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Dicen que lo peor del coronavirus no es su letalidad, parecida a la de la gripe estacional, sino su facilidad para propagarse -más de dos personas por cada infectado, como media- y su novedad, ya que nuestro sistema inmune no está preparado para defenderse del microbio. Los bulos sobre el Covid-19 son como el propio agente infeccioso: extremadamente contagiosos y dañinos. Aburridos en el confinamiento y temerosos ante lo desconocido, somos mucho más vulnerables de lo normal a las mentiras que nos bombardean a través de internet. Cuando los rumores aparecen tocados con el atractivo de lo cercano son aún más eficaces: vencen las últimas defensas de nuestro escepticismo.
Periodismo y compromiso
Hace unos días se difundía por las redes sociales el vídeo del traslado de un cadáver en dependencias del Hospital del PTS de Granada, con profesionales sanitarios de uniforme aplaudiendo al paso de la camilla empujada por un compañero.
Crisis del Coronavirus
Aquel pequeño homenaje, espontáneo y emotivo, quedó desvirtuado en el momento en que alguien decidió grabarlo y difundirlo y cuando alguno de sus receptores adornó el relato asegurando que la persona fallecida era el primer heroico trabajador del sistema de salud que había perdido la vida a causa de la pandemia. En realidad, el celador en cuestión había muerto después de luchar durante varios meses contra un proceso tumoral. El propio hospital se vio obligado a publicar un desmentido en Twitter. Pese a todo, la pequeña grabación, de apenas un minuto, sigue circulando y causando dolor a la familia del fallecido.
En el mismo hospital y casi por las mismas fechas, saltaba de grupo en grupo de Whatsapp el audio de una facultativa que hablaba del supuesto fallecimiento de un paciente en la UCI y auguraba que a partir de la semana que viene iban a quedar suspendidas las intervenciones quirúrgicas para pacientes con cáncer, ante la incapacidad del centro sanitario de atender a los infectados de Covid-19. El problema fue que aquel mensaje inicialmente destinado a la familia de la médica, informal, con datos escuchados en los pasillos y no contrastados por ninguna fuente fiable, acabó llegando a cientos de personas. El hecho de venir de una profesional sanitaria le daba una verosimilitud engañosa. Nuevamente, la dirección del hospital salió al paso y desmintió la información errónea; ni la persona en cuestión había muerto ni se han suspendido esas operaciones.
Algunos bulos se basan en el mismo mecanismo que el viejo juego del teléfono: el mensaje se va deformando, añadiendo o eliminando elementos, hasta comunicar algo muy diferente a la intención del emisor. En otros hay una clara intención de engañar; ha ocurrido con noticias que copiaban la mancheta y la tipografía de distintos medios de comunicación para inventar noticias aprovechándose de la fiabilidad de una marca profesional. Otros no dudan en falsificar logos oficiales: el sábado pasado, coincidiendo con el consejo de ministros que decretó el estado de alarma, se expandió un aviso con los símbolos que identifican al Gobierno de España, la Junta de Andalucía y el Ejército del Aire para anunciar una «pulverización» nocturna, supuestamente con medicamentos o desinfectantes, a cargo de helicópteros del Ejército «en todos los municipios» entre las 23.00 y las 5.00 horas. «Se les recomienda no salir a la calle, cerrar puertas y ventanas hasta dicha hora», añadía. El Ministerio de Defensa ha aclarado que es un bulo.
El lunes 16 de marzo, la Guardia Civil hacía público un comunicado sobre la «incautación» de una «partida» de 150.000 mascarillas desechables en una fábrica de Alcalá la Real, localidad de Jaén muy vinculada a Granada, para ponerlas a disposición del Ministerio de Sanidad, que a las 00.00 horas del domingo asumió el mando de todos los hospitales públicos, privados y militares y la potestad de intervenir la producción de equipos de protección individual (EPI) de uso sanitario. La nota daba a entender que la compañía en cuestión estaba poco menos que traficando con las mascarillas y en pocos minutos las tertulias de televisión y las redes sociales se llenaban de insultos hacia la firma alcalaína, tildada de «miserable» y «especuladora» por «lucrarse con la desgracia» vendiendo a los chinos un material necesario en España. Con el paso de las horas se supo que, en realidad, técnicos del Ministerio se habían puesto en contacto el domingo con Diseños NT, empresa andaluza líder en productos de no-tejido con casi 30 años de historia que hace unos meses inició una nueva línea de producción de componentes para EPIs, la mayoría de los cuales estaba vendiendo estos días al Servicio Andaluz de Salud, y la colaboración había sido total. «No nos han incautado, nos han intervenido», aclaraba la empresa. Desde el domingo, siguiendo las instrucciones de Sanidad, han fabricado y distribuido unas 80.000 mascarillas diarias por diferentes hospitales del país.
Los bulos, en general, nos hacen más débiles ante los problemas, porque reducen nuestra capacidad de tomar decisiones adecuadas a la realidad que nos rodea. En el caso de una pandemia global como la del coronavirus, nos hacen más vulnerables al contagio, recuerda Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Publica. ¿Para qué vamos a lavarnos las manos, respetar la distancia de seguridad o quedarnos en casa, como nos han recomendado las autoridades, si la vitamina C o las gárgaras de agua caliente nos 'protegen'?
El médico enumera infinidad de informaciones falsas sobre el coronavirus que circulan por las redes: unas 300 en los últimos tres meses. Se ha dicho que el virus fue fabricado en un laboratorio como arma entre las grandes potencias económicas o para reducir a la población anciana o enferma; que lo transmite la picadura de un mosquito; o que permanece volando por el aire durante horas. Todo mentira.
A veces los bulos virales contienen una parte de verdad. ¿Hay que desinfectar las suelas de los zapatos para protegerse? En teoría, los virus podrían llegar a nuestros hogares en el calzado y llegar a infectarnos; la posibilidad existe, pero es remota. ¿Es mejor evitar el ibuprofeno? El fármaco de elección frente a la fiebre y los síntomas respiratorios es el paracetamol; aunque el ministro de Sanidad francés dijo hace unos días que el ibuprofeno podía empeorar las infecciones pulmonares, lo cierto es que el estudio en el que se basa su afirmación no estará concluido hasta mayo, resalta March. ¿Son eficaces para prevenir el contagio las mascarillas de tela que muchas mujeres están cosiendo en sus casas con todo el cariño para donarlas a hospitales o centros de mayores? Pues aún no hay evidencia científica de que así sea, Lo primordial es un uso correcto de ese protector facial.
«No pasa nada por extremar las precauciones, pero hay que mantener la calma y la serenidad, actuar con responsabilidad y evitar el miedo, porque el miedo nos paraliza», explica el especialista. La inquietud que muchos sienten estos días es normal: «Esto no había pasado nunca; hay muchos bulos porque estamos ante un virus del que no lo sabemos todo, vamos conociendo cosas diariamente. Hay que poner las cosas que nos llegan en cuarentena. Hay que frenar los bulos e informarse a través de fuentes oficiales: si no tienes garantía de que una información es cierta, no la pases», concluye.
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