Detienen a un ladrón que tenía en vilo a vecinos del Albacín y se escondía en una cueva
Un policía local resultó herido en el arresto del supuesto delincuente, al que se le atribuyen una quincena de delitos
Se trata de un antiguo conocido de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Lo buscaban desde hacía tiempo, pero era bastante escurridizo. Actuaba al descuido ... y cambiaba de lugar de residencia con frecuencia. La Policía Local de Granada ha conseguido detener al presunto responsable de más de una quincena de robos en viviendas, locales y negocios del Albaicín. Su área de actuación era el barrio con vistas a la Alhambra. Y su 'modus operandi' estaba especializado en la escalada de fachadas para acceder a su objetivo por ventanas o puertas abiertas o que podía forzar, aunque aprovechaba cualquier oportunidad para hacer de las suyas.
Sus fechorías eran tema de conversación en los corrillos y desayunos de los vecinos del Albaicín y tenía en vilo a trabajadores, empresarios y habitantes del barrio. A pesar de su maestría para el despiste y el escondite, este domingo cometió un fallo. Se cruzó con una patrulla de la Policía Local, que realizaba tareas de vigilancia en la calle. De repente cambió su actitud, que se convirtió en nerviosa y esquiva. Esto hizo sospechar a los agentes, que tiraron de instinto. Le dieron el alto mientras caminaba a pie por la zona Norte de Granada. Lejos de detenerse, el ahora arrestado, emprendió una huida a la carrera que acabó en el calabozo. Los agentes le dieron alcance, pero siguió en su empeño de evitar a la justicia. Para ello, llegó a agredir a uno de los policías, que sufrió heridas leves en el forcejeo. Tras reducirlo y llevarlo a dependencias policiales, comprobaron que era la persona a la que se buscaba desde hacía varios meses. Se le ponía cara, se le ponía nombre, y después de meses de búsqueda se le daba caza.
Hacía un tiempo que no hacía de las suyas o, por lo menos, no se dejaba ver por el Albacín. Los investigadores sabían que su escondite era una cueva del barrio, pero ya no se refugiaba ni aparecía por allí. El motivo era claro. Hace un mes, otra patrulla de la Policía Local lo identificó en Plaza Larga. Los agentes fueron a por él, pero consiguió escabullirse por las laberínticas calles empedradas, entre cuestas y giros imposibles. Parece ser que la presencia policial le hizo reducir su actividad, esconderse o, incluso, trasladarse un tiempo a la zona Norte de Granada.
La detención de este conocido delincuente no ha sido casualidad. Agentes de Policía Nacional y Policía Local patrullaban de paisano desde hace meses en batidas para peinar las calles del barrio con el objetivo de identificar, localizar y apresar al ahora detenido, que se enfrenta a una quincena de delitos, todos relacionados con hurtos y robos con fuerza. Y es que, además de ya haber sido arrestado con anterioridad, su actividad delictiva era conocida por todos. Vecinos y agentes sabían que había hecho de las suyas en viviendas privadas, restaurantes del barrio y comercios.
Finalmente, ha sido la vigilancia de barrio la que ha podido dar con este escurridizo delincuente. Un éxito también derivado de la coordinación y el trabajo existente entre las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Por lo pronto, la investigación que recae sobre este delincuente sigue activa y la Policía Nacional tiene previsto ponerlo a disposición judicial este martes con una quincena de delitos a sus espaldas, aunque no se descarta que sea acusado de alguno más.
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