La economía de Granada se la juega en verano

Las grandes esperanzas están puestas en la Costa Tropical que pulsará el interruptor que enciende sus siete mil plazas hoteleras entre el 1 y el 3 de junio, un mes antes de lo que lo hizo el verano pasado. El destino de sol y playa de Granada vuelve con establecimientos remodelados y que se han mejorado durante los meses de cierre por la falta de turistas, perfectamente adaptados a los cambios impuestos por la pandemia, con récord de banderas azules en las playas... A por todas para salvar el verano 2021. Y es que este mantra, el de salvar el verano, es una necesidad para arrancar el motor económico de una provincia que basa el 7,52% de su PIB y el 8,13% de su empleo en el sector hostelero.

Una vez que han decaído las restricciones amparadas por el estado de alarma, que se permite la movilidad y se han abierto fronteras el verano está en manos de la responsabilidad individual y del ritmo de vacunación. Y Granada necesita que sea un éxito para salvar empresas. De ellas depende la recuperación del empleo de la hostelería, que ahora sostiene a 16.684 trabajadores, 5.262 menos que en el abril prepandemia.

En esta operación 'salvar el verano', Granada también se juega mucho más: hasta 2,3 puntos de crecimiento del PIB provincial. Son los que separan el crecimiento del 4,2% que Analistas Económicos de Andalucía, la sociedad de estudios del Grupo Unicaja, ha previsto para la economía granadina en un escenario menos favorable frente al alza del 6,5% que se alcanzará, según estas mismas estimaciones, si el turismo logra tirar del carro e impulsa una reactivación más fuerte.

La relajación de las restricciones hizo que, por primera vez en este año, el sector turístico y hostelero creara empleo en Granada en el mes de abril: 1.305 trabajadores más que suponen un brote verde y sitúan la cifra total en 16.684. El horizonte del verano 2021 pasa por intentar superar los 20.009 afiliados a la Seguridad Social que el sector alcanzaba en agosto del pasado año e ir recortando distancias con los 23.633 del verano de 2019. El sector turístico tiene también por delante el reto de recuperar a los 4.645 trabajadores que seguían en ERTE al cierre del mes de abril (el 27,8% de las plantillas). Un esfuerzo más para unas empresas que, financieramente, llegan muy tocadas al verano, por las pérdidas de 2020. Y eso, las que llegan. Según la estadística de mortalidad empresarial del INE, 188 alojamientos turísticos desaparecieron durante 2020, el 26% de los que tenía Granada. La crisis se ha llevado por delante también al 36% de los restaurantes y bares.

El turismo rural confía en ser uno de los beneficiados por el cambio de hábitos tras la pandemia y las sensaciones de cara al verano empiezan a ser buenas en los alojamientos de La Alpujarra, El Valle de Lecrín o el Norte, que han estado casi paralizados todo el año, salvo puentes y fines de semana en los que se ha permitido la movilidad. «Desde la apertura del cierre perimetral han empezado a entrar reservas de franceses, andaluces y del resto de España. Ponen condiciones pero se percibe menos miedo», valora Isaías Padial, de la Asociación de empresas turísticas del Valle de Lecrín. Los establecimientos de la comarca, que suman mil plazas, están inmersos estos días en tareas de limpieza general y pintura para mostrar su mejor cara. En el Norte, las casas cuevas se postulan como «turismo seguro» y tienen por el momento más ilusión que reservas. «Hay mucha inestabilidad pero somos un destino ideal y tenemos esperanzas», dice la presidenta de la asociación que las agrupa, Natalia Guidoni.

En la Costa Tropical el verano 2021 se presupone bastante mejor que el de 2020 pero el sector turístico está lejos de caer en la euforia. Después de nueve meses de cierre y de acumular pérdidas por los gastos fijos, las grandes fábricas de la Costa, sus hoteles, volverán a abrir las puertas en junio y llegan a darlo todo. Han aprovechado el parón forzoso para acometer todas esas mejoras que no tenían tiempo de hacer con los hoteles abiertos. «Nosotros hemos actualizado propuestas, oferta gastronómica, hemos hecho un plan de mantenimiento intensivo, renovado la web, las redes...», explica ilusionado Matías Hidalgo, director del hotel Helios, uno de los emblemáticos de Almuñécar. «Todavía hay incertidumbre sobre si habrá restricciones, las PCR para volar, las cuarentenas... pero el deseo de viajar está y la capacidad económica también, hay mucha gente que ha ahorrado», esgrime. La consejería de Turismo de la Junta, con sus herramientas de big data, ha testado la demanda y estimado que en las costas andaluzas las reservas aumentarán una media del 60% con respecto al verano anterior. Sin embargo los hoteleros rebajan las expectativas y aseguran que, aunque esperan mejoría, el verano 2021 se parecerá bastante más al de 2020 que al de 2019, en el que la Costa Tropical alcanzaba su récord turístico.

Hay hoteles que ni siquiera sacarán todas sus camas a la venta, para evitar las aglomeraciones en piscinas o las zonas comunes, como el bufete. Es el caso del Helios, que trabajará al 50% como el verano pasado. «El turismo de masas ha pasado a la historia. La gente quiere espacio, distancias, tranquilidad, amplitud... y para garantizarlos no podemos presionar el hotel», comenta Hidalgo. «Nosotros nos damos por satisfechos con la ocupación del 50% en verano, el verdadero reto para la Costa Tropical es no tener que volver a cerrar los hoteles en octubre», concluye.

Coinciden al 100% con la reflexión del Helios en el Victoria Playa, otro de los cuatro estrellas de referencia de Almuñécar. Su director y propietario, José Andrés Fernández destaca como punto positivo que empiezan a detectar una «normalización» en la demanda. «Están volviendo las reservas con niños que el año pasado estuvieron perdidas», analiza. Sin embargo su sensación es que hasta la primavera de 2022, hasta que vuelva el visitante internacional, no habrá normalidad en la Costa.

En cuanto a los chiringuitos, que se nutren mucho del turismo residencial, ya salvaron 2020 y tienen grandes expectativas para los tres meses estivales de 2021. «Pero sin el turista internacional no podremos salvar el resto del año», advierte su portavoz, Paco Trujillo.

«El estado de alarma se ha acabado pero los turistas no han vuelto con sus maletas a la puerta de nuestros los hoteles. Necesitamos de la gran touroperación, a los japoneses, americanos, coreanos... mientras esos canales internacionales no vuelvan a entrar como antes de la covid, las ocupaciones seguirán bajísimas». El análisis lo hace el presidente de la Asociación de Hospedaje de Granada, Gerardo Castilla. El sector hotelero de la capital, el más golpeado por la pandemia, se ha reactivado casi en su totalidad –con excepciones como el Alhambra Palace– pero sin expectativas de salvar el verano. «Hemos abierto por intentar dar normalidad al destino y para crear plaza de nuevo pero con unas ocupaciones muy por debajo de los niveles mínimos de rentabilidad», asume Castilla, que insiste en las pérdidas económicas que acumulan las empresas. El verano es temporada baja en la capital y no esperan que las reservas remonten, salvo los sábados. Lo peor –afirma– es que tampoco lo hacen los precios, lastrados por la competencia y la menor demanda.

El verano trae buenas noticias para el aeropuerto Federico García Lorca, donde la compañía que genera la mayor actividad, Vueling, tiene previsto activar nuevas rutas y recuperar el 88% de los vuelos que operaba antes de la pandemia, según confirma a IDEAL. El plan de verano incluye un aumento de frecuencias a partir de junio, pero lo más importante es que además se estrenarán conexiones como las rutas de Menorca e Ibiza de Vueling. A las Islas se sumará la vuelta de Bilbao en junio y el refuerzo de las que ýa estaban disponibles (Barcelona, Tenerife, Palma de Mallorca y Gran Canaria). También vuelve en junio la ruta Granada-Menorca que opera Volotea. El gran handicap del aeropuerto seguirá siendo la ausencia de vuelos internacionales directos. Además, la Costa seguirá mirando al aeropuerto de Málaga, que ha perdido gran parte de sus conexiones internacionales, para que vuelvan los fieles turistas nórdicos llegaban por esta vía.

La Junta ha lanzado un flotador de 60 millones a los hoteles andaluces con una convocatoria de ayudas específicas que pueden solicitarse hasta el 7 de junio y contemplan 200 euros por plaza, con un máximo de 200.000 euros por establecimiento.Si se toman como referencia las 24.000 plazas hoteleras del verano pasado en la provincia, las empresas de Granada aspirarían a una inyección de 4,8 millones. Sin embargo, desde la Federación de Hostelería y Turismo advierten que gran parte de los hoteles se quedarán fuera de estas ayudas por incumplir requisitos como estar al día con la Seguridad Social, tras un año de pérdidas. «Es injusto porque esas deudas no se derivan de una mala gestión», denuncia el secretario de la Federación, Antonio García. Subraya además que la situación de asfixia financiera de las empresas es tal que necesitan la ayuda de manera urgente y que si la convocatoria no se resuelve hasta después del verano llegará tarde para muchas. «La capacidad de financiación está agotada, hay hoteles reestructurando deudas y enajenando activos para salvar la empresa», relata. La federación es muy crítica con las ayudas prometidas por el Gobierno central –«¿dónde están los mil millones que no los vemos?»– y también apuntan del Ayuntamiento de Granada «no han recibido nada».