El Gobierno triplica su inversión anual en Granada para prevenir el riesgo de riadas en 24 pueblos

Llenos de impotencia y con los pies en el barro, aquel sábado 14 de septiembre, los miembros del equipo de gobierno de Las Gabias, el municipio más afectado, arremetían contra la Confederación Hidrográfica del Sur porque las ramblas estaban sucias y con el susto aún en el cuerpo se conjuraban para poner en marcha obras para que, si volvía a llover así, las consecuencias fueran menos desastrosas.

Un año después y con España ya en riesgo por las lluvias, en Las Gabias tienen las ramblas limpias y obras de renovación de redes en marcha en tres de las calles que se inundaron, gracias a una inyección de 110.000 euros de la Junta. Ahora esperan la subvención del Gobierno –han solicitado 400.000 euros– para poner acometer ocho obras más, cofinanciadas al 50% con el municipio, según explica su alcaldesa, Meri Sádaba.

La sensación generalizada en los pueblos que se llevaron la peor parte de las tormentas en 2019, como Las Gabias, Alhendín, Atarfe o Santa Fe en el Área Metropolitana es que, un año después, están mejor preparados ante el peligro de una próxima temporada de lluvias. Al menos el Gobierno ha invertido el triple que en un año común para prevenirlo.

Desde septiembre del pasado año hasta hoy, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ha llevado a cabo obras de urgencia y actuaciones de mantenimiento de cauces para prevenir inundaciones por valor de casi dos millones en la provincia de Granada (1.944.866,71 euros), según confirman a IDEAL fuentes del organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica.

El presupuesto habitual de mantenimiento y prevención por provincia ronda los 600.000 euros cada año, sin embargo tras los efectos de la dana en distintas áreas de Andalucía el Ministerio destinó un presupuesto especial para reforzar las actuaciones. En Granada las obras se han centrado en la eliminación de vegetación invasora para recuperar la capacidad hidráulica de los cauces, la retirada de restos de vegetales, la restitución de la secciones del cauce en zonas dañadas o estabilización de taludes.

Los trabajos, según la CHG, en la zona de Granada han beneficiado a 24 municipios: la propia capital granadina, Cenes de la Vega, Pinos Genil, Fuente Vaqueros, Santa Fe, Alhendín, Chauchina, Láchar, Otura, Las Gabias, Caniles, Benamaurel, Castilléjar, Galera, Cúllar, Cortes de Baza y Baza, Cacín, Calicasas, Huétor Tájar, Moraleda de Zafayona, Villanueva de Mesía, Campotéjar y Benalúa de las Villas.

Entre las zonas donde más se ha invertido este año, tras los daños de la tormenta de septiembre pasado, está el Altiplano, donde la CHG ha invertido 443.000 euros en la reparación de urgencia de los cauces. «Tras la visita técnica y sensibles a la petición de los ayuntamientos del territorio», la Confederación inició en octubre del año pasado la adecuación de los tramos de río de los principales municipios, entre ellos Baza, Benamaurel, Caniles, Castilléjar, Cortes de Baza, Cúllar y Galera, que suman una población de 35.000 vecinos.

Los puntos que más preocupan a la CHG son los incluidos en las denominadas «áreas de riesgo potencial de inundación», como el Río Genil, el cauce en el que más que se ha invertido, con 250.000 euros en obras, junto al Río Baza (200.000 euros).

«Es preciso recordar que las inundaciones fluviales son sucesos producidos por causas naturales y por tanto imposibles de evitar, aunque disponemos de una tecnología que permite, con las hipótesis necesarias para simplificar los modelos de simulación, prever las zonas inundables con el objeto de llevar a cabo una mejor gestión por parte de todas las administraciones competente», señalan desde el organismo.

Basándose en estos modelos y «en el escenario actual con un cambio climático que amenaza con intensificar los fenómenos de precipitación y sequía», en Granada se han ampliado las Áreas de Riesgo Potencial Significativo de Inundación (ARPSI) y se han incluido este año 32 kilómetros más, lo que suma un total de 308,7 kilómetros de cauces con mapas de peligrosidad.

Es una información fundamental para que los municipios, a través de sus planes de emergencias, puedan gestionar los riesgos de inundaciones. Otro de los aspectos destacables este año es que la CHG ha optado por demoler azudes que «han perdido su funcionalidad y suponen un peligro en caso de destrucción por una avenida». Se han retirado el azud del barranco de la Calera en Alhendín, el del arroyo de las Andas en Las Gabias y el del Río Cacín, en Arenas del Rey.