Granada homenajea a Miguel Ríos, que da nombre al nuevo pulmón verde del Zaidín
Las gafas no pudieron ocultar la emoción del artista y aún menos cuando un coro de personas ubicado entre los asistentes arrancó a cantar 'Santa Lucía'
Pablo Rodríguez
Viernes, 17 de marzo 2023, 20:47
A menudo, los lugares recuerdan a personas. Es un prodigio de la memoria, que enciende salones mentales insospechados. Ocurre que un puente es un padre ... y él mismo, un vecino. Un museo es una abuela. Un mirador, ella. A veces, el sitio despierta desconocidos que forman parte de la vida propia y se tiene, aun sin cruzar una palabra con ellos, por amigos. Puede comprobarse en Granada. Todo el verde de San Vicente, por ejemplo, grita el nombre de Federico. El poeta está en la cal y en la piedra. Vive en la sombra de los árboles. O en San Gregorio, donde, si se afina el oído, se puede percibir el eco de la caña y el polo de Enrique Morente. El cantaor está en los requiebros de los muros y hasta su garganta esmalta los chinos aterciopelados de la cuesta.
La ciudad cuenta desde este viernes con otro de estos rincones que avivan el genio, que recuerdan identidades. Es el parque Miguel Ríos, que lleva ya el nombre del mítico cantante. Más de 200 personas se han acercado al Zaidín para tributar un afectuoso homenaje al pionero del 'rock and roll'. Entre los asistentes, muchas caras conocidas de la política, como el alcalde de Granada, Paco Cuenca; la subdelegada del Gobierno, Inmaculada López; o el delegado de Cultura de la Junta, Fernando Egea, y de la justicia, como la magistrada del Constitucional Inmaculada Montalván. Pero también artistas y amigos del rockero, como el pintor Juan Vida, el batería Éric Jiménez, el mago Migue, el exfutbolista Pepe Macanás, el periodista Andrés Cárdenas, el productor Chema Ojeda o el disyóquey Paco Burgos.
Se hizo esperar
El homenajeado se hizo esperar, fiel a la tradición de este tipo de actos. Con una chaqueta oscura y sus inseparables gafas de sol, saludó afectuosamente a todos los que le salieron al paso: fans que le elogiaban sus canciones o que le pedían que estampara su firma en un libro y hasta una vecina que le recordaba de niño en su casa, sentado sobre las rodillas de su madre. Ríos sonreía rodeado de una nube de fotógrafos y se asomaba al gran espacio abierto en el que empiezan a florecer ya los más de 500 árboles de su parque.
Fue la primera teniente de alcalde, Ana Muñoz, quien arrancó el acto. La dirigente hiló un discurso plagado de referencias a sus canciones y destacó al artista como «un icono de la música, un pionero que abrió caminos». La responsable recordó que la decisión de bautizar el parque partió de los propios vecinos y reconoció que ningún otro espacio le encajaría mejor para recordar al artista que aquel que fue sede del Zaidín Rock, «cantera de la música», durante décadas.
Tras las palabras, Ríos y el alcalde descubrieron la placa que recordará al músico en los jardines. Las gafas no pudieron ocultar la emoción del artista y aún menos cuando un coro de personas ubicado entre los asistentes arrancó a cantar 'Santa Lucía'. El artista se acercó al público y sumó su voz a las de ellos para rememorar la que es, sin duda, una de sus canciones más conocidas.
La memoria del Zaidín Rock
El granadino tomó la palabra para agradecer el gesto. En un bellísimo discurso, recordó su paso por el parque, un lugar que dijo haber hollado «muchas veces» para cantar. Trajo a la memoria aquel Zaidín Rock en el que fue cartel para celebrar sus 25 años y destacó un evento que considera «un hito, el festival gratuito más antiguo que queda, un sitio de acogida que bendecimos las bandas». Ríos aprovechó la ocasión para romper una lanza en favor de la educación y la sanidad públicas y confirmó que, en los próximos días, cantará en un acto para que las pensiones «sean un bien inalienable escrito con letra en la Constitución». Fue el momento más reivindicativo de un Ríos que no quiso convertir el homenaje en un mitín y destacó el papel «libertador» de la música y, en especial, del rock and roll para «una juventud que hasta entonces había estado forzada a seguir los pasos del padre». El cantante se despidió reconociendo que tenía el corazón «lleno de cariño» hacia sus paisanos y mostró su deseo de «ver florecer» el parque.
Tras el artista, tomó la palabra el alcalde, que celebró el «compromiso» del músico. De él elogió su «apego» por la ciudad, hasta el punto de «llevar a Granada grabada en la frente», y lo puso de ejemplo para las nuevas generaciones «por el talento, por demostrar lo mejor de la humanidad, que es luchar, no conformarse y transmitir valores, por ser un referente que se ha hecho a sí mismo, con modestia y de forma directa».
Caía la tarde lentamente cuando se marchó Miguel Ríos, arropado por los suyos. Y quedaron los árboles recién plantados, las primeras flores y una puesta de sol que se hacía amor como en una de sus canciones.
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