Los expertos piden mejor educación sexual y métodos de protección gratuitos
La impulsividad propiciada por el alcohol, la baja percepción del riesgo y la influencia del porno «coitocéntrico» y «sin barreras» favorecen los embarazos no deseados en las jóvenes
Inés Gallastegui
Granada
Sábado, 11 de enero 2025, 23:44
Los expertos coinciden: los datos del último informe del Ministerio de Sanidad sobre el aborto en España no son buenos. Más allá de lo que ... cada uno opine sobre la interrupción voluntaria del embarazo –«es como sacarse una muela» o «es un crimen»–, se trata de una intervención quirúrgica –o farmacológica, en su caso– que conlleva riesgos para la salud y, además, puede tener repercusiones emocionales negativas para las mujeres.
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El jefe del servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada y presidente del Colegio de Médicos en funciones, Jorge Fernández Parra, considera «muy preocupante» la realidad que refleja el informe de Sanidad: se emplean pocos métodos anticonceptivos, cada vez hay más abortos –en términos relativos– y algunas mujeres recurren a la IVE de forma reiterada, como si no fuera un recurso de emergencia sino un sistema más para prevenir embarazos.
«Nunca se había tenido tanta posibilidad de acceso a la información y nunca se habían tenido tantos métodos anticonceptivos, muchos de ellos con una alta tasa de eficacia –como los implantes o el DIU– y sin embargo las IVE crecen año a año», lamenta el también representante de la Sociedad Andaluza de Ginecología y Obstetricia.
«Es necesario que la Consejería de Salud apueste por disminuir el número de IVE en Andalucía»
Jorge Fernández Parra
Sociedad Andaluza de Ginecología y Obstetricia
A su juicio, las causas de esta situación son la falta de educación sexual en los colegios e institutos; el coste económico de los métodos anticonceptivos –«Todos están financiados, pero no significa que sean gratuitos»–; la «banalización del aborto» en la esfera pública –por ejemplo, en los debates parlamentarios durante las sucesivas reformas legislativas–; y la escasa percepción del riesgo por parte de los jóvenes.
Para Fernández Parra, la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía debería hacer «una apuesta por disminuir el número de IVE en Andalucía» con varias iniciativas. Para empezar, realizando campañas de concienciación y promoviendo la educación sexual en los centros educativos, «como dice la Ley de Salud Sexual», a cargo de profesionales sanitarios –matronas, médicos de familia, ginecólogos– o profesores con una formación específica impartida por estos. Además, ve fundamental que los métodos anticonceptivos sean gratuitos. Por último, considera que «toda mujer que se remite a un centro a realizar una IVE debería recibir consejo anticonceptivo por parte de la matrona o el médico de familia».
El porno y las barreras
La educadora sexual Maribel Casado no juzga los datos, pero se encuentra a menudo con jóvenes angustiadas ante la posibilidad de estar embarazadas. El Centro Juvenil de Orientación para la Salud-Punto Forma Joven de la Universidad de Granada, que ella coordina, realiza talleres educativos en institutos y facultades y ha atendido a lo largo de este año a 865 chicos y chicas que pedían ayuda o asesoramiento en materia de salud sexual y reproductiva.
El centro ha repartido gratuitamente 1.600 preservativos y 200 campos de látex –que previenen enfermedades de transmisión sexual en el sexo oral– , ha realizado 144 pruebas de VIH –con un positivo– y 28 test de embarazo, con tres positivos. «Por supuesto, jamás les decimos lo que tiene que hacer», explica, pero sí ofrecen información sobre los distintos escenarios a los que se enfrenta. «Al interrumpir un embarazo hay una historia a nivel emocional y físico. Algunas mujeres viven verdaderos dramas», asegura.
«Exigimos a los jóvenes que se protejan, pero no les facilitamos protección gratuita ni una educación sexual integral»
Maribel Casado
Educadora sexual en el Centro Juvenil de Orientación de Salud de la UGR
En los talleres y las consultas personales, Casado suele preguntar a los jóvenes cuántas horas de educación sexual han recibido a lo largo de su vida, y la mayoría responde que una hora en el instituto, o una charla en el colegio. Error, afirma: no hablar también es educación sexual; los roles sexuales desiguales en la familia son educación sexual; y el porno es educación sexual... de la mala. Aparte de la «apología de la violencia» y la «cosificación de la mujer», la pornografía «erotiza» el sexo «sin barreras», es «coitocéntrico» y obvia el principal órgano de placer de las mujeres, el clítoris.
«De forma cotidiana nos encontramos con chicas que encuentran resistencias por parte de los chicos a la hora de utilizar protección, incluso que la aceptan previamente y se quitan el preservativo en mitad de la relación», asegura. Según Casado, como las mujeres han sido educadas «para complacer», no tienen herramientas para defender su posición.
Alcohol e impulsividad
A ello se suma que a menudo las relaciones sexuales entre jóvenes se producen en un contexto de consumo de alcohol o drogas, donde hay mucha impulsividad, disminuye la percepción del riesgo y es mucho más probable no protegerse de embarazos y enfermedades de transmisión sexual.
«Hay un doble discurso hacia nuestra juventud –concluye–. Les exigimos que se protejan, pero no les facilitamos un acceso gratuito a la protección ni una educación sexual integral y transversal. Tampoco hay campañas de sensibilización y de prevención como el famoso 'Póntelo, pónselo' en las que se naturalice el sexo con protección».
La Consejería de Salud de la Junta de Andalucía rechazó valorar los datos del último informe del Ministerio de Sanidad.
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