De Granada a la pequeña pantalla gracias a 'Fama, a bailar'
El bailarín y acróbata Antonio Javier Aguado, más conocido como Shyno, participó en el popular concurso televisivo en 2018, lo que le dio un pequeño empujón
Antonio Javier Aguado, conocido como Shyno en el terreno artístico, tenía una espinita clavada con 'Fama, a bailar', el conocido programa de baile emitido en ... televisión. Se había presentado a los castings allá por 2010 y no hubo suerte, pero había mantenido el contacto con el personal de producción. En 2018 le escribieron para pedirle perfiles de posibles candidatos, pero el suyo, en principio, no lo contemplaban. «Tenía 32 años y ya era muy mayor para el formato, buscaban gente jovencísima», explica. Como a tenaz no le gana nadie, se volvió a presentar. Pasó todas las fases y fue uno de los 16 participantes de aquella edición, la penúltima que ha habido.
Shyno, natural de Churriana de la Vega y residente en Armilla, es bailarín especializado en break y acróbata. Estuvo un par de semanas en el concurso y regresó otras tres veces después, incluyendo la repesca y la final. La experiencia le sirvió para conocer desde dentro el mundo de la televisión, relacionarse con otros bailarines de alto nivel y ganar visibilidad, ya que en la cuenta de Instagram que le crearon sus seguidores aumentaron considerablemente. «Fue un empujón, en un contrato que me ofrecieron a finales de 2018 el director me había visto en el programa y le había gustado», relata a sus 37 años. Por lo demás, cree que 'Fama, a bailar' no fue un punto de inflexión. «Ya me dedicaba al mundo del espectáculo y no me dio mucho más trabajo», admite.
Su gran escaparate ahora es precisamente Instagram. «Si no estás activo no te ven, lo miran antes que el curriculum. Hay que subir contenido profesional aunque te de pereza o no te contratan», confiesa. Por suerte, trabajo no le falta. El próximo mes volverá a Alemania, un mercado que ofrece muchísimas oportunidades, pero también ha hecho giras con el Circo del Sol, con una compañía canadiense o ha vivido en Londres.
Admite que a día de hoy trabaja más de acróbata que de bailarín y busca contratos «más estables, de meses». Cuando tiene parones, regresa a casa. «Otros vuelven a Madrid, donde hay más oportunidades, pero no me gusta. Granada es mi sede y me encanta vivir ahí, está siempre en mi corazón», asegura.
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