El Banco de Alimentos 'se protege' pero mantiene su actividad
Las asociaciones a las que abastece la organización no gubernamental, que atiende a unas 39.000 personas, ya han recogido sus suministros
El coronavirus, aunque no hace distinciones, se está mostrando particularmente cruel con los más vulnerables, lo que obliga a las entidades humanitarias a redoblar sus ... esfuerzos. Eso sí, sin descuidar la seguridad. Las organizaciones no gubernamentales tienen que buscar el equilibrio entre solidaridad y salud, que, a fin de cuentas es prácticamente lo mismo en los tiempos turbulentos del Covid-19.
En este sentido, los voluntarios del Banco de Alimentos de Granada, que atiende a unas 39.000 personas en la provincia, han decidido aumentar más las precauciones a partir de mañana viernes 20 de marzo y hasta que finalice el estado de alarma declarado por el Gobierno ante el avance de la pandemia, según informa a IDEAL Teresa Martínez, una de las integrantes de la oenegé.
Sin embargo, la reducción temporal de la actividad en las instalaciones que tiene el Banco de Alimentos en Mercagranada no significa que hayan bajado totalmente la persiana. Tienen reservas suficientes para continuar atendiendo urgencias, señala Martínez, que ayer fue una de las voluntarias que estuvo en Mercagranada para colaborar en la entrega de los últimos pedidos. «Habrá más precauciones por una cuestión de seguridad, pero hay 'stock' para abastecer a las emergencias que puedan surgir», reitera.
El Banco de Alimentos trabaja con otras asociaciones y entidades que, a su vez, son las que se encargan de repartir la comida de una forma ya individualizada. Pues bien, Martínez aclara que la mayor parte de esos colectivos ya habían recibido los suministros, es decir, que no tendría que haber problemas de aprovisionamiento. «En cualquier caso, repito que el Banco tiene depósitos para poder hacer frente a cualquier contingencia que pueda plantearse».
Fruta para los 'sin hogar'
Aparte de distribuir los alimentos que donan ciudadanos y empresas entre unos 39.000 granadinos –buena parte de ellos, por cierto, víctimas de la crisis financiera que empezó en 2008– las autoridades solicitaron a la oenegé que contribuyese a llevar comida a las personas 'sin techo' que están temporalmente refugiadas en el pabellón polideportivo Paquillo Fernández de la capital granadina. «Nos pidieron fruta y eso es lo que estamos haciendo», detalla Martínez.
Los últimos días de reparto en el Banco de Alimentos de Granada no está resultando fáciles. Como el resto de la ciudadanía, los miembros de la organización tuvieron que encajar el shock que significó el cierre de todo el país y, a la vez, arbitrar medidas para poder continuar con su actividad humanitaria. No quedaba otra que sobreponerse y aprender a convivir rápido con el coronavirus. «En las naves se facilitan los alimentos a las asociaciones en la línea de entrada, sin necesidad de que ninguna persona tenga acceso al interior. Mucho menos acceso a las oficinas, bajo ninguna circunstancia», alertó la directiva en una reciente carta que remitió a todas las personas vinculadas a la oenegé.
En esa misiva también recordaban que «el uso de mascarilla está recomendado para posibles portadores de virus», pero han acabado utilizándolas. Asimismo, pidieron a las asociaciones receptoras de alimentos que redujeran al máximo «su personal para la retirada y a ser posible que vengan dotados de mascarilla».
El banco ha instalado una caja para que «todos los residuos de guantes, papel, etc. se depositen en ella» y conjurar así el riesgo de diseminación de material contaminado. «Ningún voluntario debe ir al reparto con resfriado, tos, estornudos, etc. Si así lo hace, se le invitará a que abandone de inmediato las instalaciones», enfatizaba por último el decálogo de seguridad e higiene elaborado por la oenegé para estos días de crisis.
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