Detienen en Granada a un conductor ebrio que formó una cola de coches que temían adelantarlo
La prueba de alcoholemia arrojó 1,33 miligramos por litro de aire, un porcentaje que multiplicaba por más de cinco el límite permitido
El vehículo circulaba al borde del siniestro. Daba bandazos constantemente. Rebasarlo entrañaba un riesgo evidente. Así que se fue formando un cola de coches detrás ... de él. El temor a una colisión en pleno adelantamiento pudo más que la prisa por llegar al destino. Los cambios bruscos de dirección del turismo en cuestión desaconsejaban la maniobra.
Cuando fue interceptado, la 'procesión' que marchaba 'a rebufo' del sospechoso ya sumaba casi una decena de automóviles. La imagen era desconcertante.
Sucedió este pasado lunes 7 de octubre en una carretera autonómica cercana al municipio de Íllora. De hecho, fueron los agentes de la Policía Local de esa población los que dieron el alto al vehículo 'oscilante'.
El suceso ocurrió alrededor de las dos y media de la tarde. La guardia municipal ilurquense recibió varias llamadas que alertaban de que transitaban detrás del coche 'bamboleante'. Pensaban que el conductor estaba ebrio. No se equivocaron. La prueba de alcoholemia arrojó un consumo de 1,33 miligramos por litro de aire, un porcentaje que multiplicaba por más de cinco el límite permitido, que es de 0,25. Ya partir de 0,60 es delito.
Ocho o nueve 'cuabatas'
En este sentido, la Policía Local de Íllora inmovilizó el automóvil y contactó con la Guardia Civil ante la presunta comisión de un delito contra la seguridad en el tráfico. Las fuentes consultadas indicaron que el investigado ya ha comparecido en los juzgados de Loja y ha quedado en libertad con cargos.
Ponerse al volante con una ingesta de alcohol superior a 1 miligramo por litro de aire espirado constituye una imprudencia criminal. Hacerlo con una de 1,33 supone acercarse peligrosamente al coma etílico, a la pérdida de conocimiento, es decir, que el riesgo de una accidente se elevaría hasta niveles máximos.
Esa tasa de 1,33 miligramos de alcohol por litro de aire equivaldría a que un individuo de unos 75 kilos se bebiese ocho o nueve 'cubatas' de una tacada.
Por fortuna en este caso no hubo heridos. Tampoco daños materiales. Eso sí, una decena de conductores tuvieron que circular durante varios kilómetros tras un coche que iba zigzagueando de forma temeraria. Pero eso se arregla con calma y resignación, dos ingredientes que nunca deben faltar en la carretera.
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