La familia con su negocio junto al desprendimiento: «fue un susto grande y ahora estamos muy bien»
El hotel La Higuera esquivó las consecuencias del desprendimiento por pocos metros
Beatriz Rodríguez, hija de los dueños del hotel-restaurante La Higuera, se llevó –probablemente– el susto más grande de su vida aquel domingo 29 de ... enero, cuando la montaña se vino abajo junto a este negocio familiar. Hubo suerte. Mucha. Y las bolas de piedra gigantesca cruzaron la carretera sin pillar a ningún coche por delante y respetando, por pocos metros, este local, donde la vida transcurría como cualquier domingo en plena temporada de esquí. «Fue un susto muy grande pero ahora estamos muy bien», señala la propietaria de este negocio.
Rodríguez recuerda aquellos días en los que pasó mucho miedo y cómo tuvieron que cerrar unos días hasta que se despejó la carretera, que estuvo afectada por los cortes.
Pero el negocio sigue viento en popa después de que el desastre pasara de largo aquella tarde de enero. «El verano ha comenzado bien. Hace calor así que esperamos que la gente suba a la Sierra en busca del fresquito», señala Beatriz Rodríguez, cuyo negocio está a pie de carretera y pudo ser protagonista de una catástrofe que esquivaron. La suerte estuvo de su lado.
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