Estancos y hasta peluquerías venden un componente de la marihuana en Granada

No es 'maría', pero sí es uno de los 'ingredientes' de la 'maría'. En principio, no 'coloca', no tiene un efecto estupefaciente. En cualquier caso, y a dado que existe una especie de limbo legal, en España no podría despacharse el CBD para ser ingerido, para hacerse porros o infusiones, por ejemplo. De ahí que se comercialice como si fuera un cosmético o para darle un uso «ornamental». Pero la realidad es que la mayoría de los que compran CBD es para consumirlo. Así lo reconoce un estanquero de la capital granadina que vende cannabidiol a ocho euros la bolsita. «Ya lo que haga cada uno con eso...», indica, al tiempo que reitera que para él es un objeto de «adorno», una suerte de souvenir. Si alguien se lo fuma, no es su problema. Allá cada cual.

La oferta es amplia. «Sí, hay varias marcas», indica el estanquero. Y algunas de ellas son autóctonas.

Lo cierto es que la conducta del titular del negocio no es ilegal. Quizá se podría decir que 'alegal', pero igual ni siquiera eso.

Además, el CBD también se puede encontrar ya en farmacias, tiendas para mascotas y hasta peluquerías de Granada, según han podido comprobar este periódico.

En los inicios, cuando esta mercancía empezó a expenderse en los estancos del País Vasco o Navarra, hubo incluso intervenciones de las fuerzas de seguridad para confiscar el CBD. Pero una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea abrió una puerta a la legitimación de la venta de este componente de la marihuana. En concreto, los jueces respaldaron la comercialización en Francia de cannabidiol checo. La razón: el CBD, en puridad, no era una droga prohibir su distribución atentaría contra la libre circulación de productos.

Y aquí surge la gran paradoja: la venta de CBD en España no está autorizada para el consumo humano, aunque sí puede tener un uso estético en forma de ungüentos para la piel. La ingesta es lo que no estaría permitido. Pero como no hay nadie que controle esa posibilidad, porque no puede haberlo (es una quimera), la gente se lo fuma.

El resultado es que el cannabidiol vive actualmente un 'boom' de ventas en pleno limbo legal. Ha adquirido una fama de 'producto milagro' que contribuiría a solucionar graves problemas de salud, pero no está demostrado. «No existe ninguna prueba hoy en día de que el CBD sea un compuesto milagroso ni para curar el cáncer ni enfermedades degenerativas, ni para mantenernos siempre jóvenes. Eso es un cuento chino, hay mucha publicidad engañosa», explica Manuel Guzmán, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Universidad Complutense de Madrid.

Blanca Molina, directora del Centro de Drogodependencias de Granada, coincide con Guzmán y añade que el hecho de que los estancos vendan CBD puede fomentar el hábito tabáquico, es decir, una adicción perniciosa. «Es como lo de regalar vapeadores en las comuniones. Eso es que es de juzgado de guardia».