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Alonso, durante un Gran Premio.
El improbable techo de Fernando Alonso
Análisis

El improbable techo de Fernando Alonso

El salto de calidad en McLaren hace soñar con un improbable podio, pero todo apunta a que en Montmeló volverán a caer a luchar por objetivos más humildes

David Sánchez de Castro

Lunes, 2 de mayo 2016, 20:17

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La receta para fabricar un podio en la Fórmula 1 tiene siempre los mismos ingredientes, aunque no siempre en las mismas cantidades: un buen coche, una conducción acertada, una buena adaptación a las características del circuito, una estrategia afinada y una dosis de suerte. Los pilotos que llevan un Mercedes cuentan con más de las dos primeras que de las dos segundas, pero el resto tienen que apostar por más de las últimas para intentar tapar las carencias. Que Nico Rosberg o Lewis Hamilton estén entre los tres primeros clasificados entra dentro del guión previsto porque cuentan con el mejor monoplaza de los últimos tiempos y rara vez cometen errores. Que Fernando Alonso alcance los puestos de puntos, como hizo en Rusia, es casi un contrasentido: su MP4-31 no es ni el primero, ni el segundo, ni el quinto mejor coche de la parrilla. El sexto puesto que consiguió en Sochi salió de una hornada con el resto de componentes de esa fórmula.

La gran pregunta que tienen ahora los aficionados es si Alonso será capaz de mejorar ese resultado. La respuesta no es sencilla. El de Rusia era una carrera valle para McLaren: sus carencias en la unidad de potencia (Button asegura que ya están trabajando en la de 2017) habían colocado esta cuarta cita del campeonato como una en la que acabar ya era un éxito. Muy pocos creían que iba a ser ante Vladimir Putin cuando McLaren conseguiría meter a sus dos coches en el top 10. La colosal salida de Fernando Alonso cambió el principio del guión, los incidentes en la salida entre Vettel y Kvyat movieron aún más la trama, y la avería de Verstappen supuso la confirmación de que la película iba a tener un buen final para el piloto español.

El propio Alonso llamaba a la sensatez en una entrevista a la Cadena COPE tras la carrera. «En perspectiva hay que tenerlo. El coche está creciendo a pasos agigantados. Se nota carrera a carrera que el coche va más rápido, en recta y en el paso por curva y todo lo que estamos introduciendo está dando el resultado esperado», dijo optimista antes de echar un jarro de agua sobre las aspiraciones de la afición. «También fue un poco una casualidad. Es un circuito que no nos favorecía demasiado, con muchísima recta donde la potencia era muy importante y nos encontramos más o menos en la séptima posición después de varios accidentes. Hay que ser conscientes de que en una carrera normal no hubiéramos ganado esas tres o cuatro posiciones», admitió.

La relación entre McLaren y Honda está afectando notablemente a sus pilotos, y este es un factor que seguirá sobrevolando cualquier resultado, tanto positivo como negativo. El matrimonio tiene más nudos de los esperados y suponen serios tropezones para Alonso y Button. Desde la escudería aseguran de manera pública que la relación está avanzando por el buen camino, pero en privado los hay que ya dan por perdidas todas las opciones. La apuesta por el size zero, que minimiza el tamaño del chasis, es el arma arrojadiza de Honda hacia McLaren, que responde con que desde Japón no son capaces de fabricar una unidad de potencia decente para luchar ya no con Mercedes, sino con Ferrari o Renault. Rusia ha sido una sorpresa: quinta velocidad más rápida de la carrera, algo que ni siquiera tiene explicación desde el muro de McLaren. Es por ello que no esperan que este resultado se repita en Montmeló. La larguísima recta del trazado catalán no debería ser uno de sus puntos fuertes, como sí esperan que lo sean las zonas viradas del Estadio.

¿Y el podio? ¿Alonso será capaz de volver a bañarse en champán, dos años después? Quién sabe. El sexto puesto de Rusia supone un objetivo, pero también un buen suelo. Carreras con incógnitas, como Mónaco, Canadá o la nueva de Bakú, o con lluvia pueden ser en las que McLaren pesque un puesto en el cajón. Nadie puede esperar que el sexto puesto sea el lugar común de encuentro porque lo natural es que Alonso y Button peleen más por ser décimos que por ser quintos. No obstante, si la Fórmula 1 ha enseñado algo es que, muchas veces, en un horno como es cada carrera a veces es más importante la sal de la suerte que la masa madre de un coche ganador. Que se lo cuenten a Hamilton, que aún no sabe lo que es mirar hacia abajo en un podio.

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