El altar mayor de la Catedral recibe las reliquias de 16 nuevos beatos
Los mártires granadinos fueron beatificados por el prefecto romano
jorge martínez
Granada
Sábado, 26 de febrero 2022
A los nombres de fray Leopoldo de Alpandeire, María Emilia Riquelme, Manuel Medina Olmos o Diego Ventaja hay que añadir dieciséis nuevos beatos que desde ... las once y dieciocho minutos de ayer tiene la Archidiócesis de Granada. Todos los que ayer fueron protagonistas del acto eclesiástico sufrieron persecución y muerte en «los tristes acontecimientos dentro de un contexto anticristiano que se vivía en aquellos años», como refirió en su homilía el prefecto para la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Marcelo Semerano.
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Fueron catorce sacerdotes: Cayetano Jiménez, José Becerra, José Jiménez, Pedro Ruiz de Valdivia, Francisco Morales, José Frías, Manuel Vázquez, Ramón Cervilla, Lorenzo Palomino, José Rescalvo, Manuel Vílchez, José María Polo, Juan Bazaga y Miguel Romero. También figura en el cartel el seminarista Antonio Caba de 22 años y José Muñoz Calvo, un seglar, presidente de los jóvenes de Acción Católica, de Alhama de Granada.
Loja, Riofrío, Alhama de Granada, Motril, Almuñécar, Salobreña, Cádiar, Iznalloz, Arenas del Rey, La Herradura o la localidad malagueña de Coín fueron testigos de su ministerio sacerdotal y de sus testimonios de fe y así lo agradecieron también numerosos feligreses y familiares de todos ellos que acudieron y llenaron el cuerpo central de la nave principal de la catedral de Granada.
Una ceremonia de una hora y treinta y seis minutos que contó con la participación del coro de familias de la diócesis de Granada y los pueri cantores «aunque ya muchos han dejado de ser pueri», como reconoció el prelado granadino al término de la ceremonia. Ofrecieron una especial solemnidad a la celebración religiosa que estuvo acompañada por ciento veinte sacerdotes, seminaristas y doce obispos diocesanos entre los que figuraba el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses, y los prelados de Guadix y Málaga, próximos a la capital, además de la totalidad de los andaluces. Presidido por el prefecto romano Marcello Semeraro, estuvo concelebrada por el nuncio de Su Santidad en España, monseñor Bernadito Auza, y el prelado granadino monseñor Francisco Javier Martínez, acompañados también por el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, y el cardenal arzobispo de Valencia, monseñor Antonio Cañizares Llovera, anterior arzobispo de Granada e impulsor desde el primer momento de incoar los expedientes que finalmente ayer vieron concluida la fase final de proclamación pública de las causas, y luego arzobispo de Toledo y Primado de España.
Todos los nuevos beatos forman parte de la causa de Cayetano Jiménez Martín y del resto de compañeros cuya fase diocesana se abrió en el mes de julio de 1999, con el empeño y respaldo del sacerdote Santiago Hoces, presente en la celebración eucarística y posteriormente con el anuncio de la promulgación del decreto por parte de la Curia vaticana el 29 de noviembre de 2019, «antes del inicio de la pandemia», recordó el arzobispo de Granada. Han sido necesarios veintitrés años para esperar ese reconocimiento eclesiástico y pontificio. La celebración fue densa y cuidada, desde la organización de la catedral de Granada cuyo deán presentó uno por uno, las virtudes y datos biográficos de los nuevos beatos. Tras la lectura de la carta apostólica con los nombramientos del Papa Francisco, sonaba el canto litúrgico 'Christus vincit' y se descubría el gran tapiz que colgaba de la capilla mayor de la catedral.
Un fuerte aplauso mostraba la gratitud ante los nuevos beatos mientras en los ojos de algunos familiares se asomaba la emoción e incluso algunas lágrimas. Entre ellos Luisa Caballero, que llegó procedente de Moreda para recordar a Manuel Vílchez, natural de allí. «En el pueblo se conoce cómo ocurrió y cómo fue y el esfuerzo que se hizo por salvar su vida, pero finalmente no pudo llegar a Granada para ponerse a salvo», comentó.
Francisco Armenteros y Carmen Jiménez llegaron a la catedral desde la localidad alpujarreña de Alfornón y de Barcelona, respectivamente. Son sobrinos-nietos de Cayetano Jiménez y han recibido el testimonio de «la templanza con la que tranquilizaba a sus familiares». El único seglar era José Muñoz, de Alhama de Granada. María Angustias Velasco Muñoz, Ana María y Salvador, sobrinos del nuevo beato, recordaban que «él perdonó desde el primer momento y así se lo transmitió a mi madre, su hermana». «Ella nos ha enseñado a perdonar todo aquello y estamos hoy contentos aunque nos hubiera gustado que este momento lo hubiese vivido nuestra madre», comentaba Ana María emocionada.
También estuvo presente en la eucaristía de beatificación Patricia Mendoza cuyo tío-bisabuelo Juan Ortiz, era párroco de Cádiar. «Todo fue muy triste y hoy reconocerlo es un gesto de fe y gratitud enorme». «Aunque no todos mis familiares son de fe yo hoy pido al nuevo beato para que nos la aumente», apuntó.
Contexto anticristiano
En la homilía, el cardenal Semeraro dijo que «los santos, todos los santos, son don de Dios y por ellos la liturgia romana alaba al Padre y hace que de la fragilidad de los nuevos mártires surja su propio testimonio». «Los mártires que hoy veneramos, de esta maravillosa tierra, han dado testimonio de Cristo ofreciendo su vida en el contexto anticristiano de aquellos tristes acontecimientos en 1936», refirió el enviado papal.
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