Entrañable celebración del cincuenta aniversario del colegio San José del Polígono de la Cartuja
Un encuentro en el Monasterio de los Jerónimos, una misa y una cena para celebrar la fundación del centro en 1972
Encarna Ximénez de Cisneros
Granada
Jueves, 23 de junio 2022, 00:17
A Laura Guillén la conozco hace algún tiempo. Ella me puso en el camino de conocer –buenos ratos he echado, y que habrá que recuperar– ... en el colegio San José del Polígono de la Cartuja, del que son responsables las Siervas de San José. Allí estuvo esta Mirilla cuando se inauguró la plaza donde está ubicado el centro y que lleva el nombre de santa Bonifacia Rodríguez, fundadora de la Congregación; allí vivimos un inolvidable belén viviente, y algún acto más.
Por todo ello, y porque lo merecen, vale la pena contarles su cincuenta aniversario y recordar aquel 1972 cuando las siervas vieron que esta zona necesitaba de su presencia. «Sin dudarlo aquí vinimos y pronto descubrimos que fue un regalazo para la comunidad», explicaron.
Fue una jornada intensa. Primero se celebró un encuentro en el Monasterio de los Jerónimos en el que estuvo la coordinadora general, Lilian Ocean –coincidía que estaba visitando las comunidades en estos días– y también estaba la coordinadora provincial, María Álvarez. Participaron en la eucaristía presidida por el párroco de la parroquia a la que pertenece el cole, Manuel Mingorance, que, como siempre, dejó su impronta emotiva, acompañado del trabajo del equipo de pastoral del cole, y con un grupo de profesores que prepararon los cantos con la pianista Elena Peinado, la guitarra de Cristina y Encarni con el violín.
Ángel Martínez, que fue alumno y hoy es el director y presidente de las Escuelas Católicas en Granada, leyó una preciosa introducción, que escuchaban su mujer, Mª del Mar, y también Montse, Laura, Nieves, Belén y Mónica, asimismo antiguas alumnas. Me contaban con orgullo, cómo sentían los valores que bajo el lema Trabajo, Fe y Amor, siguen transmitiendo a las nuevas generaciones.
También antigua alumna, Laura se ocupó junto a Víctor de la acción de gracias donde, entre otras cosas decían que «lo que comienza en un aula o en una reunión de martes por la tarde no es más que una semilla que cumple cincuenta años dando vida».
Allí estaban las siervas Ángeles, Mercedes, Ángeles, Mª Antonia, Ana, Antonia, Conchita y Laura, que recibieron una rosa blanca en señal de agradecimiento por todo lo que son para ellos.
No faltaron profesores que estuvieron en el comienzo, caso de Juan y Ángel, y los que se incorporaron más tarde: Amadora, Asunción, Mª Carmen, Matilde, Antonio, Leti, Manuel, Manolo, Sagrario, María o Alejandro. Hubo un recuerdo muy emotivo para las compañeras Pilar y Verónica, «que están sufriendo la pesadilla de la enfermedad».
No quedó ahí la celebración, porque en la fiesta se lo pasaron en grande con imágenes muy divertidas de las distintas promociones, con profes disfrazados incluidos. Y disfrutaron de flamenco con Nieves Cortés, que quiso agradecer lo mucho que fue para ella su etapa en el colegio.
Ya en la cena, de una manera muy distendida, rieron con las cosas de Paco, hombre de mantenimiento que hacía de todo, «siempre rodeado de niños y sonriendo». Estuvo con su mujer Mari, junto con Chiqui y Paqui, trabajadoras incansables, y los profes Toñi, Charo, Desi, Amparo, Olivia, Rosa, Pilar, Inés, Alicia, María, Juan Fran, Carlos, Encarni, Rosa, Carolina, Verónica, Andrés, Dani, Tamara, Sandra, Paqui y muchos más.
Quienes se ocupan de la formación estaban muy contentos por estar trabajando en este cole, «compartiendo de verdad lo que es la vida de familia al estilo de Nazaret como deseaba la fundadora, una revolucionaria en acompañar realidades adversas como las que vivían las mujeres de su época». Como siempre les digo si no conocen a santa Bonifacia Rodríguez, busquen su biografía. Merece la pena.
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