El deporte británico tiembla tras el Brexit

Con la regulación vigente en materia de inmigración de deportistas, la Premier no podría contar con más de 100 futbolistas, que no reunirían las condiciones para obtener el permiso de trabajo. Si lo ampliamos al resto de ligas del Reino Unido le alcanzaría una cifra cercana a los 400 futbolistas. Ahora deberán asumir la normativa general que rige la inmigración laboral, y dejarán de beneficiarse de la ley Bosman, que permitía a los jugadores poder negociar sus contratos directamente con los equipos. Por ello, las diferentes ligas británicas tendrán dos tercios de los jugadores sin cumplir los criterios para jugar, según datos del Observatorio de Fútbol CIES. De esta manera, futbolistas que han aparecido en los últimos meses como en la Premier League como Payet, Kanté o Martial no podrían haber crecido en el campeonato inglés y algunas estrellas que estuvieron no hace mucho defendiendo las camisetas de los equipos ingleses no habrían podido hacerlo.

La actual normativa vigente para los deportistas que llegan desde fuera de la Unión Europea les exige haber jugado entre el 30% y el 75% de los partidos disputados por su selección en los últimos dos años dependiendo de su posición en el ranking FIFA, contemplando los 70 primeros puestos. Esta variación legislativa y tardará dos años en ser vigente en Reino Unido (aunque sí afectará a los nuevos fichajes), pero no afectará ni a la Champions League ni a la Europa League.

El nuevo escenario va a obligar a apostar por el producto nacional y dejar de apostar por jugadores no británicos que han hecho crecer a la Premier League en los últimos años. Así lo reconocía hace unos días David Beckham, que apoyó la continuidad en la Unión Europea: Ganamos muchos títulos pero nuestro éxito fue mayor por un portero danés, Peter Schmeichel, un líder irlandés como Roy Keane y la habilidad de un francés como Eric Cantona. Pero apostar por lo nacional no va a abaratar los contratos, ya que al limitar los jugadores fichables, las locuras por hacerse con ellos serán mayores que las actuales.

Pero no sólo el fútbol se verá afectado por el Brexit. El críquet y el rugby también se han beneficiado durante más de una década de la protección europea para poder fichar a jugadores de países no comunitarios pero que contaban con acuerdos de asociación con la Unión Europea.

Además de las consecuencias deportivas, el Brexit tendrá una repercusión económica, principalmente por los ingresos de televisión. Si las ligas británicas tienen limitada la llegada de estrellas, la competición no tendrá el mismo nivel que ahora y eso provocará el descenso de los contratos televisivos, de marketing y patrocinios que tiene en la actualidad, sobre todo en el mercado asiático.