La venta de aceite de Granada a Estados Unidos coge impulso sin el freno de los aranceles
Las empresas aceiteras se lanzan a recuperar el terreno perdido en el mercado americano tras la suspensión del gravamen que les ha hecho perder más de 7,5 millones de euros
Mercedes Navarrete
Granada
Sábado, 10 de julio 2021, 00:30
La recuperación de la normalidad comercial con Estados Unidos ha dado oxígeno al sector olivarero y está suponiendo un efecto revulsivo inmediato para las exportaciones ... de Granada, que en el pasado ejercicio envió diez mil toneladas de aceite al país americano y en esta campaña confía en ver crecer esa cifra al menos un 20%, según la previsión de Cooperativas Agroalimentarias de Granada.
Las cooperativas y empresas olivareras granadinas se han sumado con entusiasmo al aplauso general que la industria agroalimentaria andaluza daba la pasada semana al acuerdo alcanzado por la UE y el Ejecutivo de Biden para ampliar por un periodo de cinco años la suspensión de los aranceles agroalimentarios que se derivaron del conflicto por las ayudas entre las compañías aeronáuticas Boeing y Airbus.
El gravamen de hasta el 25% aplicado al aceite de oliva, además de a los vinos, el queso y otros productos de origen español que impuso el anterior Gobierno de Estados Unidos en octubre de 2019 ha supuesto unas pérdidas económicas de más de 7,5 millones de euros para Granada, según los cálculos de Cooperativas Agroalimentarias de Granada.
.
En cifras
-
7% Granada exporta a Estados Unidos el 7% del total de su producción, unas diez mil toneladas de aceite
-
100.000 En la pasada campaña la producción de Granada fue de 126.000 toneladas de aceite de oliva. La próxima no superará las cien mil, según UPA.
Pero el daño ha sido mucho mayor que el del coste de los aranceles si se tiene en cuenta el retroceso y la pérdida de competitividad que ha sufrido el aceite español en un mercado estratégico, al que Granada envía el 8% de su producción total. El sector olivarero granadino ha empezado ya a remar fuerte para ayudar a reconquistar el terreno que el aceite nacional ha perdido en Estados Unidos y a recuperar el liderazgo de exportaciones a ese país, que ha pasado a Italia.
«Este acuerdo nos devolverá poco a poco la normalidad a nuestras exportaciones. Han sido meses complicados. Temíamos perder este mercado prometedor, donde nuestras cooperativas oleícolas, principalmente, han hecho notables esfuerzos durante años para abrirse camino», explica el director de la Federación de Cooperativas granadina, Gustavo Ródenas. «Desde la Interprofesional del aceite de oliva habíamos trabajado muchísimo la promoción en Estados Unidos y en un año se pasó de consumir 300.000 a 400.000 toneladas. Hemos conseguido que se asocie el consumo de aceite virgen extra con salud y esto es muy positivo», esgrime Ródenas.
En este sentido cree que ahora, sin el freno de los aranceles, las perspectivas de crecimiento para el aceite español son optimistas ante un mercado potencial de 350 millones de habitantes. «Esperamos que nunca más los productos agrarios sean moneda de cambio en los conflictos entre países, no podemos poner en riesgo la alimentación, la continuidad de nuestros agricultores ni la viabilidad de nuestras explotaciones», sentencia.
Caída del 81%
Los aranceles hicieron que el pasado año las ventas de aceite de origen español ya envasado a Estados Unidos cayeran un 81%. Para sortear el impuesto y evitar perder cuota de mercado, las propias empresas aceiteras españolas y granadinas optaron por importar aceite de otros orígenes, sobre todo de Portugal y Túnez, para luego envasarlo en sus fábricas y venderlo con sus marcas al país americano. De ahí la paradoja de que Granada, siendo la tercer productora nacional, tras Jaén y Córdoba, comprara el pasado año casi doce millones de euros en aceite de otros orígenes. La importación de este producto, según datos de Extenda, creció en Granada un 118% el pasado año por esta circunstancia anómala.
Las ventas a Estados Unidos se salvaron por tanto –en total 28 millones de euros, solo un 0,4% por debajo del año anterior– pero con producto previamente importado. «Las empresas que tenemos oportunidad de comprar aceite de fuera no hemos perdido cuota de mercado pero otras marcas que venden denominaciones de origen se han comido el 25% de arancel y han sufrido una caída importantísima», comenta Luis Torres Morente, consejero delegado de Aceites Maeva.
En su caso, evitaron los aranceles comprando aceite a granel en Portugal o Túnez y envasando en sus plantas de España o Méjico, para exportarlo a Estados Unidos. Ahora la potente marca, que factura 80 millones de dólares anuales en Estados Unidos, vuelve a trabajar con el aceite español «y esta riqueza va a volver a Granada».
El mismo proceso han seguido en el Grupo Dcoop, cooperativa de segundo grado que en Granada integra a 19 almazaras. Ellos pudieron envasar directamente en Estados Unidos, en sus plantas de Baltimore e importar de Portugal. «Sin este arancel injusto volvemos a tener las mismas reglas de juego para competir y esto dinamizará sin duda las exportaciones. Tardaremos aún unos meses en evaluar los efectos pero ya se nota la tendencia alcista. Que la moratoria sea de cinco años permite hacer planes a más largo plazo y afrontar la próxima campaña con mucha ilusión y buenas perspectivas», apunta el director comercial internacional de Dcoop, Manuel Pérez.
Menor producción para la próxima campaña y precios al fin «decentes»
Las perspectivas de crecimiento de ventas en Estados Unidos llegan en un buen momento para la cotización del aceite de oliva, que después de dos terribles años de crisis de precios se ha recuperado y se sitúa por encima de los tres euros el litro. El aceite vale ahora un 50% más que a finales del pasado año. «El agricultor está para las buenas y las malas, hemos vendido a 1,70 y 1,80 el litro, por debajo de los costes de producción durante dos años y ahora que está por encima de los tres euros queremos cobrarlo», subraya Nicolás Chica, secretario general de UPA. Denuncia así las prácticas de la distribución de retener las compras en estos momentos o lanzar «bulos sin control sobre una mayor producción a nivel internacional» para tratar de paralizar las operaciones de venta con precios altos.
Chica esgrime que la próxima campaña de aceituna, la 2021/2022 viene corta de producción y no superará las cien mil toneladas en el caso de la provincia de Granada, una reducción del 25% con respecto a la actual, según han estimado los técnicos de UPA en un estudio detallado por comarcas.
«Vamos a llegar a la próxima campaña con un enlace de producción muy corto. El año pasado los olivos cargaron y este les toca descansar, además la climatología adversa del verano no hace pensar en una buena cosecha», asegura Chica. A falta de producción el reto pasa por mantener unos «precios decentes».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión