La falta de 2.500 trabajadores especializados lastra el auge de la construcción en Granada
El resurgir de la obra pública y la residencial agrava los problemas de un sector que aún paga la factura de la pérdida del 78% de sus profesionales en la otra crisis y no logra atraer a los jóvenes
Quien tiene un oficial de obra capaz de liderar una cuadrilla «y dejar un tajo primoroso sin que luego haya que hacer repasos» tiene un ... tesoro. Lo cuentan en la constructora granadina Anfrasa donde valoran sobre todas las cosas a estos profesionales –que cobran sueldos por encima de los 2.300 euros– porque se ven fritos para encontrarlos. Y no solo tienen problemas para contratar a buenos oficiales. En las obras faltan desde peones de albañil, herreristas, soladores y ferrallas hasta escayolistas, pintores y fontaneros pasando también por los nuevos perfiles especializados en la instalación de renovables.
El déficit de mano de obra especializada en el sector de la construcción no es nuevo pero se ha vuelto un problema acuciante en este momento en el que las empresas viven un momento de auge de trabajo. Desde la Asociación de Promotores y Constructores de Granada estiman que el sector necesitaría alrededor de 2.500 profesionales especializados para cubrir la demanda de obras planificadas para los dos próximos años.
Y el desequilibrio es total entre los alumnos que cada año salen de los cursos de formación tanto públicos como privados que promueve el propio sector y la demanda real de gente que se necesita en los tajos.
El repunte de la obra nueva, con la construcción de promociones que pretenden dar respuesta a la demanda «embalsada» de viviendas existente en el Área Metropolitana y la capital y los residenciales de la Costa granadina, «que acaban de explotar» son dos de los factores que sustentan el auge del sector en la provincia. A esto se le suma, según explica el gerente de la Asociación de Promotores y Constructores de Granada, Francisco Martínez Cañavate el impulso que está suponiendo la reforma de viviendas surgida a raíz de la crisis de la covid y el mayor movimiento de obra pública, con proyectos por valor de 117,5 millones de euros en el primer semestre del año 2021, lo que supone un aumento del 133% gracias a las licitaciones de la Junta de Andalucía y la Diputación provincial.
«No entendemos por qué con la alta tasa de paro juvenil no logramos hacer nuestro sector atractivo»
francisco martínez cañavate (Asociación promotores y constructores)
Pero el problema de falta de mano de obra en las empresas del sector de construcción es de ámbito nacional. La Patronal del sector ha alertado incluso de que el déficit de profesionales de la construcción amenaza en España la ejecución de los proyectos que deberán acometerse con los fondos europeos de reconstrucción.
Retrasos
«Las constructoras tenemos un problema muy fuerte. Nos falta de todo. De hoy para mañana se te va una cuadrilla y te desencadena un desastre porque te rompe la planificación. Y lo sufren igual nuestras subcontratas, empresas especializadas en yeso, por ejemplo, nos dicen que no tienen capacidad de asumir el trabajo por falta de trabajadores y los retrasos son continuos», explica Ana Hernández, la directora comercial de Anfrasa, que construye viviendas y edificios públicos en Almería, Málaga y Granada.
Tanto Patronal como sindicatos coinciden en el análisis del origen del problema y tienen clarísimo de qué polvos vienen estos lodos. El sector en Granada aún está pagando aún la factura de los 33.600 empleos que perdió durante la anterior crisis tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, cuando sufrió una estampida de profesionales que se fueron al paro o buscaron refugio en otros sectores como la hostelería. Además de llevarse por delante a algunas de las principales constructoras granadinas, la crisis del ladrillo destruyó el 78% de los empleos del sector en Granada, que tocó fondo con 12.500 profesionales en los años más duros de la anterior recesión.
Sin cantera
La última oleada de la Encuesta de Población Activa sitúa en 18.200 los trabajadores actuales del sector en Granada, muy lejos de los 57.600 que llegó a tener en el pico de la burbuja inmobiliaria.
«Nuestra plantilla fidelizada está en torno a los 50, el problema es que se jubilan los que saben y no tenemos relevo »
ana hernández (constructora anfrasa)
«Aquella mano de obra cualificada que se perdió en la anterior crisis no ha vuelto, unos porque eran jóvenes y retomaron los estudios con otras perspectivas laborales y otros porque han cumplido años y ahora por encima de los 50 quedan excluidos por los empleadores», esgrime el secretario de la Federación de Industria, Construcción y Agro (FICA) de UGT en Granada, Francisco Ruiz Ruano. Y con ellos se ha perdido el trasvase de conocimientos de una generación que no ha formado a nuevos profesionales en ferralla, encofrado, albañilería o cerramientos. Revertir esa situación requiere un tiempo que ahora mismo choca con la urgencia de las empresas.
«Necesitan la mano de obra cualificada ya y eso es complicado. Es necesario un periodo de transición para que, utilizando como herramienta la Fundación Laboral de la Construcción, estos nuevos trabajadores del sector puedan capacitarse y dar respuesta a las necesidades de los empresarios», valora Ruiz Ruano.
Desde la Asociación de Promotores y Constructores recuerdan que existe un fuerte déficit de formación, entre otros factores por el hueco que dejó la desaparición del sistema de escuelas taller municipales y porque durante años la Formación Profesional para el Empleo, ahora reflotada por la Junta, ha estado desaparecida.
Cursos para formar a 285 alumnos a partir de noviembre
Tras una década de vacío formativo, la Junta de Andalucía ha rescatado la Formación Profesional para el Empleo con una oferta que en Granada incluye 17 cursos gratuitos de especialidades del sector de construcción. De estos cursos en los que la Junta invertirá 824.337 euros para incentivar la formación, saldrán 285 alumnos cualificados en materias como albañilería, revestimientos de pastas y morteros o fontanería y calefacción, según informan desde la delegación territorial de Empleo.
El mes de noviembre es la fecha prevista para el inicio de estos cursos, que se impartirán en el centro de la Fundación Laboral de la Construcción, entidad que ganó el concurso público. Estas instalaciones de diez mil metros cuadrados, en la calle Pedro Machuca, en la zona Norte de la capital están muy enfocadas a la formación práctica en el sector y atienden también las necesidades de oferta formativa de empresas, que solicitan cursos específicos. «Estamos expectantes con esta nueva convocatoria de cursos para desempleados de la Junta, la experiencia nos dice que a veces cuesta conseguir alumnos, esperemos que tengan buena acogida», señala el coordinador del formación en el centro de la FLC, Íñigo Santamaría.
«Vamos tarde y no hay cantera formada de la que tirar. El sistema público de formación es insuficiente y también se ha perdido la tradición de padres a hijos de llevar ayudantes a la obra», señala Martínez Cañavate.
«Es necesario un periodo de transición para que los nuevos trabajadores puedan capacitarse»
francisco ruiz ruano (UGT)
Las propias empresas promotoras han colaborado en la realización de cursos de formación que se han llevado a cabo con la financiación de la Diputación provincial y ahora confían en la nueva convocatoria de cursos de formación profesional para el empleo que impartirá la Junta, pero la cifra de alumnos seguirá siendo baja para las necesidades del sector. El gran reto, según Martínez Cañavate es atraer a los jóvenes. «No tenemos tirón entre los menores de 35 años y no se entiende que con un 38% de tasa de paro juvenil no seamos cubrir la demanda de las empresas», reflexiona.
El persistente recuerdo de las empresas que lo hicieron mal en los años de la burbuja o el miedo a que el sector les vuelva a expulsar cuando baje la demanda hace que muchos descarten la construcción, a pesar de que tiene condiciones laborales mejores que las de otros sectores.
«La construcción se ha reinventado, ahora hablamos de digitalización, de maquinaria especializada, de monitorizacion de procesos, de profesiones nuevas y modernas que nada tienen que ver con la vieja construcción», concluye Martínez Cañavate.
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