Las gasolineras de Granada piden reducir los servicios mínimos ante una caída de ventas del 90%
De las 275 estaciones de Granada, cien abren todo el día por mandato del Gobierno y las demás han tirado de ERTE, trabajan apenas un turno y cierran los fines de semana
«Los turismos ya no pasan por la autovía y los transportistas repostan en sus propias bases por lo que yo me he quedado ... aquí de ONG, abierto y sin facturar, solo por si alguno necesita entrar al baño». El lamento del propietario de una estación de servicio de la A-92 resume el sentir del sector que peor lo está pasando, económicamente hablando, de todos los considerados esenciales en esta crisis. Y es que mientras en los supermercados o las farmacias siguen las colas, las 275 estaciones de servicio granadinas llevan muertas desde que se decretó el confinamiento de la población para tratar de frenar la pandemia. Las ventas en general han caído por encima del 90%, según la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio, APES Granada.
Periodismo y compromiso
Al ser declaradas servicio esencial, las gasolineras tenían la obligación de mantenerse abiertas pese a no ser sostenibles económicamente en esta situación. De ahí que el sector estuviera en pie de guerra para reclamar unos servicios mínimos. Sin embargo, la orden del Ministerio para la Transición Ecológica, publicada el 9 de abril, que al fin flexibiliza la apertura del 50% de ellas, dándoles libertad para reducir al máximo su horario o incluso cerrar temporalmente, tampoco les ha dejado satisfechos.
«En Granada son unas cien estaciones, fijadas por el propio Gobierno, las que deben abrir en horario completo y siguen siendo demasiadas», alega el presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio, Fernando García. La orden da libertad a la mitad, pero las otras sí tienen que abrir. El 37% en su horario habitual y el restante 13% sólo está obligado a ofrecer un servicio mínimo de cinco horas de lunes a sábado.
Entre las que tienen que abrir durante toda la jornada figuran las que mueven mayores volúmenes y las ubicadas en autovías o junto a infraestructuras esenciales, como los hospitales o hipermercados. «El resto ha optado por reducir horario, apenas un 5% ha cerrado. En el caso de empresas que tienen estaciones en doble margen han cerrado una y algunas de las de zonas rurales. En muchos casos han optado por presentar ERTE para la plantilla y es el propio empresario el que está abriendo unas horas», explica.
El sector entiende que la orden ministerial que fija servicios minimos «es una chapuza» y no utiliza criterios correctos «porque no nos han consultado». «Con una caída del 90% de las ventas necesitamos una reducción mayor. Que las gasolineras abran solo de lunes a viernes y con horario limitado para no incitar a la gente a moverse», esgrime.
«Detrás de las estaciones no están las grandes petroleras sino pymes, familias», recuerda García, que insiste en la «ruina» que ha supuesto durante el primer mes la obligación de mantenerse abiertas sin facturar. «Somos el sector al que peor se nos ha tratado dentro de los servicios esenciales, al que más se le ha exigido y el que más está perdiendo», sentencia.
Desde la asociación provincial denuncian también que «les han dejado solos» a la hora de garantizar la desinfección de las estaciones y la seguridad del personal. «Nos obligan a abrir pero no nos envían a los militares de la UME a desinfectar. Nosotros no tenemos desinfectantes industriales, ni trajes de protección para el personal que tiene que limpiar unos baños», protesta el presidente, que asegura que solicitaron EPIs a través de la asociación y se los han denegado. Lo que sí han podido conseguir, no del Gobierno sino a través de una empresa, son unas mascarillas, «dos o tres por socio, que no son suficientes».
La otra gran preocupación de las empresas es el mantenimiento de las plantillas que suman más de 1.600 empleados en Granada. La mayoría de las estaciones han presentado un ERTE pero en la más absoluta «incertidumbre». «No sabemos nada de los ERTE, se supone que por silencio administrativo contamos con ellos, pero al no estar obligados a cerrar no tenemos la certeza de poder acogernos a la fuerza mayor, ni sabemos si luego los revisarán y hasta habrá sanciones», resume el presidente.
También preocupada porque la plantilla no esté aún cobrando prestaciones se muestra Mariola Moraga, de la estación BP de Íllora. «Hemos dejado solo un turno y compartimos cisterna con otras gasolineras porque los gastos son inasumibles», explica.
«Las gasolineras hemos sido rehenes de una mala planificación», opina por su parte Rafael Yanguas, propietario de dos estaciones de servicio en Motril. «Lo que queremos es salir de esta con las plantillas y para ello los ERTE son una manera de garantizar el empleo pero vamos a ciegas, no los están contestando», apunta.
La misma inquietud tiene Antonio Romero, otro empresario del sector, que ha optado por reducir horarios y cerrar fines de semana. Además, aunque no es obligatorio sino una recomendación, cuenta que la mayoría de las estaciones mantienen a los trabajadores dentro para su protección y venden a través de la ventanilla de 24 horas, una medida de seguridad que merma aún más la rentabilidad.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión