«Estábamos disponibles las 24 horas para ofrecer sexo y droga al cliente»
Dos casas donde se ejercía la prostitución y se vendía cocaína en Granada y Cúllar Vega; nueve detenidos, entre ellos un policía. Este es el relato de las esclavas sexuales que ejercían en estos prostíbulos
José R. Villalba
Granada
Domingo, 13 de junio 2021, 01:11
Hipatia es el nombre ficticio de una mujer real obligada a ejercer la prostitución en Granada durante un año. Justo el tiempo empleado en armarse ... de valor y escapar de las garras de una organización dedicada a la explotación sexual de mujeres sin permiso de residencia en España, la nueva esclavitud del siglo XXI.
Voló desde América hasta Europa para huir de una mala experiencia; y tras no lograr los papeles de residencia en Italia, se vino a Granada. Un abuelo suyo era de aquí, eso le iba a facilitar la posibilidad de asilo, aunque las previsiones y los planes casi nunca terminan como uno ha pensado.
Hipatia se quedó en casa de un tío suyo en Granada dos semanas. A la tercera marchó a la calle a dormir; su tío no la dejó seguir alojada en el piso. Cajeros, bancos de parques y algún portal fueron su refugio durante semanas, y así estuvo hasta que encontró una solución. Su 'salvación' y, a la vez, su ruina fue una mujer, que le ofreció techo y dinero a cambio de «calentar a hombres» en un negocio de prostitución ubicado en la calle Zamora número 5 de Granada. Así consta en el sumario de la 'Operación Medellín', que terminó el pasado 26 de mayo con nueve arrestados, entre ellos un policía nacional, y la desarticulación de un burdel en Granada y otro enCúllar Vega.Cuatro de los detenidos están en prisión provisional por cohecho, explotación sexual, tráfico de drogas y organización criminal.
Hipatia conoció a esta 'madame' en la sala de espera de unas dependencias policiales, donde acudió a solicitar su permiso de residencia a mediados de octubre de 2019. Allí se despidieron tras intercambiarse teléfonos, miradas dañadas por la vida y palabras vacías. Esta mujer tardó solo unas horas más en llamar a la 'madame', hizo de tripas corazón para «calentar» a clientes que pagaban por poner cachonda a su soledad por cincuenta euros.
El policía detenido está acusado por las testigos de hacer favores a la 'madame'
La 'OperaciónMedellín' contra la explotación sexual cuenta con un policía nacional detenido por presuntamente colaborar con la organización en la tramitación de papeles para lograr la residencia de las meretrices a cambio de «dinero o favores sexuales». Este agente se encuentra en prisión provisional en estos momentos acusado de cohecho, contra los derechos de los trabajadores, contra la administración pública y por organización criminal. También fue arrestado en 2006 por revelación de secretos, organización criminal y conspiración para secuestro y robo. En aquel entonces quedó absuelto en el juicio.
Asuntos Internos de Policía Nacional pidió al juzgado la apertura de una pieza judicial aparte para investigar a un agente que presuntamente colaboraba con esta red de explotación sexual.Según consta en el sumario, la función de este policía nacional supuestamente sería la de iniciar los trámites de solicitud del permiso de residencia internacional y así utilizar el periodo de tiempo que transcurre desde que la solicitante se persona en comisaría para manifestar su voluntad de pedir dicho permiso hasta que acude a la cita que le dan para efectuarlo. En ese tiempo, un año o más, la peticionaria está protegida y no podía ser expulsada del país. La 'madame' siempre iba a comisaría junto a las mujeres que solicitaban este trámite.
El nombre de este policía apareció en una conversación telefónica intervenida por Policía Nacional en Barcelona en la que se dice que cobraría 300 euros por la gestión de los papeles de asilo de una mujer rumana. También hay cuatro testigos protegidas que lo acusan de favorecer la tramitación de permisos de residencia como favor a la 'madame', tal y como advierten mediante notas remitidas a la Policía Nacional entre el 1 de marzo de 2019 y el 4 de septiembre de 2020. Las testigos dicen haber visto alguna vez al policía en las dos casas de citas de la 'madame'.
Asuntos Internos ha podido demostrar que a dos de las cuatro testigos fue este agente quien les inició los trámites. También hay otro individuo, con diez detenciones de Policía Nacional y GuardiaCivil y un turbio pasado, quien alardea en conversaciones telefónicas de «tener un amigo policía en Granada» para arreglar solicitudes de asilo.
El sumario de la causa incluye que hay «nueve registros de alojamiento en hoteles de este policía con extranjeras presuntamente prostitutas», y además hay imágenes de la supuesta responsable de la casa de citas en la comisaría de la calle LaPalmita saludando a este agente, justo un día en el que había concertado una cita para tramitar el asilo de varias meretrices.
Asuntos Internos detuvo a este agente el 26 de mayo. Hicieron un registro en su taquilla y en su despacho, de donde se llevaron documentación.
Hipatia solo tuvo unas horas de descanso antes de empezar a atender a clientes. Colocó la ropa de su maleta en un armario, se tumbó en una cama y cuando despertó, la 'madame' le informó de cuáles eran sus condiciones 'laborales'. «Se trabaja de 18 horas a 6 de la madrugada, pero si un cliente viene a otra hora hay que salir de la cama y atenderlo», debes «ser juguetona y dejarte tocar» y «cada uno abonará 50 euros por ese servicio, tú te quedas con el 30% y yo con el 70%», tal y como consta en el sumario de la causa que recoge su declaración en una comisaría de otra ciudad española, donde acudió acompañada a denunciar las tácticas esclavistas de esta organización afincada en Granada.
La casa donde residía la testigo protegida de la Policía Nacional estaba ocupada por otras tres meretrices más.
Tres días tardó Hipatia en recular y manifestar su deseo de abandonar este trabajo. «Me sentía mal», declaró ante los investigadores. Intentó marcharse por las buenas, pero la 'madame' la convenció para quedarse y le suministró un tranquilizante que comenzó a tomarlo a diario. A partir de ese momento todo fue a peor. Setenta y dos horas después del primer desencuentro, vino otro más. «Me dijo que a partir de ahora tenía que mantener relaciones sexuales con los clientes, no podía salir a la calle y me obligó a entregarle el teléfono móvil así como el pasaporte». Además, la cogió del brazo y le gritó: «Dónde vas a ir tú si eres un desastre de persona. Además no tienes papeles, ¿qué crees, que te van a dar el asilo? No tienes dónde dormir, solo tienes esto».
Si salía de la vivienda tenía que ir acompañada, si se trasladaba a un hotel o un domicilio particular para prostituirse la recogía en un coche otra persona de la organización, la tumbaba en el asiento de atrás, tapándola con una manta, y la llevaba a la cita.
La fuga
Poco antes de escapar de la casa, en junio de 2020, se vio obligada a efectuar un servicio sexual en el que el cliente la agredió para que tuviera relaciones sexuales sin preservativo. Quedó embarazada, pese a la píldora del día después suministrada por la 'madame', y se vio obligada a abortar.
Un amigo de Hipatia la conminó para dejar la casa de prostitutas. Ella, antes de abandonar la vivienda, llevaba meses ganándose la confianza de la 'madame' con el fin de gozar de más libertad. Una mañana le dijo que quería salir a correr por la zona un rato y le pidió que la dejara, a lo que accedió. Desde entonces no volvió más, fueron ocho meses de esclavitud sexual donde lo importante era el negocio, no la persona.Hipatia reside ahora en otra ciudad.
Ella no ha sido la única en declarar como testigo protegida. Otra de las chicas decidió prestar testimonio coincidiendo en casi todo de lo narrado previamente por Hipatia. «Debíamos estar disponibles las 24 horas para ofrecer sexo y droga a los clientes», según declaró esta otra víctima a un investigador policial. Esta mujer narró que si no atendían a un cliente eran expulsadas o castigadas. «Y si el cliente compraba cocaína tenía quince minutos gratis de sexo con alguna chica». Además de cocaína, la 'madame' vendía pastillas de Viagra a 30 euros.
«Te obligaban a acostarte con gente borracha y drogada. Daba igual, lo importante era que el cliente pagara». Había servicios desde 50 hasta 100 euros.La cocaína se pagaba aparte.
El burdel de calle Zamora también fue clausurado en 2018 cuando funcionaba de prostíbulo, pero con otros dueños distintos.
«Acepté prostituirme porque tenía que alimentar a dos hijos»
Policía Nacional tomó declaración el 27 de mayo a una mujer que trabajó en la casa de citas de la calle Zamora. «No tenía permiso de residencia, ni trabajo y necesitaba ganar dinero para alimentar a mis dos hijos por eso acepté», consta en su declaración. Las condiciones 'laborales' eran de 22 horas de trabajo durante siete días a la semana, la mitad del dinero obtenido por los servicios sexuales se lo llevaba la 'madame' y debía pagar 180 euros semanales por el alquiler de la habitación donde se prostituía. La responsable de la casa de citas le comunicó que «un amigo policía» le tramitaría la solicitud de asilo «para que pudiera estar más tranquila». Los dueños de la casa donde ejercía la prostitución en la calle Zamora fueron detenidos en 2018 y condenados a 4 años de cárcel.
Obligadas a trabajar aunque estuvieran enfermas
Otra de las cuatro testigos manifestó la obligación de trabajar aunque estuvieran enfermas y el abono de veinte euros si sobrepasaban el tiempo contratado por el cliente. No solo eso. La 'madame' les controlaba el teléfono móvil para acceder a todos los mensajes y llamadas telefónicas que recibían. En la casa de citas se ofrecía cocaína, marihuana, alcohol y pastillas de Viagra. Si el cliente quería adquirir algo de droga, la meretriz debía comunicarlo a una empleada dominicana del negocio y esta lo servía a los cinco o siete minutos. Un gramo de cocaína se cobraba a 80 euros y una pastilla Viagra a 30 euros. Les daban «un juego de sábanas» y debían utilizarlo para «tres o cuatro servicios». Les facilitaban dos preservativos por pase y si se les rompía uno, el siguiente lo compraban ellas.
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