El reto de seguir soñando
Jorge Abarca utiliza el deporte como herramienta para la investigación de la ELA, enfermedad que sufre y que otorga cinco años de esperanza de vida a quien la padece | Él dice que los empleará en no dejar de sonreír
CÉSAR GUISADO
Jueves, 14 de enero 2016, 01:34
La conversación que se entabla con Jorge Abarca abandona rápidamente lo trivial para abordar temas tan importantes como la vida o la muerte, pero sobre ... todo la vida. Los anhelos y la inmediatez por querer cumplirlos o la fortaleza interior que posee cada uno. Dice que las personas no son capaces de conocerse a sí mismas hasta que no les llega un revés tan grande que deben sacar toda su energía interna para combatirlo.
Jorge fue diagnosticado hace ahora más de tres años de Esclerosis Lateral Amiotrófica, una enfermedad que reporta una esperanza de vida no superior a cinco años en la mayoría de los casos. Se trata de una afección neurodegenerativa que poco a poco anula el movimiento voluntario de los músculos hasta que impide a una persona caminar, mover los brazos, hablar, tragar y, por último, respirar.
Debido a esto Jorge apenas piensa en proyectos irrealizables en un futuro inmediato. «La gente dice que hablo con mucha naturalidad de la muerte. Y lo cierto es que me costó mi trabajo cuando me diagnosticaron la enfermedad». Tenía dos opciones: quedarse sentado en el sofá o hacer algo positivo tanto a él mismo como a las personas que padecen esta enfermedad, «el día que vi a mi hija y a mi mujer derrumbadas pensé que tenía que darle la vuelta a la situación.Y ahora tengo un montón de proyectos que espero cumplir», señala.
Desde finales de agosto hasta mediados de septiembre, Jorge llevó en su mochila a miles de corazones granadinos y del resto de personas que padecen ELAy que habían puesto en su ruta de Granada a Santiago las esperanzas por seguir sumando a favor de la socialización e investigación de la enfermedad. Por eso, reconoce que ahora cada paso que afronte su reto debe ser prudente: «me da miedo decepcionar a toda esa gente que me apoyó», confiesa.
Pero nos da las claves y se antoja precioso. «Hay un grupo de chicos, muy jóvenes, que están luchando con mucha fuerza por la conservación de la Vega de Granada y me han propuesto un reto: viajar en bicicleta desde el nacimiento del Río Genil hasta la desembocadura del Guadalquivir, en Sanlúcar de Barrameda. Pienso que no hay nada mejor que unir nuestras causas». Además, parece que no van a estar solos. La gente del Granada Ultra Trail se ha propuesto correr la distancia que une Granada y Sevilla en una sola jornada, así que quizá el reto sea uno de los más llamativos de los últimos tiempos en toda Andalucía.
Este, que quedará fechado para Semana Santa, será la antesala a una cita deportiva que el corredor quiere volver a vivir por lo que supuso el verano pasado. «Subir al Veleta fue junto a la llegada a Santiago una de las mayores emociones que me ha dado el deporte. Fue una llegada súper emotiva en la que me acompañaron amigos y mi familia», recuerda.
Otura recogió el guante
Un proyecto más. El pasado 30 de noviembre, Jorge Abarca subió al escenario del Salón de Actos central en el Palacio de Congresos. Allí, la Diputación de Granada le hizo entrega de una mención especial por su dedicación al atletismo y por su esfuerzo en pos de la investigación de la ELA. Con la platea entregada, regalando un aplauso conmovedor y sincero que se extendió varios minutos, el corredor no desaprovechó tal oportunidad y lanzó el guante.
Propuso que algún alcalde de los allí presentes se hiciera partícipe de su lucha y organizara una carrera cuyos beneficios económicos sean donados para la investigación que se está llevando a cabo en Estados Unidos gracias a las aportaciones de cada país, tarea en la que España anda rezagada. Pues hace pocas fechas, el propio Jorge Abarca ha sido informado que su propuesta ha sido recogida por el Ayuntamiento de Otura que en 2016 y sin que coincida con ninguna prueba del calendario del Gran Premio de Fondo, se encargará de llevar a cabo la primera carrera de la provincia con este fin.
Quizá, lo más triste sea reconocer que Jorge Abarca no llegará a disfrutar de todos los avances por los que ha luchado durante estos tres años. Pero sabe que sí lo harán quienes vengan detrás.«Sé que no voy a estar mucho tiempo aquí, así que lo importante es disfrutar cada día con lo que hago.Cuando llegue el día en el que no pueda caminar buscaré otro aliciente, me adaptaré a las circunstancias que me ponga la enfermedad», dice, sin perder la sonrisa ni por un solo segundo.
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