Diez horas de calvario para los pasajeros del AVE Granada-Madrid

Lo que ha vivido él y todos los pasajeros del tren 2197, que salió de Granada el domingo a las 18.15 horas, ha sido una auténtica odisea. «Siempre voy en avión, pero el precio estaba desorbitado, y me decanté por el AVE, algo que evitaré por todos los medios a partir de ahora», relata anticipando el calvario. Y es que, debido al sabotaje en Toledo, no llegaron a Madrid hasta las 4.30 horas de la madugada, más de diez horas después. «Con el tiempo justo para ir a mi casa, darme una ducha y coger el taxi que había concertado para embarcar a tiempo en el Aeropuerto de Barajas», ha indicado.

«Hasta Puerto Llano -narra- circulábamos con normalidad, pero poco antes ya empezábamos a ir más lentos y observábamos que a los Ouigo los priorizaban«. »Todos estábamos extrañados«, agrega. Pero la extrañeza no tardó en convertirse en enfado primero y en resignación después cuando las paradas se prolongaban. «En Mora y Orgaz (Toledo) estuvimos hora y y media y en Urda (Toledo) otra hora y media», recuerda. Ya en ese momento le habían informado de lo que había sucedido en Toledo. Fue cuando la indignación se transformó en paciencia y preocupación por cuánto tiempo podría durar aquello. Daniel, por ejemplo, tenía que partir hacia Milán a las 7.30 horas.

Pero las quejas de los usuarios del convoy 2197, Granada-Madrid, no eran tan solo por la tardanza sino, según Daniel Rodríguez, por el trato dispensado. «No nos dieron ningún tipo de comida ni bebida», lamenta. «Solo pasaban para retirar la basura», agrega.

Preguntada Renfe por este tema, fuentes de la compañía han señalado que «se ofreció a todos lo que se pudo», en referencia a todas las personas que se vieron afectadas en los tránsitos entre Madrid y Andalucía. Renfe ha instado a la interposición de reclamaciones por los conductos oficiales, «ya que, a pesar de que la infraestructura depende de Adif, se les devolverá íntegramente el precio del billete o, en su defecto, se le cambiará por otro día».

Elena Callejón también viajaba en el 2197. «No he podido incoporarme a mi trabajo, en la plataforma Dazn, no solo por haber llegado tardísimo, sino porque todo se complicó desde el momento en que, al poner el pie en tierra, no funcionaba el metro y tampoco había taxis para tanta demanda», explica. «La cola -agrega- era enorme; había familias, niños, abuelos, mascotas en transportines». «Cuando suceden estas cosas, tendría que haber un plan de contingencia», sugiere esta granadina.

Respecto a la forma de proceder de Renfe, Elena afirma que el personal estuvo amable en todo momento, pero sí critica la falta de información. «Sabíamos lo que ocurría porque teníamos los móviles y estábamos conectados a internet, pero nadie nos dijo en el vagón si iba para largo», señala.

No es el único AVE entre Granada y Madrid que se vio perjudicado. Según una nota de prensa divulgada por la propia Renfe a través de la red social 'X', las 23.42 horas de este domingo, el AVE que salía de Madrid a las 20.00 horas y arribaba a las 23.23 estaba «detenido».