Dos años y medio en el limbo: entre la vida y la comida
El Virgen de las Nieves se suma al día mundial de Acción por los Trastornos de Conducta Alimentaria, que los sufren de forma aguda 36 personas al año en Granada
Los complejos, los estereotipos, las comparaciones, la publicidad, las redes sociales... Puede ser una combinación letal. Organizar la vida en torno a la comida, midiendo ... calorías y restringiendo la alimentación, parece una forma de conseguir el físico deseado, pero puede derivar en un serio problema de conducta alimentaria, sobre todo, en los años de adolescencia y juventud. La sociedad granadina no es ajena a esta realidad. Cada año, alrededor de 36 personas acaban hospitalizadas en la unidad de agudos del Virgen de las Nieves de Granada al borde de la muerte.
Al final de un largo pasillo, un letrero indica el acceso al área de hospitalización de Trastornos de Conducta Alimentaria (TCA). Inaugurada en octubre de 2021 en el Materno Infantil, fue la primera de este tipo a nivel regional. Registra cincuenta derivaciones al año de los casos más graves de Andalucía oriental, aquellos que más tiempo llevan en el limbo. En un espacio hoy oscuro por unas obras iniciadas en septiembre, queda hueco para la esperanza. En las tres camas operativas de las seis existentes (volverán a estar disponibles en junio), mujeres de 26 años de media se enfrentan a un lento proceso para intentar salvar la vida.
«El grueso llega con anorexia nerviosa, la más letal. Las chicas mueren, por desgracia, desnutridas», advierte el psiquiatra coordinador de la unidad de TCA de Granada, Carlos Martínez. La renutrición «no se puede hacer de golpe», explica, tiene que ser progresiva. La estancia media en hospitalización supera el mes. La anorexia y la bulimia son los trastornos más comunes y los que más probabilidades tienen de llegar al límite. No obstante, existen problemas severos por atracones y por evitación o restricción de ingesta alimentaria. «Es más propio de los niños. Se atragantan y le cogen miedo a comer, solo quieren líquidos», comparte.
Estas enfermedades han crecido un 8% entre los chicos en los últimos tres años, pero el 95% son mujeres. Aquellas que consiguen abandonar la cama de agudos son redirigidas al Hospital de Día, en Consultas Externas. Quedan en manos de dos psiquiatras y dos psicólogas que, junto a un equipo de endocrinología y enfermería, diseñan un plan personalizado. También ocurre en primeras consultas, que en 2023 procedieron en su mayoría de los barrios granadinos de Cartuja y Zaidín.
Todo está en la mente
Grandes ventanas iluminan el Hospital de Día. Allí, las chicas pasean, hacen ejercicio físico, leen... y hacen terapia. Es lo que tienen los trastornos de conducta alimentaria, «todo está en la mente». Se dividen en dos grupos. El comedor terapéutico se ajusta con las actividades. «Hay que asegurarse de que no se salten ninguna comida. Desayunan, pican algo a media mañana, almuerzan y meriendan», señala el coordinador.
En este programa con capacidad para unos cien pacientes, la estancia media es de dos años y medio. «Que acepten que tienen un problema es lo más complicada. Requiere muchas horas de introspección», asegura Martínez. «Que la persona sea consciente de la situación en la que está es factor de buen diagnóstico», recalca. Sus familias también son una herramienta de trabajo.
«Uno enferma en grupo. Uno se cura en grupo» es el lema que mueve a la unidad de TCA de Granada, cada vez más comprometida con la prevención. La obsesión con la comida se apodera con facilidad de las personas y «la concienciación es la forma más efectiva» de evitar un final que puede ser fatal.
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