«Hay más frecuencias de buses para viajar a Madrid que para ir a medio Sacromonte»
En el Camino de Beas están «hartos» de que la línea C34 solo pase por esta zona cada dos horas o que la saturación de los coches les impida subirse a ellos
Sergio González Hueso
Granada
Domingo, 20 de octubre 2019, 01:28
El perfil de vecinos del Camino de Beas es muy determinado. En esta vía serpenteante que da continuidad a otro camino, el del Sacromonte, ... viven sobre todo personas mayores como Luisa. Ella tiene 84 años de edad y un cabreo monumental. Con ojos vidriosos hace un repaso a los problemas que tiene esta zona de la capital, que lleva tiempo preocupada por culpa, sobre todo, del transporte público. O mejor dicho, por la falta de él. 1.200 metros existen desde la parada de Puente Mariano a su casa. Lo sabe bien porque se lo ha tenido que hacer, a pesar de tener tantos años como achaques, un montón de veces andando por la falta de frecuencias. Y no cree que se a justo.
Lo mismo le ocurre a Consuelo, cuyo marido es invidente. También se emociona cuando recuerda un día que les dejaron a los dos en tierra porque el autobús iba hasta arriba de turistas. Lleno. Lo que tiene que provocar mucha impotencia teniendo en cuenta que para elC amino de Beas no es que haya demasiados autobuses cada día: pasa uno cada dos horas. «No hay derecho», subraya ella precisamente en esta parada que parte el barrio delSacromonte en dos mitades:una primera en la que tienen un servicio de transporte público normal y una segunda en la que es más fácil coger un taxi o echar andar, por mucha distancia que exista.
Este tema no es nuevo pero siempre está de actualidad. Cada vez que el autobús da la vuelta en Puente Mariano y deja a esta parte del barrio sin servicio reflotan las hostilidades. El presidente de la asociación de vecinos del Sacromonte, Francisco Ballesteros, lamenta la situación.Ha reunido a una veintena de personas para que cada una de ellas cuente sus malas experiencias con esta línea. El representante ve varios fallos grandes en la planificación de la C34, la adscrita al Sacromonte. El primero de ellos es que el autobús recorre cada 20 minutos la primera mitad del barrio olvidando a la segunda, donde solo pasa cada dos horas.
Y no todo el día, pues a las 20 horas acaba el servicio. «Yo salgo a las diez de trabajar, dime tú qué hago yo si quisiera volver a mi casa en transporte público como cualquier persona de otra zona de Granada», cuenta otra vecina, que introduce en la conversación otro de los problemas que tienen: el que solo haya dos coches para cubrir el recorrido. Estos ciudadanos opinan que el Sacromonte necesita tres. Primero porque los buses suelen averiarse muy a menudo, y con uno «se está vendido», critican. Segundo porque se conseguirían más frecuencias y tercero para evitar las saturaciones irritante. En el barrio recuerdan que el bus no solo es cogido por los vecinos, también una multitud de turistas hacen lo propio a diario. Esto provoca que encima sea posible que después de esperar dos horas a que pase un autobús, este te deje en la parada. Y hay otra cosa. Sí, una más: los tapones viales que provocan los microbuses que van a las zambras. Esto propicia que el horario no se cumpla por culpa de este tráfico anormal en una vía tan estrecha. Un «caos» circulatorio que, como todo lo demás, lo sufren sobre todo los vecinos.
De ahí que le pidan al Ayuntamiento que actúe de una vez. Que haga lo que no ha hecho en los últimos dos años, tiempo que llevan pidiendo los cambios en el servicio. Quieren un coche más y que todos lleguen alCamino de Beas. «Porque no es normal que haya más buses para ir a Madrid que para llegar a medio barrio del Sacromonte», concluye Ballesteros.
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