Una familia okupa veranea en un chalé de 300.000 euros con piscina en Gójar (Granada)

No se privan de nada. El chalé tiene piscina, vistas a toda la vega, doble planta, cochera y un gran reclamo para estos días de calor, la piscina. Da igual que la casa no sea de estos okupas, da igual las molestias generadas al vecindario de la zona, da igual todo... la familia okupa –parece ser que procedente de Granollers– se ha hecho fuerte en la vivienda y no hay quien la eche de allí.

La propiedad es del banco de Santander y es la inmobilaria Aliseda la encargada de su venta. Esta inmobiliaria ya ha presentado la correspondiente denuncia para intentar promover el desalojo de estos molestos inquilinos, pero de momento ha servido de poco.

Hace algo más de una semana, la inmobiliaria Aliseda aprovechó que habían salido todos los okupas del chalé para cambiar las cerraduras e incluso instalar un sistema de seguridad para impedir que volvieran a entrar a la casa, cuyo precio de venta alcanza los 300.000 euros. La medida surtió efecto. Los okupas intentaron entrar de nuevo y no pudieron, incluso con la presencia de una patrulla de la guardia civil de la zona que impidió en todo momento que pudieran volver a entrar.

Han pasado apenas cinco o seis días, y ayer volvieron a entrar a la casa. De nuevo se han hecho fuertes y de momento no salen ni para tomar el fresco.

«Comprendemos a los vecinos y nos solidarizamos con ellos, hemos hecho todo lo que está en nuestras manos y nos prestamos a colaborar con las autoridades para acabar con esta situación lo antes posible», apuntaron ayer desde Aliseda.

No es la primera vez que la ocupación de chalés se pone de moda durante el verano. El 26 de agosto de 2016, los vecinos de la urbanización Monte Ébano de Otura mostraron sus quejas por la ocupación ilegal de ocho viviendas por parte de unas 30 personas. Tras la presentación de la denuncia y la presión del ayuntamiento otureño por aquel entonces, se logró solucionar el problema.

Desde Aliseda no se pronuncian si es o no habitual este tipo de ocupaciones, pero sí subrayan que es un «auténtico problema» tanto para ellos como para los vecinos. Tampoco es la primera vez que ocupan una vivienda en esta zona, concretamente en la calle Sauce número 10 de Gójar. Fuentes consultadas por este periódico han comentado que a la vivienda le han cortado el suministro de agua.

La guardia civil volvió ayer a la zona, pero poco podrán hacer si el juzgado no les autoriza a desalojar esta vivienda. Mientras llega o no esta decisión judicial, los 'tropecientos mil' miembros de la familia de Granollers podrán seguir disfrutando de las espléndidas vistas a la vega granadina, de los baños en la piscina o del resto de comodidades que puede facilitar una vivienda de 300.000 euros.Y en el otro lado, los vecinos tendrán que seguir soportando los desmanes de los okupas, con ruidos y todo tipo de molestias incluidas. ¿Nadie puede hacer nada realmente?