Juan Castilla Brazales | Director del Patronato Federico García Lorca
«Mi experiencia me ha enseñado a tender puentes, no a dibujar fronteras»Doctor en Semíticas e investigador del CSIC, es además escritor y en esta entrevista muestra sus considerables dotes para la diplomacia
Juan Castilla Brazales, doctor en Filología Semítica, investigador del CSICy novelista, fue nombrado el pasado mes de marzo como director del Patronato Federico García Lorca. ... Sus conocimientos y dotes diplomáticas le van a ser muy útiles para la responsabilidad que afronta este lorquiano convencido.
–¿Quién es Lorca para usted?
–Es una brújula cultural, y representa lo mejor de la sensibilidad, la inteligencia y la rebeldía creativa; un poeta que nunca se fue del todo, porque su palabra sigue viva. Es también un símbolo de lo que ocurre cuando el talento y la libertad se encuentran en un mismo cuerpo; de lo que ocurre cuando la intolerancia intenta silenciar lo que no entiende.
–Viene del mundo de la investigación histórica. ¿Qué cree que aportará su experiencia previa a la gestión del Patronato?
–La investigación me ha enseñado a mirar despacio, a no conformarme con lo superficial, a buscar siempre el porqué de las cosas. Creo que eso es esencial para entender a Lorca en toda su dimensión, más allá del mito. Durante años he trabajado en la recuperación de memorias olvidadas, lo que me ha hecho muy consciente del valor que tiene el patrimonio intangible: las palabras, los gestos, las huellas. Lorca forma parte de ese patrimonio que no se puede tocar, pero que nos toca a todos.
Mi experiencia en el mundo árabe–islámico, y más específicamente andalusí, me ha enseñado a ver puentes donde otros ven fronteras; a entender que la cultura no se guarda en vitrinas: se comparte, se reinventa, se actualiza. Por lo que respecta a la gestión cultural, he aprendido que tan importante como conservar es saber contar. Si no contamos bien lo que hacemos, si no emocionamos, si no conectamos, la cultura se convierte en un museo cerrado. Y Lorca no fue un poeta para museos, sino para plazas, teatros, caminos y corazones.
«Pretendemos convertir el legado lorquiano en un motor de pensamiento»
–¿Cuál es la impronta que le gustaría dejar durante este tiempo?
–Cuando se hable en el futuro del Patronato, me gustaría que se dijera que se volvió más abierto, más vivo y más necesario; que se convirtió en un lugar donde Lorca no sólo se recuerda, sino en un espacio donde se dialoga con él; que no sólo se conservó su legado, sino que se compartió con nuevas miradas, nuevas voces, nuevos públicos…
–¿Se plantea un largo recorrido en el Patronato?
–No creo en los cargos como destinos vitalicios. Estoy aquí para aportar mientras tenga algo útil que ofrecer. El tiempo lo dirá, pero prefiero ser eficaz a ser eterno. Cada etapa vital tiene su sentido, y esta me llega con la experiencia suficiente para saber que lo importante no es durar, sino dejar huella.
–¿Cuáles son sus prioridades?
–En primer lugar, convertir el legado lorquiano en un motor de pensamiento y cultura contemporánea. En segundo, impulsar actividades que conecten a Lorca con las nuevas generaciones, con los creadores actuales, con el público local, nacional, internacional… El nombre de Lorca debe resonar aún más en los institutos, en los escenarios, en las Redes Sociales, en los festivales. Su obra debe servir para tender puentes entre tradición y vanguardia, entre memoria y creación.
Creo que es muy necesario reforzar aún más la presencia del Patronato en el ámbito educativo. Federico fue un defensor de la enseñanza como motor de igualdad. No podemos desligar su figura de esa vocación pedagógica. Por eso, ya vienen impulsándose nuevas líneas para escolares, y lo mismo se hará para institutos y jóvenes artistas. Lorca no es un escritor del pasado: es una semilla para el futuro.
–¿Cuáles son las carencias que tiene el Patronato en la actualidad? ¿Y sus fortalezas?
–Estamos trabajando en mejorar algunos aspectos, porque queremos estar a la altura de los tiempos, pero prefiero destacar la gran fortaleza con la que contamos: el propio Lorca. Su nombre abre puertas, genera interés, despierta emociones. Además, el equipo humano que he encontrado en el Patronato es excelente: comprometido, preparado, con una clara conciencia de misión. Contamos también con unos colectivos lorquianos que sienten que este lugar les pertenece. Todo ello en su conjunto conforma una alianza sumamente poderosa.
«Queremos que ese día no sólo mire hacia atrás, sino también hacia delante»
–Hace poco se anunció la compra del legado de Joaquín Amigo y la incorporación de parte del de Juan de Loxa. ¿Qué aportan ambos legados al Patronato?
–Contexto y profundidad. Joaquín Amigo representa la cercanía personal, la Granada íntima de Federico. Su correspondencia, sus documentos, sus recuerdos nos ayudan a humanizar la figura de Lorca. Y Juan de Loxa representa el compromiso cultural y político con su memoria en tiempos difíciles, cuando hablar de Federico no era tan fácil ni tan cómodo como ahora. Son dos miradas complementarias que enriquecen la visión del poeta.
–¿Cuáles van a ser las claves de su relación con la Fundación Federico García Lorca?
–Respeto, cooperación y conciencia de compartir unos mismos objetivos. Hay muchas cosas que nos unen: el amor por la obra de Federico, el deseo de preservarla y difundirla, la vocación internacional. Si sumamos, ganamos todos. La figura de Lorca es demasiado valiosa para que existan fronteras institucionales. Hay que unir voluntades, talentos y medios.
–Queda pendiente una ampliación espacial del Museo Casa Natal con la adquisición de los inmuebles vecinos. ¿Qué se ha previsto para dicha ampliación?
–Ya se ha comprado la casa colindante y estamos a la espera de poner en marcha la ejecución de la obra de ampliación. Pero no se trata sólo de una cuestión de metros cuadrados, sino de posibilidades. El objetivo es ganar espacio para exposiciones temporales, talleres, encuentros y actividades educativas. Queremos que la Casa Natal deje de ser sólo un lugar de visita y se convierta en un lugar de estancia, de participación, de creación. Vamos a trabajar en nuevos planes museográficos para que esa ampliación no sea sólo física, sino conceptual, con nuevas tecnologías, con nuevas narrativas.
–¿Cómo va a ser este año la conmemoración del asesinato de Federico García Lorca?
–Seguirá la línea emprendida por el Cinco a las Cinco de este año, cuando apostamos por galardonar a un artista de la talla de Amancio Prada. Particularmente, me gustan los actos sobrios, enlazados quizás con el alma más genuinamente granadina. Queremos que ese día no sea sólo un homenaje, sino también una invitación a la reflexión. Habrá música, memoria viva. Lorca lo merece. Queremos que ese día no sólo mire hacia atrás, sino también hacia adelante. Porque el asesinato de Federico no sólo fue una tragedia, sino un doloroso y dramático modo de prevenirnos sobre lo que se pierde cuando el odio gana al arte.
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