

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Granada esconde muchos secretos. Su historia le permite acumular en varios tomos leyendas, hechos demostrados y muchos rincones singulares. Algunos están incluidos en los recorridos que los operadores turísiticos ofrecen a los visitantes. Otros son descubiertos por sorpresa; unos cuantos ni siquiera los granadinos más castizos los conocen. No son fáciles de descubrir.
A este último grupo pertenecen unas escaleras que suben, literalmente, al cielo de Granada. Desde lo alto de las mismas, en pleno centro de la capital, se puede uno encontrar una vista privilegiada desde donde observar la Catedral, Sierra Nevada o la Vega. Pero ¿dónde están?
Se encuentra en la azotea del Palacio de los Condes de Jarosa, un edificio que, actualmente, pertenece a la Universidad de Granada. Situado en la calle Paz, en pleno barrio de la Magdalena, alberga la Escuela de Posgrado de la UGR, aunque antes fue sede de la Cámara de Comercio de Granada.
Tiene su origen a mediados del siglo XVII, aunque las primeras noticias documentadas sobre el inmueble se deben a una reforma de la fachada encargada a Santiago Baglietto por Don Fernando Almansa y Cañabate, VII Marqués de Cadimo, en 1860. En este momento se trataba de una casa señorial con alzado en dos plantas y que probablemente estaría coronada por un torreón.
Ubicado en el barrio de la Magdalena, este palacio tuvo que ser construido en el siglo XVII, conforme avanzaba la urbanización del barrio sobre los terrenos de la vega, hasta la Huerta del Jaragüí, según señala el número 14 de 'Cuadernos técnicos de patrimonio' publicado por la UGR. La configuración del nuevo barrio, ligado a la parroquia de la Magdalena, comenzó a materializarse desde los primeros momentos de la reconquista, como expansión extramuros de la ciudad medieval.
Tras ser la residencia de los Marqueses de Cadimo, pasó a alojar a la familia de los Condes de la Jarosa, tras comprarla don Rafael Fernández de Bobadilla y González de Aguilar en 1915. Una vez en su poder, encargó una reforma integral al arquitecto Fernando Wilhelmi.
Wilhelmi definió en su proyecto una casa palaciega de tres plantas que contaba con un patio principal, un patio secundario y jardín trasero. Adaptó su reforma del anterior inmueble a las distorsiones ocasionadas por la geometría de la planta, que no es uniforme. Contó durante el proceso con la participación del pintor y profesor de la Escuela de Artes y Oficios Isidoro Marín Garés, quien se encargó, junto con Wilhelmi, del diseño pormenorizado de cada uno de sus elementos. «Un magnífico laboratorio de ideas creativas y de diseño». señala el trabajo sobre el edificio coordinado por Ricardo Hernández Soriano y editado por la Universidad de Granada.
La fachada de acceso principal a través de la calle Paz queda configurada mediante un porche bajo que se abre al exterior a través de un arco y una logia acristalada con cuatro calles de huecos. La planta del edificio sigue el esquema tradicional del zaguán patio con galerías y una escalera en recodo para conectar con las diferentes alturas, en las que se disponen las habitaciones públicas -derivadas de la actividad profesional de la familia-, las privadas y las de servicio.
El último elemento destacable de este inmueble -objeto de debate en la cuenta de fotos antiguas de la provincia @granadaoldpics1- es el mirador situado en la parte más alta del edificio. Su acceso se realiza a través de la escalera secundaria y se sitúa encima de un pequeño desván destinado a albergar un almacén de materiales donde se custodiaban piezas de azulejería y mosaicos empleados en la decoración de la casa.
Estoy en el barrio de la Magdalena, calle Carlos Pareja. En los tejados vemos una extraña estructura, parecen unas escaleras sin sentido. ¿Alguien sabe la curiosa y antigua historia que hay detrás?#Granada pic.twitter.com/WML8CV1of5
— Granada Old Pics (@granadaoldpics1) November 17, 2024
El cuerpo del mirador está formado por una escalera interior de acceso, el castillete de salida a la terraza, la terraza propiamente dicha y la escalera de subida al mirador. Todos estos elementos están decorados con piezas de azulejería que se reconocen en distintas estancias y lugares del edificio.
Esta terraza debía ser de uso privado y desde ella es posible contemplar toda la ciudad, la Catedral, la Alhambra, Sierra Nevada y la Vega. La salida a la terraza se produce a través de un castillete y sobre este se sitúa una escalera exterior de subida al banco mirador, que se ubica en lo más alto del edificio.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
España vuelve a tener un Mundial de fútbol que será el torneo más global de la historia
Isaac Asenjo y Álex Sánchez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.