Granada llega al Corpus en vilo por los conflictos vivos en los autobuses y la basura
Los trabajadores de Rober exhibieron su fuerza con una huelga con seguimiento total, mientras los de Inagra votarán en las próximas horas si dan una tregua
El pulso de los trabajadores por no perder poder adquisitivo en un escenario de inflación desbocada ha prendido la mecha de la conflictividad laboral y ... Granada ya está viviendo sus consecuencias. La capital llega hoy al inicio de la celebración de la feria del Corpus con dos conflictos muy vivos en empresas concesionarias municipales que amenazan con poner en jaque dos servicios públicos fundamentales, como son los autobuses urbanos y la recogida de basura.
La negociación de los convenios colectivos de Transportes Rober, concesionaria del servicio de transporte urbano, y de Inagra, adjudicataria del servicio de recogida de basura, han encallado en el mismo punto: la cláusula de revisión salarial en función del IPC a final de año que exigen los trabajadores y que las empresas consideran inasumible. Las posturas siguen alejadas y, sin embargo, no se puede decir que no lo estén intentando, conscientes todas las partes de lo que se juegan ellos y la ciudad. En ambos casos, las negociaciones están siendo continuas y maratonianas.
Los representantes de los trabajadores y la dirección de Inagra se sentaron ayer más de nueve horas –sin parar ni para almorzar– en el Servicio Extrajudicial de Resolución de Conflictos de la Junta para tratar de evitar las consecuencias desastrosas de la huelga indefinida de basuras convocada para el lunes 13 de junio. A última hora de la tarde hubo avances importantes entre ambas partes.La empresa presentó una oferta mejor y se llegó a un acercamiento en la parte social, aunque no en la económica. El Sercla instó a los trabajadores a barajar la idea de posponer la huelga del lunes como gesto de buena voluntad para seguir negociando. Algo que tendrá que votar la plantilla en las próximas horas.
Empresa y trabajadores de los autobuses también acumulan extenuantes jornadas de negociación, que se prolongaban hasta la medianoche del jueves y que continuarán, en principio, este lunes. En el caso de Rober, tienen la responsabilidad de evitar los dos nuevos paros de 24 horas en los autobuses urbanos convocados para los días 15 y 17 y una huelga indefinida a partir del 20 de junio.
«Éxito rotundo»
Ayer la plantilla hizo una exhibición de fuerza de cara a presionar en la negociación con un paro de 24 horas que tuvo un seguimiento masivo y una manifestación que durante toda la mañana provocó cortes de tráfico en las arterias más céntricas de la ciudad. Según el comité de empresa de Transportes Rober, que calificó la huelga de «éxito rotundo», paró el 100% de la plantilla que no se vio obligada a cubrir los servicios mínimos. La empresa, que evitó dar datos de seguimiento, destacó el normal funcionamiento de los servicios mínimos que la Junta estableció en un 30% de los autobuses para las horas de mayor actividad (de 7.00 a 9.00 horas y de 19.30 a 21.30 horas) y en un coche por línea para el resto de la jornada.
Desde primera hora de la mañana, más de 400 trabajadores –la plantilla está formada por 560– se concentraban en las cocheras de la Rober, en la avenida Andalucía, para comprobar que todos los autobuses –a excepción de los 44 que cubrían los servicios mínimos– se quedaban aparcados. También la Policía Local y la Policía Nacional vigilaron en todo momento la concentración.
Pasadas las nueve de la mañana, 18 de los autobuses volvían a las cocheras y se quedaban solo 26 cubriendo el servicio, hasta última hora de la tarde, cuando salieron de nuevo los refuerzos.
Durante la jornada no se vieron grandes colas en las paradas –la mayoría de los usuarios estaban informados– aunque sí bastantes pasajeros habituales contrariados y desesperados por los retrasos de más de 40 minutos. «Hoy llego hora y media tarde a trabajar», lamentaba Pablo Sáez, que a las diez de la mañana seguía intentando subirse a un autobús N1 en La Caleta.
Desde allí a esa hora partía la manifestación, con más de 400 participantes, que obligó a realizar cortes de tráfico en dos tramos, en Constitución y en Camino de Ronda, y provocó por momentos que la circulación se congestionara.
«La plantilla está unida y fuerte. Aquí vamos todos a una porque pedimos lo justo. La vida ha subido mucho y no queremos perder más poder adquisitivo», comentaba Manuel Porcel, uno de los conductores que tuvo ayer que cubrir los servicios mínimos en la línea N6 pero agitaba por la ventanilla su chaleco amarillo para animar a sus compañeros.
Un corte de una media hora en el servicio del metro, provocado al invadir los trabajadores la plataforma a la altura de La Caleta, fue la única incidencia destacable de la manifestación, que culminaba en la plaza del Carmen a la una de la tarde y discurrió en un ambiente festivo, reivindicativo y con una potente banda sonora de silbatos, tambores y petardos. El único efecto positivo de un día de conflicto y preocupación para Granada lo vivieron los taxis, que con los autobuses urbanos fuera de juego hicieron una caja muy por encima de la de un día normal.
Desde Transportes Rober recordaban ayer que han puesto sobre la mesa ya ocho ofertas, la última con una subida salarial del 6,3% en dos años y mejoras sociales, y reprocharon a los trabajadores que no se muevan de su posición. No obstante, ambas partes reiteraron su intención de hablar hasta alcanzar el deseado acuerdo.
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