Los empresarios se rebelan contra el sistema de entradas a la Alhambra
La Federación de Hostelería pide una mesa «de consenso» tras las críticas de los turoperadores por el reparto de tickets
La Alhambra estrenó el pasado 1 de octubre un nuevo sistema de venta de entradas, diseñado para fulminar las colas que cada madrugada se ... formaban frente al monumento más visitado de España y acabar con la reventa. Entre otras cuestiones, obligaba a las agencias a reservar los tickets para sus clientes con meses de antelación, y a poner nombre y apellidos a cada una de las entradas tres días antes del acceso.
El cambio llegó rodeado de críticas por parte de los empresarios del turismo. Y ayer volvieron a alzar la voz: estiman que hasta 2020 pueden perder «un 40%» de su clientela al no poder garantizar entrada a los viajeros. El Patronato de la Alhambra responde que se trata de un «bulo» y asegura que «no ha descendido la venta de entradas a la Alhambra en absoluto».
El asunto tiene tantos ángulos como intereses se cruzan entre los turoperadores y los gestores de un recinto de aforo limitado por su condición de Patrimonio de la Humanidad. La Federación Provincial de Empresas de Hostelería yTurismo pretende buscar un «consenso» entre los agentes privados y las entidades públicas que conforman el Patronato. Su presidente, Trinitario Betoret, propuso ayer la creación de una mesa institucional para tratar el asunto de las entradas, entre otros. Un grupo de trabajo similar al que ha logrado la remontada del aeropuerto tras años de pérdida de conexiones y viajeros.
El pasado miércoles, la Federación registró ante la Subdelegación del Gobierno la petición formal para crear esta mesa «con el objetivo de consensuar criterios y acciones de los agentes institucionales y privados».
Sustenta la idea en cuatro premisas. La primera, la importancia del sector turístico en un «destino consolidado y maduro» que, de acuerdo conBetoret, ha de definir su futuro «a 15 o 20 años vista». Y en él, claro, la Alhambra es el eje. «Hay una total y absoluta comunión de intereses entre el ámbito público y privado, porque uno gestiona el recurso y otro comercializa los productos».
En segundo lugar se refiere al trabajo conjunto por la protección y seguridad siguiendo las recomendaciones del Consejo Internacional de Monumentos (Icomos). El organismo también reflejó en un tratado de 1999 la necesidad de involucrar al territorio local en la gestión y beneficios del monumento. Asimismo, los empresarios reclaman desde hace un lustro que el sector esté representado en el consejo rector, y creen que ahora es el momento de hacerlo, aprovechando un cambio de estatutos.
Desde la lealtad
Por último, Betoret se refiere a la «discrepancia, siempre con lealtad» en lo relativo a la gestión comercial del monumento. Hace alusión a la necesidad de atraer a visitantes de 'congresos', viajeros con alto poder adquisitivo y que llegan en temporada baja y para estancias largas, algo que ayudaría a lograr el pretendido aumento del tiempo medio de pernocta y, por ende, a desestacionalizar el sector. Y en este punto entra la polémica por el sistema de reparto.
Juan Peláez, presidente de la asociación de Empresas de Mediación Turística de Granada –las agencias de viajes– propone un caso práctico para entender el problema. La Alhambra pone a la venta para las agencias 4.500 entradas diarias, la mitad del total. Cada agencia debe solicitarlas con tres meses de antelación –aunque no las pagan ni aportan los nombres de los titulares hasta tres días antes de la visita– y se conceden las entradas siguiendo un sistema de asignación que, según denuncian, no tiene en cuenta el 'peso' en trayectoria y clientes de la empresa. Para un determinado día la agencia solicita una treintena de entradas, pero sólo le conceden 15.
Sin embargo, otra recibe 30 entradas pero finalmente sólo tiene 15 visitantes. En este supuesto, mientras una agencia no puede dar tickets a todos los viajeros, otra deja sin adjudicar las entradas de las que disponía, siempre según el ejemplo propuesto por Peláez. Entra en juego aquí la reventa 'al margen del sistema', puesto que aseguran que la Alhambra no ofrece un proceso de seguimiento que compense estos cambios una vez adjudicadas las entradas.
El «mercado secundario»
Desde la asociación de agencias de viajes critican que la Alhambra no controle las características turoperadores que se registran para adquirir entradas. Aseguran que parte del problema es que se registran muchos agentes, lo cual hace que la asignación para operadores con más trayectoria «esté muy por debajo del cupo que piden». «No se puede dar autorización a cualquier empresa que pase por la puerta de la Alhambra», resume Juan Peláez. Calcula que hay unos 380 agentes, de los cuales 40 se han incorporado este año. Fuentes consultadas por IDEAL explican que algunos de ellos adquieren las entradas, pero no para ponerlas directamente en manos de los visitantes, sino para 'revenderlas' a otros agentes que no dispongan de tickets suficientes para abastecer a su clientela. A mayor precio, claro. «El incremento de los precios lo sufre la empresa granadina, que es la que soporta el diferencial», señalan. En definitiva, se mantiene un «mercado secundario» amparado en el aumento de agentes autorizados.
Otra de las quejas es la obligación de que las entradas sean nominativas, una medida adoptada por seguridad y para evitar reventas, pero que impide la opción de que los viajeros de 'última hora' puedan entrar al monumento, salvo a través de las entradas individuales o con la Granada Card. «No nos negamos a que sean nominativas», apostilla Miguel Campos, presidente de la agrupación de Informadores Turísticos. Pero a renglón seguido asegura que la situación que viven los guías es «un auténtico infierno»y que cada día tienen «más difícil el trabajo». Califica de «falacia» que hablen de la entrada nominativa como elemento de seguridad, puesto que ni siquiera hay arcos detectores a la entrada del monumento, asevera.
José Manuel Reche, de la plataforma 'Todos somos la Alhambra', asegura que la decisión de lograr un consenso sobre el mecanismo «es política» y añade que es el propio Patronato el que crea un «mercado negro» de la venta y que desvía las entradas de agencias que quedan sin dueño al cupo de tickets individuales.
Las empresas de turismo –a través de sus representantes– vuelven a rebelarse contra el reparto de la entrada que motiva 9 de cada 10 viajes a Granada. Alertan de que un 20% de los turoperadores ya ofrecen alternativas como Málaga o Córdoba.
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