La Diputación entrega sus premios de Igualdad de Género a proyectos de municipios, colectivos y comunidades

Con ese objeto, la institución provincial otorga sus premios Igualdad de Género, que están destinados a trabajos realizados por ayuntamientos, asociaciones, entidades, centros escolares y organizaciones de todo tipo.

Entre ellas,  se distinguió a los centros escolares, profesorado y ampas del IES Al-Fakar, de Alfacar, «por sus iniciativas coeducativas innovadoras». Lo recibían el director, Andrés Rodríguez, junto a la coordinadora del Plan de Igualdad del, Beatriz Sáez.

Premio también para el proyecto social y educativo El latido de las mariposas, en el que destaca el «poder transformador en materia de violencia contra las mujeres y sus hijos e hijas». Sus creadoras, Itziar Prats e Isabel Gallardo, subieron al escenario.

En todos los casos, pudimos disfrutar de unos vídeos donde se daba a conocer con mayor profundidad todos los detalles de los galardones y sus protagonistas. Así, conocimos la asociación de mujeres Avenmoriel, de Benamaurel, que preside Beni Hernández y de la que forman parte Dulce Casado y Anaís Jiménez. El valor, en este caso era, precisamente, ese impulso del asociacionismo en la zona, buscando iniciativas para evitar la despoblación.

Completaba el listado de premiados el ayuntamiento de Moclín «por su trayectoria y desarrollo de políticas de igualdad en el mundo rural, apostando por la creación de redes de apoyo y participación en todo el territorio». Con orgullo lo recogieron el alcalde, Marco Pérez y la concejala de Igualdad, María José Jiménez.

Hubo también menciones especiales para María Pérez, deportista profesional de Orce;  para el Ceper Los Montes, que recogían la directora, Gema Consuegra y la maestra Aránzazu Casares; y para el colectivo de mujeres de Beas de Granada, que estuvo representado por Antonia Gómez. El esfuerzo por eliminar barreras deportivas y culturales; el trabajo coeducativo con personas adultas y un audiovisual del legado de mujeres que nos precedieron son los méritos que, respectivamente, les hicieron merecedoras de esas menciones que entregaban los diputados Antonio García, José María Villegas y Olvido de la Rosa.

Se escucharon muchos mensajes emotivos, conocimos distintas ideas con diferentes formas de llevarlas a cabo, pero reconozco que me enganchó, sobre todo, la propuesta de Beas. Su vídeo, 'Huellas', me encantó al revisar el ayer y el hoy de las mujeres en el campo rural. Oí hablar de La Tomasa, de Mari, de Eduarda, Mercedes de Cándida, Ángeles Garrido, María la Joseitas o Carmen la Tallada. El mensaje general era que «aprendieron a salir adelante» y los detalles tenían muchísima ternura. Mi mejor elogio es me quedé con ganas de saber más. De ellas y de otras muchas.

El acto, presentado por Delorian, con su «teatralización de la historia» que llevaron a cabo Marisa Refoyo, Javier Pérez y Adrián Rincón, comenzó con las palabras de Mercedes Garzón, diputada de Igualdad, que destacó la importancia del encuentro –muchísimas asistentes al Parque de las Ciencias– y que tuvo un recuerdo para la situación en Ucrania y el cómo en las guerras, las mujeres tienen un problema aún más agudo que quiso resaltar. Se refirió a la paz como la única forma de avanzar en la consecución de derechos e incidió en que cada pequeña acción «puede transformar el mundo».

Eso es lo que valoró el jurado, que no lo tuvo fácil entre tanta candidatura a los premios de Diputación. Por cierto, el presidente, José Entrena no pudo asistir. Ha dado positivo en covid. Le deseo que todo vaya bien.