafiq Hariri, dejando al país «totalmente aislado a nivel internacional, justo en el momento en que estaba negociando el cambio de sede del Instituto de Damasco a un edificio emblemático en el centro de la ciudad».

Cuando estaba al frente del Instituto Cervantes de Estambul sufrió la invasión de un grupo kurdo. «Aquello nos hizo aparecer en las noticias de todo el mundo»

Por si fuera poco, en 2006, en plena guerra de Hezbollah con Israel, tuvo lugar «otra evacuación de los españoles residentes en Líbano, a través de Siria, pernoctando en el Instituto Cervantes de Damasco que yo dirigía donde habilitamos más de 100 colchones para los evacuados. Entre ellos la periodista Maruja Torres, que lo narra en su libro 'Mujeres en guerra'», matiza. Cuatro años más tarde, el Instituto Cervantes de Estambul, que ya dirigía Antonio, sufrió la invasión de un grupo kurdo. «Aquello nos hizo aparecer en las noticias de todo el mundo», rememora.

Seúl y Tokio

Antonio relata así su experiencia en Seúl: «Aunque no había una sede del Instituto Cervantes, si abrimos un aula Cervantes en la prestigiosa universidad de Hankuk donde además de impartir curso de profesores y clases de español realizamos también actividades culturales, como si se tratase de una auténtica sede del instituto Cervantes. Fue una ciudad donde trabajé con mucha dedicación, con la ilusión de preparar la apertura de una sede del Instituto Cervantes que muy pronto será realidad», agrega.

También es presidente actual del cluster de EUNIC en Tokio, una asociación de la Unión Europea que engloba a todas las consejerías culturales en las embajadas europeas y centros culturales europeos. «En ambas ciudades hemos realizado actividades culturales conjuntas bajo la presidencia del Instituto Cervantes», revela.

Vuelta a Granada

Este ilustre granadino, que también atesora un Master en Lingüística Aplicada por la Universidad de Salford y es Doctor en Letras por la Universidad Metropolitana de Mánchester, se defiende en 10 idiomas distintos: español, inglés, francés, árabe, turco, japonés, catalán, italiano, portugués y hebreo. Además es recopilador y autor de dos libros de traducción editados por el Instituto Cervantes. «He tenido la suerte», destaca, «de que mi trabajo se haya visto reconocido con distinciones en España y en distintos países en los que he prestado mis servicios como Egipto, Siria, Israel, Japón, etc...».

Se defiende en 10 idiomas distintos: español, inglés, francés, árabe, turco, japonés, catalán, italiano, portugués y hebreo

Este continuo ajetreo a lo largo y ancho de todo el planeta ha provocado que, de cara al futuro, Antonio, considere seriamente una retirada a casa. «Con 64 años cumplidos, comienzo a pensar en mi jubilación y mi vuelta a Granada», confiesa. Y es que la tierra tira, y mucho. «Hemos echado bastante de menos la luz de Granada a alegría de sus gentes, las vistas de la Alhambra y Sierra Nevada, o del Valle de Lecrín, junto a los bares de tapas o cafés para compartir momentos especiales con la familia y amigos».

En este sentido, señala que «aunque podría seguir trabajando hasta los 70» cree que «después de haber trabajado 9 años en España y los últimos 33 años en el extranjero» el momento de regresar se acerca. «Espero tomar una decisión en uno u otro sentido antes de la próxima Semana Santa», concluye.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios