El director de la cárcel de Granada critica la falta de funcionarios, médicos y masificación de presos

El director de la prisión granadina también incidió en la falta de personal funcionario para atender los distintos módulos de la cárcel de Albolote. «Es indudable que la falta de funcionarios ha sido una constante (...) siendo muy complicado realizar una cobertura adecuada de los distintos módulos» donde están las celdas que albergan a los presos de este penal. Lo cual es «un problema serio en vigilancia».

El problema de la asistencia médica en la prisión también fue puesto sobre la mesa en el discurso del máximo responsable de la cárcel granadina. «Teníamos once médicos en el año 2011 y hoy solo disponemos de cinco para atender el servicio las 24 horas». Jaime Hernández puso un ejemplo demoledor para visualizar este déficit. «Ha habido que prescindir de la subdirectora médica, que ha optado por dejar el puesto directivo para reforzar a sus compañeros, aunque en breve serán dos menos y la situación no pinta bien».

No solo se refirió al componente humano de la prisión, Hernández denunció la precariedad padecida desde la inauguración de esta cárcel por los repetidos y frecuentes cortes en el suministro eléctrico que padecen. «Seguimos manteniendo viva la reivindicación de una nueva acometida eléctrica que acabe con los eternos problemas de cortes y microcortes eléctricos que tantas complicaciones nos generan en todas las áreas de trabajo».

El discurso mantenido durante los actos de celebración de La Merced, patrón de Instituciones Penitenciarias, no dejó indiferente a los allí asistentes, aunque no todo fueron críticas. También hubo espacio para enumerar los logros conseguidos en el penal. «Se ha remodelado la depuradora de aguas residuales, también se ha modernizado el circuito cerrado de televisión, se ha sustituido el sistema de detección de incendios y se ha instalado una planta de ósmosis inversa para la elaboración de agua tratada».

Jaime Hernández se despidió hablando de los cambios introducidos en el penal como la incorporación de tecnologías informáticas para que el recluso pueda combinar sesiones presenciales en el penal con otras virtuales desde sus domicilios. «Esto supone ventajas desde la óptica de la reinserción como de la del ahorro». Esta práctica se hace con reclusos que están en tercer grado y les falta poco tiempo para quedar en libertad, manteniéndose en un régimen semiabierto. También hizo mención al impulso del programa de régimen cerrado dirigido a los presos de más peligrosidad, así como la puesta en funcionamiento del protocolo de igualdad y de dos nuevas salas de videoconferencia.