¿Quién está detrás del programa de robótica en el Juan XXIII?

Miguel Sánchez explica que el proyecto nació hace un par de años cuando un equipo docente se dio cuenta de la necesidad de implementar un pensamiento más crítico y llevar la inteligencia artificial al aula. «La mejor forma de llevarlo a cabo era a través de un aula de robótica donde los alumnos podían ser partícipes en todo momento». Y bajo este paraguas trabajaron la forma de tratar las asignaturas de manera transversal y multidisciplinar y así aplicar la robótica y el pensamiento crítico a todas las materias.

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En los pasillos de este colegio se escuchan a diario términos como 'code', 'scratch' y 'mcqueen' pero nada 'suena a chino'. Están familiarizados con ellos desde el primer ciclo escolar, donde los pequeños trabajan el pensamiento computacional o la programación desenchufada. Tocar todas las áreas hacen este proyecto más ambicioso que se complementa con formación más avanzada. En este rango se encuentra el lenguaje de programación de Arduino para estudiantes de Bachillerato.

El planteamiento de estos profesores era que los alumnos no solo aprendieran tecnología sino que este conocimiento se pudiera extrapolar a otras asignaturas para conseguir la motivación en asignaturas más densas como física, química, biología o incluso la música.

Además, trabajar las materias de manera transversal es posible. Miguel Sánchez pone como ejemplo la práctica que llevan a cabo en estos momentos los alumnos de segundo de Bachillerato de ciencias tecnológicas, que están montando una estación meteorológica que usarán sus semejantes de ciencias de la salud. Gracias a esta herramienta podrán medir la humedad, la temperatura o el estado del suelo del huerto ecológico del centro.