El tiempo muerto de 'Maldini' Calero
El reconocido ala-pívot, paradigma de longevidad deportiva a sus 48 años, se plantea colgar las botas
Sergio Yepes
Martes, 13 de diciembre 2016, 00:32
«El fútbol sala es mi droga. Sin este deporte me haría falta algo en mi vida. Pero la verdad es que ya estoy valorando ... dedicarme más a la familia. De modo que sí, que es posible que la actual sea mi última temporada en activo, porque ya empiezo a verlo todo de otra manera». Después de haber extendido su carrera hasta los ¡¡48 años!!, y así haberse convertido en un paradigma de longevidad deportiva, el ala-pívot Nacho Calero ha pedido tiempo muerto. Y es que aquel de quien el seleccionador de Tailandia Miguel Rodrigo dijese que «es una leyenda viva del futsal granadino», ese mismo al que el árbitro de Primera Valentín García Morón llegó a comparar con «Paolo Maldini» porque «nadie le derriba», no deja de recordar que tiene «dos hijos de 13 y 11 años que necesitan que su padre les dedique más tiempo». Y eso parece ser que será definitivo una vez que las dudas que arrastra desde el verano dieron paso a una etapa de cierta desmotivación personal. Y también, a que se quedara sin ficha en el Peligros FS, el equipo de Segunda B en el que militó durante las tres últimas temporadas y con el que aún se ejercita mientras «equipos de Provincial como nuestro filial Albolote» hacen votos todavía por poder incorporarlo.
Quienes lo han visto jugar no necesitan de explicaciones. Nacho Calero siempre destacó por una técnica exquisita que lo convirtió «en el galáctico del fútbol sala» local, en el mago de las 'coca-colas' y las 'bicicletas' que incluso supo dar pases mirando a la grada del tipo de «los de Laudrup», como bien recuerda el ex árbitro internacional Francis Peña Díaz. Pero ahora que echa la vista atrás, y que siente que «aún puedo dar cinco minutos buenos» en los partidos de la categoría de bronce, no se arrepiente de haber establecido prioridades que le hicieron renunciar a la posibilidad de haberse lanzado al profesionalismo.
Carnet de identidad
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- Nombre. Ignacio 'Nacho' Calero Espinosa.
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- Fecha y lugar de nacimiento. 07/05/1968, en Granada.
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-Trayectoria.
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Hípica (1988/89), Maracena (1989/90), Córdoba (1990/91), Taberna Andaluza (1991-1999), Granada 74 (1999/00), Dani (2000-2002) , Dúrcal FS (2002/03), Atarfe (2003/04) Dúrcal CD (2004-2008), Las Gabias (2008/09), Granada Futsal Zaidín 90 (2009-2012), Maristas (2012/13), Peligros (2013-2016).
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- Principales méritos.
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Subió a Primera en 1991 con Córdoba. Recibió la moneda del centenario de la Federación Andaluza en 2015.
«En 1989 comencé a trabajar en una entidad bancaria -CajaGranada- por lo que pude tomarme el futsal como un hobby», dice quien da «gracias a Dios» por ello ya que «aunque tuve llamadas de equipos de superiores categorías, en mis tiempos era muy complicado, prácticamente imposible, ganarse la vida con esto. Y tampoco tuve la necesidad de ello».
Aún así es verdad que Calero reconoce que uno de los mejores momentos que ha vivido como jugador fue aquel en el que «me sentí profesional y conseguí ascender a Primera con Muebles Obrero Aquasierra de Córdoba», que es el equipo con el que se pudo comprometer en 1990 -cuando sólo tenía 22 años- porque «después de trabajar por las mañanas el entrenador malagueño Pepe Martín me recogía e íbamos y veníamos en el día para entrenar». Para dar rienda suelta, en definitiva, a la pasión que siempre le hizo marcar diferencias.
"La edad de mi padre"
«Me han llegado a decir que iba de chulo por la forma de jugar que tenía. Pero lo cierto es que nunca he tratado de superar a nadie. Juego con una determinada facilidad, con una serie de facultades que siempre he intentado plasmar sobre la cancha. Y nunca le he tenido miedo a ninguna pista por mucha gente que hubiera», explica con la suficiencia que le permite la evidencia quien realmente se trata de un tipo cercano, cálido y hasta podría decirse que humilde. Aquel a quien le pilló hecho un chaval la explosión de los extintos Puleva y Nevamatic en las antiguas Primeras divisiones de la RFEF y la FEFS mientras que algo mayor, el emergente proyecto en Segunda del también desaparecido Oxipharma. Que es algo que, sin embargo, no quitó para que impartiera su magisterio en otros clásicos del fútbol sala de Granada como pueden ser el Supermercados Dani, el Taberna Andaluza o el propio Granada Futsal de Zaidín 90.
«Me lo he pasado muy bien. Y me reconforta que todavía me sigan diciendo que estoy para jugar, porque últimamente lo he venido haciendo con chicos de veintiuno o veintidós años. Uno de ellos, que era mi compañero, se sorprendió al saber mi edad y me dijo: 'si tienes la de mi padre y él no puede ni moverse'. Se quedó pasmado».
Casi tanto seguramente como quienes lo hayan seguido con cierta regularidad y comprobado que hasta el momento actual «me han respetado bastante las lesiones». Y de ahí precisamente a que haya podido prolongar tanto su carrera. «He tenido poquitas. Y generalmente fueron básicas, como torceduras de tobillo. Aunque es verdad que una vez estando en el Dúrcal se me salió el codo», dice quien precisamente salió 'recientemente' de la dolencia más grave que ha padecido como jugador. «Tuve una fascitis plantar en el pie derecho que me obligó a estar parado desde diciembre hasta mayo» y que a la postre también le hizo abrir los ojos de cara a sus quehaceres laborales cotidianos.
«Debo cuidarme. No están las cosas como para sufrir problemas y tener que darte de baja en el trabajo», dice quien en tiempo de balance final explica que el futsal sólo le ha hecho rico «en amigos». «Económicamente no me tiene que investigar el señor Montoro, porque este deporte no me ha hecho ganar dinero como para tener un fondo escondido en las Islas Seychelles. Pero tampoco me he movido por eso, sino sólo por disfrutar y pasármelo bien», concluye Nacho Calero con la dosis de humor necesaria para compensar la tristeza que podría representar su despedida para los amantes del fútbol sala.
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