«Tengo la fórmula para dirigir selecciones»
El técnico se siente «feliz» tras llegar a un acuerdo para dirigir a su tercer combinado nacional después de pasar por Japón y Tailandia
Sergio Yepes
Martes, 13 de junio 2017, 07:42
El valenciano de adopción granadina Miguel Rodrigo (15/07/1970) ha alcanzado un acuerdo para convertirse en el nuevo seleccionador de fútbol sala de Vietnam, ... que es el tercer combinado nacional que dirige después de sus experiencias previas en Japón (2009-2016) y en Tailandia, recién finalizada. El contrato, que será oficializado en próximos días, es por tres años y le supondrá asumir también las riendas del Thai Son Nam, un club estrechamente ligado a la Federación con el que tendrá la oportunidad de competir en el campeonato AFF de clubes para así terminar de configurar un reto que dice que «me apasiona». Y que le confirma como toda una suerte de ciudadano asiático ahora que cree tener «la fórmula» para dirigir selecciones.
¿Cómo surgió su fichaje por Vietnam?
En marzo se pusieron en contacto conmigo y comenzamos a hablar. Ellos sabían que yo no iba a continuar en Tailandia, donde firmé por un único año en junio de 2016. Y rápidamente llegamos a un acuerdo.
¿Qué objetivos se marca?
El principal será clasificarnos para la Copa de Asia de 2018 y tratar de igualar las semifinales que ya este país logró en la edición de 2016. Y aparte, conseguir una plaza para el Mundial de 2020 partiendo de la base de que disputó ya el anterior consiguiendo incluso pasar la primera fase. Además, voy a ser un eslabón más en el desarrollo de su fútbol sala. Vietnam está invirtiendo muchísimo dinero en este deporte. Y de hecho ha construido en Ho Chi Minh una ciudad deportiva para el fútbol sala con un edificio en el que vivirán los chicos y sus familias. Pero para competir con Tailandia, Irán o Japón se necesitará de mucho más.
Todos los logros que refirió Vietnam los consiguió con el exentrenador de Oxipharma Bruno García. ¿Le deja el listón muy alto?
Va a ser muy complicado igualarle, pero siempre será un estímulo intentarlo. No lo interpreto como una presión, sino como un desafío. Ya hay una base técnico-táctica y un componente mental muy importantes. Y aparte, yo soy un ganador y me exijo lo máximo de mí.
¿Cuáles serán los obstáculos a superar para poder igualarlo?
Quizás que no hay una Liga regular amplia. La que existe es de diez equipos y se desarrolla por espacio de un mes. Y eso propicia que los jugadores no tengan un plus de competitividad. El fútbol sala es un deporte relativamente joven en Vietnam y no hay quien invierta en franquicias.
Dos granadinos más
En su cuerpo técnico tendrán cabida dos granadinos: Rafa García y Álvaro Martínez. ¿Qué pretende con sus incorporaciones?
Dar la oportunidad a gente de mi tierra. Son dos chicos que están muy preparados. Necesito un perfil de gente cualificada, con capacitación, que se quiera comer el mundo y con ganas de formarse en el trabajo de élite. Lo que les ofrezco no se lo regalaría a nadie que no estuviese facultado.
¿Se le hizo corto su paso por Tailandia?
Sí, muy cortito. Cuando me ofrecieron ser su seleccionador yo ya tenía algunas otra expectativas importantes para 2017. Por eso, sólo les pude dar un año de mi vida y ellos siguieron buscando el entrenador a largo plazo que buscaban. Y así hasta que llegaron a un pacto de caballeros con José María Pazos, Pulpis. Fue todo con total transparencia.
En este año condujo a la selección de Vietnam hasta la victoria final en el campeonato AFF y en 2016 hasta los octavos de final del Mundial. No está nada mal.
No, en el Mundial de Colombia tuvimos muchas opciones de poder colarnos en los cuartos de final. Eso habría sido histórico. Pero Azerbaiyán, que fue nuestro rival, está a otro nivel. Y aparte, creo que nos perjudicaron algunas decisiones arbitrales. Se produjeron tres manos clarísimas que no nos pitaron. Y eso me hizo quedarme con una sensación de decepción.
También tuvo en Tailandia la oportunidad de adentrase dentro del fútbol.
Así es. Todo fue porque el presidente de la Federación tenía planes de cambiar el modelo y estableció un plan a veinte años con idea de disputar las semifinales y finales de un campeonato asiático y de clasificarse para un Mundial. Así que me nombraron director deportivo de los planes de desarrollo de fútbol. Ejercí como tal desde Navidad. Y de hecho me llevé a cuatro entrenadores españoles que procedían de la base del París Saint-Germain para dirigir la selección olímpica, la Sub-18, la Sub-16 y la Sub-14. Pero me topé con que creé envidias en las fuerzas gordas de la Federación, quienes plantearon que un chico procedente del fútbol sala como yo no podía dirigir el fútbol. Y eso motivó que en mayo el presidente me dijera que no quería problemas. Y yo lo comprendí. Era una buena oportunidad pero también suponía un gran sacrificio, porque iba a tener que dejar el fútbol sala.
¿Le resultó más fácil la adaptación a Tailandia que a Japón?
No. En ambos países la adaptación suele ser muy rápida para alguien que es europeo. En Asia encontré un mundo para vivir. Me fui a Japón en 2009 con recelo, pero enseguida fui feliz. La persona de allí es muy disciplinada, más sacrificada, te obedece antes. Y el tailandés es como muy andaluz, muy de la calle, muy de terraza. La vida la hace en la calle. Gastan lo que tiene y son muy generosos.
¿Y qué tal la afición tailandesa?
Es única. Yo no he visto jamás gente que haya vivido el fútbol sala de esa manera. Antes de jugar el Mundial disputamos un torneo nacional que se llama Thailand Fives y el pabellón se llenó pese a tener capacidad para 12.000 espectadores, quedándose gente fuera. Al final de cada partido teníamos que cumplir con un ritual que consistía en ir hacia una de las gradas y escuchar cómo nos cantaban el himno nacional. Se ganara o se perdiera era un reconocimiento muy emotivo que se hacía al esfuerzo. En la AFF también se llenó el pabellón, que era para seis mil aficionados, y tuvieron que poner fuera sillas y pantallas para otros dos mil.
¿Se siente ya más cómodo entre selecciones que en clubes?
Sí, me resulta más fácil. Son ya muchos años. Tengo la fórmula y mis patrones para dirigirlas. O para crear un estilo de juego con cuarenta o cincuenta sesiones de entrenamiento. Me siento muy cómodo. Este trabajo me ofrece mucho tiempo para mejorarme a mí mismo, a nivel personal y deportivo.
Se está convirtiendo usted en la versión en futsal de Bora Milutinovic, quien en fútbol dirigió nueve selecciones.
Ja, ja. Es verdad, no pensé en la comparación que se podría hacer entre uno y otro. Pero estaría bien seguir su ejemplo.
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