Denuncian golpes, insultos y acoso a su hija de 8 años por una compañera de clase en un pueblo de Granada
Los padres aseguran que han tenido que pedir el cambio de colegio de la pequeña y de su hermana ante la «pasividad» de la dirección del centro
Álvaro López
Granada
Martes, 23 de marzo 2021, 00:24
Bea padece un infierno en su colegio. Con solo 8 años, su vida ha cambiado de la noche a la mañana después de haber sido ... víctima de acoso, insultos, amenazas y golpes por parte de una compañera de pupitre durante los últimos meses. Sus padres supieron que algo iba mal cuando la pequeña, poco antes de Navidad, volvía todos los días del colegio en la localidad de Atarfe con cara rara, un comportamiento inexplicable y con la tristeza marcada en su rostro. Una niña víctima de un presunto caso de bullying.
Según el testimonio de los progenitores, recogidos por el portavoz familiar, Carlos G. Barrett, la niña, que cursa tercero de Primaria, venía del colegio diciendo que «una compañera le insultaba con palabras muy fuertes». Al conocer los hechos, la madre de la acosada, habló con la progenitora de la presunta acosadora para decirle lo que estaba pasando, pero esta le negó que su hija pudiera estar haciéndole bullying a la pequeña Bea. Sin embargo, a los días, los insultos pasaron de ser verbales a estar por escrito en notas que la niña llevaba a su casa cada día.
«Puta facha de mierda», «gilipollas», «eres hija de la gran puta» y «me cago en tus muertos» son algunas de las frases recogidas en las citadas notas y que la pequeña llevó a su domicilio. En otros casos se trataba de dibujos en los que se veía a sus amigas excluyéndola del grupo.
Una situación que obligó a sus padres a tomar cartas en el asunto. Ante las pruebas de que su hija pudiera estar siendo víctima de bullying, pidieron explicaciones al centro educativo. «Tuvimos una pequeña discusión porque dije que los problemas del colegio los deberían de solucionar ellos. El jefe de estudios me contestó que si no estaba contenta con el colegio que ya sabía lo que tenía que hacer», cuenta la madre de Bea.
Ante esa respuesta y sin poder hacer nada, la niña siguió yendo al colegio, aunque, dicen sus padres, con miedo incluso a sus profesores, al sentirse indefensa frente a los ataques de su compañera. De hecho, relatan los padres, el estado anímico de la pequeña era tan malo que tuvieron que llevarla al médico, donde le diagnosticaron que padecía estrés.
Para tratar de solucionar definitivamente el conflicto, acudieron a la Guardia Civil para denunciar al colegio por los hechos y para que se respetase la integridad de la menor. Paralelamente, solicitaron a la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía en Granada un cambio de centro al ver la situación «lamentable» en la que estaba la niña y la «pasividad del centro».
Pero no solo para la pequeña Bea, sino también para su hermana Lucía, que se había convertido en víctima colateral de las amenazas a su hermana, hasta el punto de no querer ir tampoco a clase. La ansiedad y el miedo se habían instalado en ellas y eran incapaces de volver al colegio.
Impotencia por el silencio
«Lo que quiero con este tema es que los padres no nos callemos, que los centros no se limpien las manos y aquí no ha pasado nada», dice la madre de Bea. «Esto nos ha hecho mucho daño al ver cómo se ponen las vendas en los ojos. Mi hija llegó a decirme que quería morir, que así se solucionaba todo y no tenía que ir a ese colegio. Creo que lo hemos cogido a tiempo, pero igual que ella, habrá muchas familias que por respeto y educación se callen». Convencida de que no quiere que temas como el de su hija se olviden, considera que son asuntos «más serios de lo que creemos».
«El centro ha cumplido el protocolo previsto», asegura Educación
IDEAL se ha puesto en contacto con el centro escolar al que acudía Bea para contrastar la información. La dirección de la escuela ha declinado la invitación asegurando que se trata de un tema que está en manos de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía. Solo dicen haber cumplido con el protocolo de actuación «desde el principio».
Por su parte, Educación sostiene que «desde el momento en que tuvo conocimiento de la existencia de un presunto acoso a la alumna, el centro educativo inició el protocolo y los órganos competentes del centro lo están aplicando con el fin de adoptar las medidas necesarias y solucionar el problema de convivencia entre el alumnado implicado». En ese sentido, continúa, la inspección está siguiendo el caso y ha colaborado con la familia. Además, confirma que se ha concedido el traslado de centro.
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