España aprende a sufrir

La ausencia de defensas fue la característica principal del primer cuarto entre dos equipos muy parecidos en sus cualidades que decidieron retarse en ataque. El 27-24 favorable a las serbias, tras los diez primeros minutos de juego, es muy claro sobre lo sucedido.

En el segundo acto, Lucas Mondelo, seleccionador español, ordenó apretar las clavijas en defensa y el marcador dejó de correr. España comenzó a marcar diferencias, 32-37 (min.15,30), gracias a sus mejores transiciones y a una Alba Torrens que volvió a tomar las riendas del equipo en la ofensiva.

Con los dos equipos muy abiertos en ataque, con mucha velocidad y con chispa en muchas de las jugadoras en pista, la mayor calidad de las españolas comenzó a decantar el marcador, pese a la dureza de las serbias, aunque al descanso el 40-46 dejó abiertas todas las posibilidades.

Las dos selecciones ya estaban clasificadas para los cuartos de final, pero en juego estaba la mejor clasificación posible para los cruces, una cuestión nada baladí.

Marina Maljkovic, la seleccionadora serbia, ordenó cercar a Torrens y no dejarla progresar, bajo ninguna circunstancia, en ataque. España acusó la medida y el parcial de 22-15 en el tercer acto le devolvió la ventaja, mínima, a las balcánicas, 62-61.

Laura Nicholls se echó el equipo a la espalda en los primeros minutos del cuarto definitivo con sus efectivos lanzamientos exteriores, mientras el marcador se equilibró, 67-67 (min.38).

Con Serbia llevando la iniciativa, el equipo español supo asentarse en defensa y con dos rápidos contragolpes volver a ponerse en positivo, 73-77 (min.35).

La selección aceptó el intercambio de canastas que propuso Serbia hasta que un canastón de Nicholls, un triple de Torrens y una penetración de Anna Cruz dieron a España media victoria, 78-89 (min.38).

España gestionó bien la ventaja y se apuntó una victoria importante que le permitirá optar a los dos primeros puestos del grupo. Torrens, 25 puntos, Nicholls, 20, Cruz, 15, y Ndour, 15, fueron fundamentales.