El fortín de Granada donde se guardan huesos, córneas y venas
El Banco de Tejidos de Granada los conserva a temperaturas bajísimas, listos para ser trasplantados cuando los hospitales lo solicitan
Al pensar en la donación de órganos y tejidos puede que se nos venga a la cabeza la imagen de una persona corriendo con una ... nevera en cuyo interior un corazón aguarda para ser trasplantado. En el quirófano de algún punto de España, un paciente en situación crítica lo espera para lograr salvarse. Suena algo peliculero, pero es lo que muchos entienden al mencionarlo. Hablamos de donación de órganos y tejidos, pero esta última palabra suele pasar desapercibida. Sin embargo, son de vital importancia y se trasplantan con mayor frecuencia. Además, Granada juega un papel fundamental, con un Banco Sectorial de Tejidos que distribuye huesos, córneas o vasos sanguíneos, entre otros, a toda Andalucía.
El Banco, que físicamente está en el Centro Regional de Transfusión Sanguínea de Granada, conserva y distribuye tejidos. «Se trasplantan todos los días y es más común, quizá en situaciones que no son tan de vida o muerte, pero son de gran utilidad. Si al año se trasplantan unos 5.000 órganos, son casi 30.000 tejidos anuales. Mejoran la vida de muchas personas», explica Jesús García, responsable técnico del Establecimiento de Tejidos de Granada.
Los tejidos tienen una gran diferencia con los órganos: la mayoría son almacenables. El proceso es el siguiente. Llegan a Granada, donde quedan en cuarentena mientras se realiza una rigurosa analítica al donante. «Hay que estar seguros de que no tiene una enfermedad transmisible o un tumor», detalla Jesús. Una vez confirmada su validez, se trasladan a los dos grandes centros de producción para Andalucía, situados en Córdoba y Málaga, donde se procesan. Después regresan a Granada, donde se conservan en el Banco para ser distribuidos como producto final con utilidad clínica a los centros autorizados que lo soliciten.
El Banco de Tejidos de Granada empezó su labor con los restos quirúrgicos de sustituciones de rodillas y cadera
Se pueden trasplantar casi todos los tejidos, aunque algunos se realizan de forma más esporádica. Los más comunes son los de córnea, huesos, vasos sanguíneos y válvulas cardiacas. También se pueden trasplantar tendones, piel, ovarios, membrana amniótica y hasta tejido del paladar. Generalmente se mantienen a -80 grados centígrados, pero cuando no se puede estropear la estructura celular (en vasos, válvulas cardíacas o células madre, por ejemplo) se disminuye la temperatura a -160 grados. La mayoría de los tejidos pueden conservarse durante cinco años, aunque en algunos casos este tiempo puede prolongarse. Por ejemplo, en los progenitores hematopoyéticos -células madre de la sangre-, utilizados para el trasplante de médula, este periodo se amplía a diez años.
Tiempo de vida
Cada tejido tiene su idiosincrasia. Uno de los más comunes es el de córnea, que normalmente no se congela, ya que se perdería «transparencia y propiedades ópticas». «Se conservan en fresco y se trasplantan en la misma semana, es relativamente urgente. La córnea que se dona en Andalucía encuentra destino rápido», aclara Jesús García. El resto de tejidos generalmente se puede almacenar.
Hay tejidos más desconocidos pero igual de relevantes, como la membrana amniótica procedente de la placenta, que se aplica en enfermedades oftalmológicas, úlceras tórpidas, reconstrucción de tímpanos y de meninges y pequeñas quemaduras. La donan mujeres que dan a luz principalmente por cesárea y se conserva hasta cinco años a -80 grados. El Banco de Tejidos separa esta membrana del resto, se realiza un procedimiento químico y se divide en fragmentos que se utilizan como parches quirúrgicos. «Cada vez se usa más, es un trasplante que está creciendo. Es muy útil como apósito, para poner por ejemplo en la zona del ojo que haya tenido una lesión, perforación, infección o tumor. La parte que se retira se puede sustituir de forma temporal o definitiva por la membrana amniótica de una mujer que ha dado a luz», explica el responsable.
Donante vivo
No todas las donaciones de tejidos proceden de alguien ya fallecido. También se pueden dar en vida. De hecho, el Banco Sectorial de Tejidos de Granada empezó su labor con los restos quirúrgicos de sustituciones de rodillas y cadera. «A la persona que se le reemplaza este hueso puede donarlo como fuente de hueso esponjoso. El de Granada fue el primero de Andalucía donde se hizo», apostilla García. También existe el autotrasplante de ovarios. A mujeres que vayan a comenzar a recibir quimioterapia se les extrae un fragmento de ovario antes de empezar el tratamiento para evitar que puedan quedarse estériles. Cuando finaliza, se les implanta su propio ovario. Este proceso se realiza actualmente en Sevilla.
La estructura en la donación de tejidos es muy compleja. Los profesionales tratan con familias que están pasando por su peor momento. Al preguntarles si quieren donar debe reinar la sensibilidad y la cercanía. Para que puedan realizarse, las muertes deben ser por causas imprevistas y pueden donarse órganos y tejidos o solo uno de los dos. «Depende de la voluntad de la familia, de los recursos del hospital y de lo que el coordinador vea más adecuado. Depende de la edad y la patología, alguien con osteoporosis podrá donar órganos, pero no huesos», detalla Jesús García. Los que donan regalan vida. Y no hay mejor forma de irse de este mundo que ayudando a otros.
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