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La enfermedad boca-mano-pie en los niños: ya aparecen los primeros casos en Granada

Primeros casos de la enfermedad boca-mano-pie, que ya aparece en niños de Granada

Es bastante contagiosa, sobre todo en los menores de entre 0 y 5 años, y encuentra durante los meses del otoño su época de más casos de todo el año

Alberto Flores

Granada

Domingo, 10 de octubre 2021, 20:14

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Durante los meses otoñales, justo después del verano, son muchos los niños que inician su educación en centros infantiles y guarderías. Y es justo en esta época del año en la que una enfermedad se convierte en la pesadilla de muchos padres: el boca-mano-pie. Puede provocar la aparición de fiebre y diferentes erupciones en las zonas que dan nombre a la enfermedad, que suelen resultar bastante incómodas para los pequeños. Y lo peor de todo es que su transmisión es bastante sencilla, lo que suele originar brotes de casos en muchas guarderías.

«Es una enfermedad que suele afectar a niños de unos tres años de edad y dura entre tres y cinco días», explica a IDEAL Juan Luis Santos, jefe de sección de Pediatría del Hospital Virgen de Las Nieves. El médico aclara que los síntomas no son graves pero sí «bastante molestos» aunque no deje ningún tipo de secuela. Lo más común es que aparezca fiebre y erupciones, además «es bastante contagiosa porque en esos rangos de edad los niños tienen mucho contacto entre ellos», motivo que provoca que surjan bastantes casos en guarderías y centros infantiles.

«Debemos disminuir la exposición, lavar frecuentemente las manos y tener mucho cuidado con los cambios de pañal»

Juan Luis Santos

Jefe de sección de Pediatría del Hospital Virgen de Las Nieves

El boca-mano-pie suele aparecer a principios de otoño, justo en esta época del año, aunque también pueden detectarse casos a final de los meses de la primavera. Sobre la forma de evitar esta enfermedad, Santos deja clara cuál es la receta: la higiene. «Debemos disminuir la exposición, lavar frecuentemente las manos y tener mucho cuidado con los cambios de pañal». Por otro lado, explica que no es necesario el aislamiento y aclara que es una enfermedad que deja una inmunidad parcial, por lo que puede llegar a aparecer en más de una ocasión.

El primer síntoma es la fiebre, pero solo con eso no se puede hacer un diagnóstico adecuado porque el resto de manifestaciones típicas del boca-mano-pie no aparecen hasta el segundo o tercer día. «Es importante controlar la fiebre e ir al pediatra o médico de familia sin que necesariamente haya que ir a urgencias, porque no es un cuadro problemático», explica Santos, que apunta a que resulta importante vigilar la hidratación, ya que es posible que durante los días que estén enfermos los niños puedan rechazar la alimentación.

El pan de cada día para guarderías y centros infantiles

Esta enfermedad suele ser un quebradero de cabeza para los centros infantiles durante las primeras semanas del otoño. «Todos los años por esta época es bastante común que salgan casos», explica Cristina Flores, directora del Centro Infantil Koala en La Zubia. Según cuenta, la prevención resulta «bastante complicada» porque los pequeños de esas edades se relaciona mucho a través del tacto, lo que hace que puedan surgir más casos de los deseados.

«El año pasado, no se si tuvo que ver algo con la pandemia, no tuvimos casos. Pero este año sí que tenemos uno, aunque no es nada grave». Como receta para evitar los casos, al igual que el pediatra, confirma que todo parte de una gran higiene: «limpiar y desinfectar superficies y objetos de forma diaria». Mientras que cuando aparece un caso, es el momento de «estar muy alerta». «Si observamos que hay un posible caso avisamos a los padres para que vayan al pediatra y puedan confirmar de qué se trata», explica la educadora.

«El año pasado, no se si tuvo que ver algo con la pandemia, no tuvimos casos. Pero este año sí que tenemos uno, aunque no es nada grave»

Cristina Flores

Directora del Centro Infantil Koala

La manera de manifestarse es distinta en cada niño, habiendo encontrado casos en la que aparecen erupciones «de forma explosiva» y otros en los que no dan casi problemas hasta el punto de que pasa prácticamente desapercibido incluso para las familias. En cuanto a la solución de estos casos, Cristina explica que no es algo que les haga llevarse las manos a la cabeza o cerrar el centro infantil y que «normalmente se soluciona con un par de días sin asistir».

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