Los enfermeros de Granada hacen las maletas y emigran a Cataluña

La situación es complicada, según las fuentes consultadas. Los profesionales de Enfermería que decidieron buscarse una salida laboral alejada del Servicio Andaluz de Salud están creciendo y la pandemia está siendo el acelerador de una situación que parece estar cronificándose.

De acuerdo a los datos que obran en poder del Sindicato de Enfermería de Granada, en lo que va de año han solicitado su baja como colegiados para trabajar en otras comunidades un total de 101 profesionales, lo que supone ya un incremento del 11% respecto al último año prepandemia. Y aún queda un mes. El virus ha dado visibilidad a muchas carencias estructurales en las plantillas de profesionales del SAS, que hoy están perdiendo capacidad de atracción por el tipo de contratos que ofrecen. Al menos esto es lo que aseguran las fuentes consultadas. El presidente del colegio granadino,Jacinto Escobar, alerta de que los profesionales se sienten «ninguneados» por la administración y que así es más fácil que prefieran trabajar fuera de su casa buscando condiciones laborales que le permitan vertebrar un proyecto de vida. Los datos que tiene confirman un éxodo de profesionales sobre todo a Cataluña. Lo que cuentan las fuentes consultadas es que empieza a ser habitual que esta comunidad haga captación activa en la propia facultad del ramo en el último año de carrera. «El 90% de la última promoción se ha ido allí haciendo falta aquí», lamenta Escobar, que denuncia que la plantilla de sanitarios de Granada sufre desde hace tiempo una «anemia crónica» de enfermeros.

Según explica, actualmente hay un total de 4.500 personas colegiadas en Granada, donde la ratio es de 4,5 enfermeros por cada mil habitantes, «casi la mitad de la que se recomienda en Europa, que es de ocho, y por debajo de la española, que se sitúa en el 5,6», critica el decano del Colegio de Enfermería. Lo tiene calculado y Granada necesitaría al menos «mil profesionales más» para que la provincia pueda equipararse con la media española. «No hablamos ya si ponemos el foco en la europea, que ya implicaría casi doblar la plantilla actual», apunta Escobar, que tilda de «lamentable» lo que está pasando.

Las cifras que maneja el Colegio son similares a las que tiene el Sindicato de Enfermería –Satse–, que también lleva mucho tiempo acumulando demandas desoídas. Para la secretaria provincial de Satse en Granada, Fayna Gómez, la «pena» ya no es solo que estos profesionales tengan que irse, sino que no hay que olvidar el hecho de se está invirtiendo mucho dinero en la formación de estos profesionales «para que después se los lleven otras comunidades autónomas o incluso otros países», advierte esta representante sindical, que denuncia la «precariedad»a la que abocan los contratos que ofrece Andalucía.

En muchos casos temporales, que se renuevan «mes a mes», denuncia. Según explica, desde la administración autonómica les firman periodos cortos para después ir renovándolos o no «según les conviene». «Nos dicen que no tienen dotación económica y por eso debe ser que llevan dos años sin cubrir jubilaciones o vacantes estructurales, pero lo cierto es que en Andalucía se dedica menos presupuesto para sanidad que en otras regiones», añade Gómez, que lamenta que todas estas carencias y la inestabilidad laboral de los profesionales perjudique a los que menos culpa tienen: a los pacientes.

Fuentes sanitarias explican que los contratos que se pueden ofertar por parte de la administración andaluza están condicionados a la bolsa. Limitaciones que impide a los distintos responsables de contratación de cada dispositivo a poder hacerlo por periodos más o menos duraderos. Y no se hace porque siempre tienen prioridad las personas que están baremadas en la bolsa. El problema es que el listado no se actualiza tan rápido como debería dejando a muchos profesionales recién salidos de la facultad en una suerte de limbo. Solo en las zonas definidas como de difícil cobertura se permite ofrecer contratos de al menos tres meses.«En Cataluña tienen otro sistema de bolsa que les beneficia, además cuentan con muchas fundaciones sanitarias, las que eran nuestras agencias públicas, que se rigen por sus propias normas, lo que les da más margen para ofrecer mejores contratos», explicó a IDEALuna fuente conocedora del caso. Y cambiar el actual sistema, que no contenta hoy a nadie, no parece fácil, pues requiere del consenso de muchos actores del sector que no suelen ponerse de acuerdo.

Desde Salud, por su parte, ponen el énfasis en la «mejoría» que se ha hecho en la sanidad andaluza en lo que va de mandato. Mencionaron las últimas convocatorias públicas de enfermeros que se han llevado a cabo o el último gran concurso de traslado que efectuado. La renovación de 12.000 contratos de refuerzo covid fue otro de los avances que destacaron en la institución.