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El tajo de San Pedro a los pies de la Alhambra. ideal
Expertos dirán cómo frenar la erosión de un tajo sobre el que se asienta la Alhambra

Expertos dirán cómo frenar la erosión de un tajo sobre el que se asienta la Alhambra

El escarpe, para el que se planteó la primera solución en 1841, está controlado por cámaras y a 21 metros del monumento

Laura Ubago

Granada

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Viernes, 26 de marzo 2021, 00:47

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Un comité de expertos determinará cómo frenar la erosión de un tajo en la colina sobre la que está la Alhambra y que supone el punto débil del conjunto monumental desde el siglo XIX. Para esta zona erosionada de La Sabika se planteó la primera solución en 1841 cuando se quería poner un muro de defensa longitudinal al río. Desde entonces, se han ideado múltiples fórmulas para controlar al escarpe y que este accidente natural no amenace la integridad del monumento. El socavón en la montaña avanza y nunca se ha llevado a cabo una actuación contundente por estar en una de las zonas más protegidas del mundo. Tocar en esa colina es delicado pero desde el Patronato de la Alhambra entienden que es el momento, algo que se propuso la última vez en 2016 con un proyecto que se quedó en el cajón.

Desde el Patronato explican que el asunto es lo suficientemente sensible como para que la solución se desprenda del consenso social y sobre todo de la voz de los expertos en la materia.

Tras pasar por la comisión técnica del Patronato, se ha creado un grupo de trabajo de especialistas, en el que están presentes los técnicos de la Alhambra, del Ministerio de Cultura y del Ayuntamiento para escuchar sus voces y plantear una solución técnica para este tajo –llamado de San Pedro– en movimiento, sobre el que se asienta el conjunto monumental.

Ayer tuvo lugar la primera de estas sesiones en la que expuso su visión José Miguel Azañón, catedrático del departamento de Geodinámica de la Universidad de Granada. También se espera que ofrezcan su perspectiva el arquitecto Pedro Salmerón y la responsable de prevención de Instituto Andaluz de Geofísica de la UGR, Mercedes Feriche, entre otros expertos. El Patronato de la Alhambra busca con esto dar con la solución idónea y respetuosa con el tajo y la zona pero que sea capaz de frenar su avance.

En el verano de 2019 el Patronato de la Alhambra –a través de un convenio con la Universidad de Granada– instaló cámaras y un sistema de monitorización para analizar los desprendimientos en el tajo de San Pedro. El objetivo es conocer de manera exhaustiva el comportamiento del conglomerado de la zona para afinar la solución técnica que evite daños al monumento. El sistema de control está ubicado en los edificios cercanos como el Convento de Zafra, el Museo Arqueológico, la torre y la terraza de la Iglesia de San Pedro y la Escuela Hogar Madre Teresa y permiten tomar varias fotografías diarias para una reconstrucción en tres dimensiones.

Además de tener el tajo controlado, el Patronato de la Alhambra quiere actuar y antes, trazar un plan teniendo en cuenta la opinión de estos expertos. La velocidad del retroceso de este talud no es constante y puede ser acelerada por fenómenos naturales adversos o actuaciones antrópicas. El ejambre de terremotos ha hecho que la atención vuelva a posarse sober este tajo, sobre el que se ha escrito mucho sin ninguna actuación contundente.

El último retroceso significativo se produjo durante el invierno de 2012, y afectó al camino perimetral de servicio y a la conducción del agua de riego, de tal forma que actualmente el escarpe dista tan solo 21,5 metros de la planta del conjunto monumental, con un desnivel respecto a este de 15 metros.

Desde 2013 se llevan a cabo mediciones periódicas de la superficie del tajo con escáner láser terrestre. Los intentos por frenarlo han sido muchos pero ninguno ha supuesto una actuación de calado en este talud.

En el último proyecto redactado (2016) se buscaba retranquear las infraestructuras (camino de servicio perimetral y tubería de riego), contener de la erosión y el retroceso y estabilizar de forma generalizada esta sima ante fenómenos adversos, pero no se llevó a cabo.

El cortado de 50 metros en la ladera norte de la colina de la Sabika ha garantizado históricamente la defensa de la fortaleza, pero también es su punto flaco. El paso del tiempo, avenidas de aguas, movimientos de tierra, acciones geológicas y otros accidentes naturales lo han ido erosionando.

Su estado siempre ha preocupado a sus conservadores. A lo largo de la historia están documentados algunos accidentes que han dañado su estabilidad.

Se estima que desde el año 1564 hasta la fecha actual la distancia entre la muralla de la Alhambra y el tajo ha pasado de 60 a 21,5 metros, y la altura, de 33 a 65 metros. Estas distancias se han determinado a partir de estudios comparativos hechos entre un grabado del año 1564 y fotografías y planos de épocas recientes.

90 grados

El talud de San Pedro conocido al que se enfrentan ahora los expertos es un escarpe de unos 65 metros de altura ubicado en la ladera norte de la colina de la Alhambra, conformado por dos superficies que forman prácticamente 90 grados.

Uno de los rasgos más llamativos de este tajo es la presencia de fallas normales que cortan a toda la secuencia. Estas fallas son un factor condicionante ya que pueden considerarse canales de filtración de agua a través del material llamado 'conglomerado Alhambra'.

El comité de expertos, creado a petición de la directora del Patronato de la Alhambra, Rocío Díaz, será el que determine ahora qué solución se le da a este tajo, que supone una preocupación y una amenaza –a futuro– a la estabilidad del conjunto monumental alhambreño.

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