Los dueños del palacete de Villaviciosa, aliviados por mantener su casa y la explotación
La familia García Zarzo, que vive en el antiguo secadero, no se opone a la expansión de Granada, pero pide que se respete su patrimonio
álvaro lópez
Granada
Viernes, 15 de enero 2021, 00:21
El anuncio de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico de inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Catalogación General, ... la casa-palacete de Villaviciosa y el antiguo secadero de tabaco situado en el Pago de los Montones, muy cerca del polígono industrial El Florío, ha sido acogido con satisfacción por la familia que vive y trabaja en este lugar. Los García Zarzo no ocultan su agradecimiento al Gobierno andaluz por haber protegido del derribo unos inmuebles que son objeto de litigio desde hace 20 años.
Ambos edificios forman parte de un proceso que ha llevado a la familia a luchar por protegerlos, ya que el Ayuntamiento de Granada contempló en 2001 que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) tenía que pasar por destruir el viejo secadero y el palacete de principios del siglo XX. El objetivo final era construir en esos terrenos y junto a El Florío un polígono conocido como Paraíso Industrial, en el que se querían instalar diferentes empresas locales. Sin embargo, la defensa de los García Zarzo de la casa y el secadero que adquirieron en 1985 frenó ese plan parcial. De hecho, desde hace años, cualquier curioso puede ver un cartel puesto por la familia en la puerta de su casa que reza: «Quieren derribarlo».
José, uno de los hijos de los García Zarzo, se muestra «agradecido» a la Junta de Andalucía por haber protegido la vivienda donde él y sus hermanos crecieron. «Si les lleváramos mil jamones ibéricos, les llevaríamos pocos», bromea. Cuenta que es su casa desde el año 1985. «Nos hemos criado los cinco hermanos y mis padres siguen viviendo allí y tienen más de 70 años. El hecho de que no lo derriben no se puede pagar con dinero», confiesa a esta redacción.
Para explicar su satisfacción, sostiene que el anuncio es como si les devolvieran la salud. «La familia se sigue reuniendo allí todos los domingos». El hombre insiste en que proteger estos bienes no es un tema de egoísmo: «Nosotros somos conscientes de que la ciudad tiene que crecer y desarrollarse, pero no hay derecho a que tú estés allí antes que nadie y te echen por intereses urbanísticos y económicos». «Cuando nosotros nos mudamos, allí no había nada. No estaba construida ni la Circunvalación», argumenta.
José recuerda que su familia siempre ha sido ganadera: «Antes de vivir allí, vivíamos con los animales pared con pared. Cuando nos mudamos a una casa de esta categoría, nuestra vida cambió en esa época al cien por cien». Por eso, el valor sentimental que tiene el palacete de Villaviciosa es incalculable para ellos: «Pasamos de tener los animales amarrados a un pesebre y darles de comer dos veces a diario, a tener unas instalaciones modernas en aquella época».
A la expectativa
A pesar de que el anuncio de la Junta supone que el derribo no se lleve a cabo, los García Zarzo no quieren dejarse llevar por la emoción y continúan expectantes. «Debemos pensar en la buena fe de la gente y en que el Ayuntamiento actúe bien», dice José, insistiendo en que, por ahora, «todo sigue igual». Con cierto cansancio porque el tema de la reparcelación aún esté lejos de cerrarse, el hombre lamenta llevar 20 años litigando un asunto en el que desde el primer momento dijeron que no tenían interés urbanístico ninguno. Tanto es así, explica José García Zarzo, que tenían 5.500 metros cuadrados y les quedan 2.800. «Que nos digan qué les debemos para el proyecto de reparcelación, que lo pagamos y listo», zanja.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión