«Granada tiene que aprender de esta crisis que no puede vivir solo del turismo y el ladrillo»

–Por su conocimiento de la provincia ¿cuál cree que será el impacto de esta crisis? ¿provocará cambios de calado en el tejido productivo?

–Esta crisis va a sacudir muchas cosas en lo social, en lo político... y a Granada le pilla de lleno, la desaparición de empresas está siendo muy fuerte. Los últimos datos de afiliación a la Seguridad Social dejan claro que hay dos sectores donde el empleo cae espectacularmente, el turismo y la construcción, con mucho peso en Granada, sobre todo el primero. Esto quiere decir que la provincia necesita buscar más actividades alternativas. Hay que tener en cuenta además que Granada está asistiendo a una despoblación masiva de grandes superficies. Para ayudar a que la recuperación tenga lugar pronto no todo puede depender de ladrillo y turismo. En este sentido, me llama la atención el proyecto de ley del Gobierno andaluz, que parecía centrarlo todo en nuevos campos de golf y en dar facilidades para que se construya en cualquier sitio cuando en realidad lo que hace falta es que se favorezcan actividades adicionales. La Costa granadina tiene una agricultura que puede competir muy bien... Pero la cuestión de Rules es sangrante y parece que las presiones para que se hagan las canalizaciones proceden más de Salobreña y Almuñécar que de Motril. Da envidia ver la Axarquía malagueña donde se han puesto miles de hectáreas para producir aguacate mientras en la vega vieja de mi pueblo Motril están esperando a que recalifiquen para construir...

–Se va a buscar problemas con su pueblo...

–Es que Motril vive un periodo de estancamiento. Se separan los anejos, se independiza Torrenueva y se irán también Carchuna y Calahonda... ¿Y qué pasa con el polígono empresarial del puerto que lleva años proyectado y sin hacerse? La clave está en que no haya antipatía hacía la creación de empresas. La provincia debe diversificar su tejido productivo, procurar mucho más la instalación de empresas y no limitarlo todo a esperar al turismo y la construcción de segunda vivienda. Esta crisis tiene que enseñar a buscar actividades alternativas y a los ayuntamientos a preocuparse de algo más que lo tradicional, entre otras cosas a la construcción viviendas sociales destinadas al alquiler.

–¿Cómo valora las ayudas en materia de vivienda que el Gobierno ha puesto en marcha?

–La orientación es positiva en el sentido de que va a ayudar a que la gente no pierda su vivienda y no se quede en la calle por un lanzamiento bien sea hipotecario o por el alquiler, pero hay que clarificar más la nueva normativa. Persisten las dudas en la interpretación y la implantación va a ser complicada por los instrumentos, en ausencia de un gran banco público grande como en otros países. El Gobierno ha puesto al ICO, que solo tiene una oficina en Madrid, a dar respuesta a todos los bancos y puede haber un colapso en los organismos administrativos.

–¿Las medidas de apoyo a los inquilinos pueden provocar una reducción en la oferta de alquiler?

–Depende de cómo se manejen estos instrumentos y de si son ágiles. Es muy importante que el alquiler no decaiga. La salida de la crisis anterior pasó por aumentar el empleo a tiempo parcial o precario y hay mucha gente que no puede acceder a un crédito para comprar... No puede producirse una reducción de la oferta de alquiler, es importante que se aumente creando incluso parques públicos de viviendas sociales de alquiler o comprándolas al SAREB o a los bancos. Es importante que no se descalifique la VPO porque al convertirse en vivienda libre la ayuda pública no ha servido para nada.

–Ha defendido usted que el Gobierno escuche a los grandes alquiladores. ¿Cree que cargarán de alguna manera a los inquilinos las medidas que les ha obligado a aplicar en esta crisis?

–Hay que buscar un equilibrio entre respetar el derecho del arrendatario para evitar los desahucios a las primeras de cambio y del arrendador que también busca una rentabilidad. Si se les pone muchas pegas para cobrar el alquiler se lo pensarán dos veces. Y esto es preocupante en un país como España, con mala tradición de alquilar. Las medidas del Gobierno están bien orientadas pero algunas normas deberían haberse redactado de forma más clara y requieren cierto convenio con los agentes.

–¿Cómo puede afectar esta crisis del coronavirus al mercado de la vivienda en Granada?

–Granada llegó a la recuperación del mercado inmobiliario con un cierto retraso con respecto de la media y eso explica que en 2019 haya tenido un año de crecimiento, cuando ya había signos de desaceleración a nivel nacional. Las ventas de vivienda crecieron un 5%, mientras en toda España cayeron un 2,5%. Las hipotecas registradas crecieron un 18,2%, las viviendas iniciadas crecieron un 45%... La provincia con 950.000 habitantes tiene un parque importante de 540.000 viviendas y una proporción mayor que la media de España de viviendas secundarias y vacías. Para ver cómo se verán afectados el alquiler o comprar una vivienda hay que observar el mercado de trabajo, que en 2019 tuvo un buen comportamiento. Pero con la crisis del coronavirus, la caída de afiliación de marzo ha sido relativamente más intensa en Granada (-6,4%) que en España (-4,6%). Está claro que esta caída del empleo, frenará la demanda y afectará a los precios de alquiler... que no eran excesivamente elevados con respecto a la media pero habían crecido. En la capital, en febrero, según idealista.com una vivienda de 100 metros estaba próxima a los 800 euros, que es un precio considerable teniendo en cuenta que los salarios no son altos. Esto cambiará. El coronavirus va a frenar la demanda y el aumento de precios pero habrá muchísimos más problemas sociales más allá de la vivienda.

–¿Cree que a medida que avanza esta crisis se tendrán que ampliar las medidas de apoyo fiscal y monetario financiero tanto en la UE como en España?

–En España tenemos un serio problema fiscal, persiste un déficit público elevado y se sale del paso aumentado la deuda pública... Entiendo que de la política monetaria no cabe esperar muchas cosas, que se mantengan los tipos bajos y que los bancos colaboren en la aplicación económica de las medidas del Gobierno... En España debe de haber más margen la política fiscal, hacen falta más ayudas a la I+D y van a ser importantes las ayudas de la UE. Europa tiene que ver la salida de la crisis del coronavirus como una cuestión global que nos afecta a todos y superar esta división entre los países prósperos con superávit y ahorro y otros como Italia y España que tienen menor recaudación... Hay que buscar un equilibrio. Europa en este momento se juega el ser o no ser.

–¿Qué papel tienen que jugar los bancos centrales y la banca en general en esta crisis?

–Lo que hay que esperar es que traten mejor a los clientes. Hay menos bancos y se ha reducido la competencia. No van a tratar a los clientes como se hacía las cajas de ahorros pero al menos que los servicios públicos no empeoren su calidad. Que den un buen trato y que colaboren para que los préstamos que tanto pueden ayudar a las pymes y los autónomos lleguen con más rapidez. El Gobierno podía utilizar mucho más a Bankia, que tiene muchas más oficinas y solo habla del ICO.

–¿Cree entonces que habrá que tomar medidas en política fiscal?

–Desde una perspectiva social democrática es normal que haya más de impuestos para los estratos de ingresos más elevados... Pero hay partidos que presumen de decir que el dinero está mejor en el bolsillo de los contribuyentes. Sin embargo se ha visto que lo que está resolviendo el problema del coronavirus son los hospitales públicos. No se qué estaría pasando sin ellos. Esperemos que el Gobierno de derechas de Andalucía no copie al de Madrid y no se les ocurra tocar los hospitales públicos.

–¿Y el día después del coronavirus, qué? ¿cómo salimos de esta?

–La pregunta más bien será cuándo, porque todo va a depender de la incidencia y la intensidad. Y las noticias no son alentadoras. La situación se presta a que España reedite los Pactos de la Moncloa o un acuerdo equivalente y no se mantengan unas políticas tan confrontadas... Como consecuencia del coronavirus, la gente se queda en casa, se deja de producir, se pierden empleos y el PP se ensaña con el Gobierno diciendo que qué está haciendo... Pues oiga, procurar que cobren algo muchos hogares. Las posiciones tan extremas no deberían continuar. El día después será mucho mejor si vemos que los grupos políticos llegan a cuerdos y cuanto antes lo hagan mejor. El Gobierno debe pactar con todas las fuerzas políticas, no solo con los independentistas.