Denuncia que dejó a su perro en una residencia canina y le devolvieron los restos descompuestos de otro animal
Esta vecina de Loja descubrió que los huesos no correspondían a su mascota tras pasar el lector del chip en el veterinario
Alejandra, vecina de Loja, recibió este lunes la llamada de la responsable de la 'residencia canina' en la que había dejado a su perro Odín ... hace diez meses para indicarle que su podenco había muerto y que lo había enterrado en su jardín. «Dijo que lo encontró agonizando y que murió cuando trataba de llevarlo al veterinario», afirma la joven.
Al conocer la noticia, insistió en recuperar los restos de su mascota y, pese a las negativas de la mujer, finalmente, le entregó los restos de un animal en estado «avanzado de descomposición». «La única explicación que me dio fue que falleció por un golpe de calor», cuenta. Los huesos que recibió estaban metidos en una bolsa de basura y el cuerpo aparentaba llevar semanas sin vida.
Alejandra dejó a su perro en esta especie de 'guardería canina' el pasado verano hasta encontrar un alquiler en el que le permitiesen tener mascotas. Según consta en la denuncia presentada ante la Guardia Civil por parte de la chica -a la que ha tenido acceso IDEAL-, no llegaron a firmar ningún contrato, pero establecieron un acuerdo verbal por el que Alejandra debía pagar 100 euros al mes para que cuidasen de Odín. Tal y como ha explicado la joven a este periódico, conocía a la propietaria de este negocio porque había colaborado con ella en la recogida de otros animales y sabía que se dedicaba a esto.
El informe del veterinario constató que el cuerpo no correspondía a su perro tras pasar el lector del chip a los restos que le entregaron a Alejandra. «No sé si mi perro sigue vivo o cuánto tiempo puede llevar muerto», dice.
Intentó visitar en distintas ocasiones a Odín, pero la responsable nunca le dejó entrar en las instalaciones, situadas en un cortijo en Los Tablazos, urbanización de Moraleda de Zafayona en la que la mujer vivía con una quincena más de perros que la gente dejaba por situaciones similares a la que se encontraba Alejandra. «Me decía que el perro era muy nervioso y que iba a ser negativo para él tener contacto conmigo», asegura. Cuando le pedía fotos del animal, le ponía excusas y tardaba en contestarle. La última imagen que recibió de su podenco fue en abril. «Me respondía que Odín estaba bien, que no me preocupase», añade.
Un cementerio de perros
Alejandra explica con detalle lo que vio cuando fue a por los restos de Odín junto a su madre. El terreno estaba lleno de excrementos. Como aparece reflejado en la denuncia interpuesta por la joven, había «una quincena de animales en estado de insalubridad y falta de higiene». Pero su relato no acaba ahí. Afirma que el patio estaba lleno de otros cadáveres y restos de perros envueltos en mantas y plásticos en avanzado estado de descomposición.
Tras denunciar los hechos ante la Guardia Civil, la Benemérita asegura que va a investigar lo sucedido. Ahora, lo único que Alejandra quiere es recuperar a su perro o, al menos, sus verdaderos restos para poder despedirse de Odín como merece.
Este periódico ha contactado con un familiar de la responsable de la residencia canina y ha afirmado que tiene un contrato con la asociación Pro-derecho del Animal, motivo por el que se encarga de la acogida de perros en su casa. También ha declarado que Odín murió «de forma natural» y que «no le entregó los restos antes porque tenía problemas familiares» que se lo impidieron. Pese a las negativas de la denunciante de que ese no era su perro, ha insistido en que el cuerpo correspondía a Odín y que «desconoce el motivo por el que ya no tenía chip cuando lo llevaron al veterinario». También ha defendido que los cádaveres de animales encontrados corresponden a anteriores perros que pertenecían a la responsable del lugar.
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