Juicio en Granada

La fiscal descarta brote psicótico y pide más de 29 años por el crimen de Juncaril

En concreto, ha pedido 25 años por el asesinato, cuatro años más por el robo del móvil y las llaves de la víctima, y otros nueve meses por la resistencia que prestó durante su arresto.

La representante del ministerio público ha descartado que el acusado actuase aquella mañana en el transcurso de un brote psicótico y ha pedido que se deduzca testimonio contra su madre y hermana por un posible «delito de falso testimonio», debido a algunas de sus afirmaciones como testigos relativas a los supuestos problemas mentales de Juan Francisco.

Está petición no ha sido atendida por el magistrado presidente del Tribunal del Jurado que ha enjuiciado esta semana en la Audiencia de Granada la brutal agresión mortal, ocurrida en las oficinas de la empresa del padre del procesado, donde Ana Elena trabajaba como administrativa. El magistrado, Jesús Lucena, ha indicado a la fiscal que si aprecia ese posible ilícito puede formular una denuncia o querella fuera de este procedimiento.

También ha introducido cambios la fiscalía en su relato del crimen. Ha hecho constar la «rabia interna» que, a su juicio, sentía Juan Francisco T. M. por el hecho de que su padre, con quien tenía una «mala relación», hubiera depositado su confianza en Ana Elena para la llevanza de la empresa. El procesado, según la fiscal, se sentía despreciado por su progenitor y ello le generó un hondo «malestar».

Asimismo, la fiscal ha incluido una circunstancia que podría haber influido en la acción criminal del acusado: que los trabajadores de la empresa, en la que este estaba contratado aunque no solía acudir, llevaban tiempo sin cobrar sus nóminas porque el padre de Juan Francisco estaba ingresado por covid.

Juan Francisco no estaba por tanto percibiendo su sueldo y, aparte, tampoco estaba recibiendo su parte del alquiler de una nave de la familia. Todo ello unido a los desprecios de los que se sentía objeto en la propia empresa, le empujó, en opinión de la fiscalía, a matar a Ana Elena «cargado de ira y odio».

Las dos acusaciones particulares que ejercen los padres y el hermano de la víctima -están representados por los letrados Rafael López Guarnido y Francisco García Ballesteros, respectivamente-, y han elevado a definitivas sus conclusiones. Ven también un asesinato con alevosía y ensañamiento en el letal ataque sufrido por Ana Elena, así como un delito de robo con violencia. Reclaman 30 años de prisión.

La defensa, que ejerce el letrado Pablo Luna, pide la libre absolución con la adopción de una medida de seguridad (15 años y tres meses de internamiento en centro psiquiátrico) para el procesado, que tiene diagnosticada una esquizofrenia paranoide. Observa en su patología mental una eximente completa. No obstante, ha solicitado, alternativamente, 10 años y un mes de cárcel si se apreciase por los jurados la eximente «incompleta» de alteración mental.

Durante la sesión de este viernes, han intervenido los peritos de la defensa, una catedrática en Medicina Legal y un psiquiatra, y han descartado que el acusado esté simulando. Ambos se han mostrado convencidos de que es un enfermo mental con un trastorno de esquizofrenia paranoide que le hacía, desde 2019, ver pirámides con el ojo de Horus que proyectaban rayos, así como demonios.

Antes del comienzo de la sesión, a la llegada a Plaza Nueva del furgón policial donde iba el preso, los familiares le han gritado «asesino y psicópata». Tras los informes finales de las partes, el siguiente trámite será entregar el objeto del veredicto a los jurados y que se retiren a deliberar.