Platini, el extraordinario viaje vital del 10 de los 'Bleus'

En el campo, el mítico 10 de los Bleus era conocido por ver el juego antes que el resto. Casi tres décadas después de su retirada el hombre de la pelambrera negra luce hoy un notable sobrepeso pero ha guardado su vista privilegiada. ¿Y si se ha lanzado a la campaña más importante de su vida sin tener la certeza de ganarla?

En 2007, cuando tomó los mandos de la UEFA, sus críticos le calificaban de romántico. Pero lejos de esta percepción, el triple Balón de Oro (1984, 1985 y 1986) se rebeló como un hombre de acción. Eliminó el G14 (asociación de los clubes más poderosos de Europa), abrió la Liga de Campeones a los pequeños países e instauró el fair play financiero para frenar el endeudamiento de las entidades. Esta lista de decisiones han forjado su talla como hombre de estado en el planeta fútbol.

Como jugador tenía la misma meticulosidad, elevando el golpe franco a la categoría de arte, un ejercicio que contribuyó a construir su leyenda.

Sus golpeos certeros e imprevistos ofrecieron a la selección francesa grandes victorias... Como recordará el portero español Luis Miguel Arconada, que falló en la final de la Eurocopa de 1984 y permitió el triunfo local.

Quitando sus dolorosos fracasos en las semifinales de los Mundiales de 1982 y 1986, Platoche ganó todo lo posible en sus 15 años de carrera: La Copa de Francia con el Nancy (1978), el campeonato de Francia con el Saint-Etienne (1981), el campeonato italiano con la Juventus (1984, 1986)...

El chico de Joeuf (Meurthe-et-Moselle) fue el primer francés que logró triunfar en Italia. Pero con la Juve también vivió la peor cara del fútbol: La tragedia del estadio de Heysel, que se cobró 39 muertos el 29 de mayo de 1985 en Bruselas. Justo después de la escenas de horror, Platini y la Juventus ganaron 1-0 al Liverpool y lograron la Copa de Europa.

«Esta final no la puedo olvidar, no ha salido de las mentes de todos los que estábamos allí presentes, de los que perdieron a sus seres queridos, para los que la vida cambió en unos minutos terribles», señaló Platini el pasado 29 de mayo, en el 30ª aniversario de Heysel.

Detractores

Entre la camiseta de jugador y el traje de dirigente, Platini vistió el chándal de entrenador, pero su periodo como seleccionador francés se saldó con una decepcionante eliminación en la primera ronda de la Eurocopa de 1992.

¿Después? Una ascensión fulgurante: Copresidente (junto con Fernand Sastre) del comité de organización del Mundial 1998, consejero especial de Joseph Blatter, al que había ayudado para que llegara a la presidencia de la FIFA (1998), vicepresidente de la Federación Francesa en 2001 y presidente de la UEFA desde 2007.

En el camino que debe llevarle de Nyon sede de la UEFA a Zúrich de la FIFA encontrará alguna piedra. Le persigue su voto por Catar para el Mundial de 2022, que justificó como una manera de hacer público que su horizonte iba más allá de Europa, pero le ha provocado acusaciones de todo tipo, especialmente de la prensa inglesa.

Sus detractores también recuerdan que su hijo Laurent trabaja con una filial de una sociedad de deportes catarí. «Mi hijo empezó a trabajar para los cataríes no porque sea mi hijo, sino porque es un buen abogado», señaló Platini, casado con Christelle, con la que también tiene una hija.

El francés pudo haber envejecido cómodamente como un icono del foot vintage pero eligió la acción.

Ahora pretende convertirse en el número 1 de la institución que dirige el fútbol mundial y no lo hace en cualquier momento. Si alcanza el cargo deberá afrontar la peor crisis de la historia de la FIFA, golpeada por la corrupción en los últimos meses.