Obstaculistas y supervivientes

La prueba de los 3000 metros obstáculos es una de las más "agresivas" que existen en el atletismo. Ya de por sí, cualquier prueba de fondo o medio fondo conlleva una gran cantidad de impacto en su preparación. A diferencia de cualquier otro deporte cíclico, la carera a pie implica miles y miles de zancadas diarias para su entrenamiento, especialmente en el alto rendimiento. Cada zancada supone un pequeño golpe o "microtraumastimo" para el organismo.

Este proceso en muchas ocasiones desencadena lo que son conocidas lesiones de sobreuso. Estas son las tendinosis del tendones del pie y de la rodilla, fractura por estrés, bursitis... Si a todo esto le añadimos que hay que preparar una prueba que consiste en correr tres kilómetros a la vez que hay que saltar 28 obstáculos de 91 centímetros de altura y 7 rías que consisten en ese mismo obstáculo seguido de una fosa rellena de agua. Además de los impactos de la propia carrera, las múltiples caídas de estos saltos hacen que tendones, músculos y huesos de las extremidades inferiores se resientan.

El año pasado, los obstaculistas españoles nos hicieron atisbar un espejismo de lo que había supuesto esta prueba hace diez o veinte años en este país. Durante aquel periodo, las marcas realizadas por nuestros corredores eran de nivel mundial y para acceder a los grandes campeonatos, muchos tenían que quedarse fuera. En 2015, cinco atletas conseguían realizar la marca mínima de clasificación para los JJOO de Río: A. Merzougui, Victor García, Sebas Martos, Fernando Carro y Roberto Aláiz. Al igual que antaño, dos de estos atletas tenían que quedarse fuera de los Juegos.

Sin embargo, las lesiones ejercieron de selección natural y nuestros obstaculistas fueron resintiéndose uno tras otro de diferentes achaques. Sólo Merzougui se salvó de esta criba. Algunas de estas lesiones fueron definitivas dejando fuera de juego a García y Aláiz, y otras más leves como las de Martos o Carro. Finalmente, lo que no tuvieron que decidir los seleccionadores, lo decidieron las lesiones. Y en Río solo Sebas Martos fue capaz de disputar su semifinal con serias opciones de conseguir el pase a la final.

El jienense, cuarto en el reciente Campeonato de Europa de Ámsterdam, solo cometió un pequeño fallo táctico, eso sí, determinante. Un cambio de ritmo demasiado fuerte y demasiado pronto por el exterior a falta de 600 metros de la meta le dejaba sin fuerzas para acceder a los tiempos de pase a la final. En esta, veremos a los clásicos: Kemboi, Mekhisi, Jager y Kipruto.

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