Un granadino atrapado en Dubái por las inundaciones: «No hay ni alcantarillas. Está todo colapsado»
Las intensas e inusuales lluvias anegan carreteras, hoteles o el aeropuerto de una de las ciudades más lujosas y comerciales de Emiratos Árabes Unidos, situada en pleno desierto
El agua encharca el desierto. Puede parecer inverosímil, pero las intensas lluvias han anegado Emiratos Árabes Unidos. El país de Oriente Medio ha vivido severas ... inundaciones en distintos territorios después de haber registrado su récord de precipitaciones en los últimos días. Dubái, uno de sus principales motores económicos, ha sufrido numerosos destrozos. Las autoridades han recomendado no salir a la calle mientras perdure el temporal. El agua ha invadido casas, hoteles y hasta el aeropuerto, dejando en tierra a millones de pasajeros. Uno de ellos ha sido Eduardo, un granadino atrapado a orillas del Golfo Pérsico.
Nacido y criado en la ciudad de la Alhambra, este residente en Australia se encontraba de viaje laboral a más de 18 horas de vuelo de su hogar cuando la tormenta decidió descargar su ira sobre Oriente. Tras pasar tres días en el país esperaba poder despegar rumbo a España este jueves. Una misión imposible debido a los caprichos del clima. «Llegué el pasado lunes a Dubái desde Gold Coast, la ciudad en la que vivo en Australia. Vine para conocer las oficinas y a los empleados que mi compañía tiene aquí en Emiratos, pero me han sorprendido unas lluvias muy fuertes que lo han inundado todo», explica Eduardo Carreras a IDEAL vía telefónica y encerrado en su hotel.
El granadino trabaja en Atarfil, empresa afincada en la localidad metropolitana de Atarfe que se dedica a la fabricación de geomembranas de altas prestaciones y otros materiales destinados a proteger el medio ambiente. Hace seis años recaló en Oceanía con el objetivo de expandir el negocio por el continente. Una tarea a la que se dedica estos días prácticamente en exclusiva desde su habitación tras quedarse confinado a raíz de la cancelación de su vuelo. «Toda la ciudad está inundada, como el aeropuerto. Su superficie parece una laguna. El agua lo cubre todo. Ante esta situación, han suspendido todas las salidas y llegadas hasta nuevo aviso», informa.
El grueso de las lluvias acumularon un total de 142 litros por metro cuadrado en Dubái entre el martes y el miércoles. Una cantidad de agua jamás antes vista en la ciudad emiratí desde que se empezó a contabilizar el historial hídrico en 1949. Un panorama que ha derivado en caos para la gran mayoría de sus habitantes. Calles anegadas, derrumbes de carreteras y casas, atascos kilométricos de varias horas... Unas consecuencias que obligaron al Aeropuerto Internacional dubaití a cancelar todos sus despegues y aterrizajes previstos, así como a prohibir el acceso a sus terminales a todos los pasajeros que no contaran con confirmación de vuelo de sus respectivas aerolíneas.
«En Australia son más habituales estos temporales. En los seis años que llevo allí me he acostumbrado en cierta medida, pero los emiratíes no lo llevan tan bien. Estamos en el desierto, aquí no llueve tanto. Apenas hay alcantarillas en la calle, por lo que sus ciudades no están preparadas para soportar tanta agua. El martes iba a visitar la fábrica de mi empresa, pero los propios trabajadores me recomendaron que no saliera a la calle. Hubo retenciones en las carreteras de 10 horas. Todo había colapsado», detalla Eduardo.
Cascadas naturales
Las precipitaciones también encharcaron su hotel. Asevera que varias plantas quedaron inundadas ante las intensas lluvias de Oriente. «El agua se colaba en las habitaciones. Por culpa del viento, llovía en diagonal y mi habitación daba justo a una ventana. De repente, empezó a formarse una cascada que mojó toda la habituación. Tuve que poner toallas para que empaparan y taponar la entrada. Fue completamente surrealista», rememora. Después de la tormenta, llega la calma. Las lluvias han empezado a remitir para alivio de todo el país, además de para Eduardo.
Espera que el aeropuerto resuelva su situación y poder despegar rumbo a España este mismo sábado. Será el fin de un viaje pasado por agua en mitad del desierto de Rub al-Jali, uno de los principales atractivos naturales de Oriente para los turistas. Este paraje forma parte del gran desierto de Arabia y abarca una gran cantidad de terreno de Arabia Saudita, Omán, Yemen y los propios Emiratos.
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