David Modas, el titán que resiste en La Chana tras 50 años
En pie desde 1976 ·
Esta emblemática tienda de ropa sigue al pie del cañón en la calle Sagrada Familia, la más comercial de La Chana, donde en muy poco tiempo han desaparecido varios negocios de toda la vidaSara Bárcena
Miércoles, 15 de febrero 2023, 16:31
Corría el año 1976. La Chana era entonces un barrio en pleno crecimiento y la calle Sagrada Familia se constituía como su núcleo comercial. Negocios ... de todo tipo empezaban a levantar la persiana y dar vida a esta zona de la ciudad. Hoy, casi cincuenta años después, David Modas es uno de los pocos que continúa abierto, que sigue sin pasar de moda. Vestidos, blusas, abrigos, trajes… Las últimas tendencias para señora y caballero se encuentran aquí, en una ya emblemática tienda de ropa que cada día lucha contra las crisis y los obstáculos que amenazan al pequeño comercio.
David Modas fue el primer hijo de Juan e Inmaculada. Con apenas 14 años, él ya estaba de aprendiz en Almacenes Vázquez, ya «tenía una escuela» y sabía lo que le gustaba; ella, trabajaba en Tejidos Juan Jesús Hernández, que era su hermano. «Cuando salí de la mili, mi mujer y yo estábamos de novios. Tendríamos 16 y 17 años y dejamos nuestros trabajos para poner una tienda juntos en la acera de enfrente -cuenta Juan-. Nuestros padres nos ayudaron en lo que pudieron y nos pusimos a pedir fiado para que nos prestaran prendas». Poco después, se trasladaron al local actual. «Éramos dos críos cogidos de la mano intentando salir adelante», recuerda.
Para este granadino, La Chana es un barrio digno en el que vivir y prosperar, «muy bueno, aunque sea de tipo medio-bajo, comodísimo». «Lo único malo es el nombre», apunta el hasta hace poco regente de este negocio familiar, que en los últimos tiempos ha visto cerrar definitivamente a varios negocios de toda la vida a su alrededor. Es más, según sus cuentas, a día de hoy tan solo se mantienen cuatro o cinco de su época, como Electrodomésticos Merino, Muebles Ángel Muñoz y Cafetería Morales. Desde su experiencia, la clave del éxito y la supervivencia de David Modas no es más que funcionar «día a día, poco a poco, con mucho tesón, con muchas ganas de trabajar y con mucha amabilidad».
A pesar de estar ya fuera de servicio, Juan sigue acercándose a la tienda cada mañana para echar una mano con las cuentas. La que realmente tiene la sartén por el mango a día de hoy es su hija, que también se llama Inmaculada, como la madre, y que ha decidido reinventarse para mantener a sus clientes de siempre y atraer a nuevos. Aunque para su padre era «una ilusión grandísima» que ella estudiara, Inma siempre tuvo claro que le gustaba la ropa y que quería dedicarse al mundo de la moda. «Yo se lo he dejado todo, el local y una clientela antigua, y ella es una buena profesional», asegura con orgullo.
La importancia del 'tú a tú'
En David Modas, el trato al cliente está lleno de cariño. «Atendemos con otro primor, otra forma de ser. El 'tú a tú' es muy importante -insiste Juan-. Si vas a El Corte Inglés o a tiendas como Zara, los dependientes no te hacen ni caso. Tú te atiendes sola y eso no puede ser. Necesitas a alguien que te asesore». Sin embargo, Inma, que se ha curtido como dependienta en numerosas franquicias de ropa, aquí hace de todo. «Mi hija tiene que hacer de dependienta, de psicóloga, de estilista… Acompaña a los clientes en todos los sentidos», subraya su padre.
Siendo sinceros, no podría ser de otra manera. Las tablas que ella tiene en el mostrador, desde donde durante años ha aprendido de sus padres, no todo el mundo las tiene. «La verdad es que, al principio, de los 16 a los 18 años, les di mucha guerra. Mi padre me echaba cada dos por tres porque no hacía nada. Entonces, me buscaba la vida en Zara o en Bershka y luego volvía, hasta que me centré y tuve claro que quería trabajar aquí», confiesa Inma, que desde hace veinte años no ha fallado un día. «Tres barrigas y tres cesáreas, tres chiquillos que atender, y siempre he estado aquí, partiéndome el lomo», asevera.
Hace unos años, decidió abrir un perfil de la tienda en Facebook, «por el reclamo», y hace menos, en Instagram, pero la realidad es que sus clientes prefieren ir directamente a verla y que ella les enseñe lo que hay. «Todos nuestros productos son locales, nada es importado. La gente de los pueblos viene expresamente, e incluso algunos de Barcelona o Menorca. Tenemos el cliente hecho», agradece Inma, que a día de hoy no puede estar más feliz con su trabajo. «Sí, es mi trabajo, pero también es lo que más me gusta en el mundo y lo disfruto mucho -señala-. Casi todas las vecinas son nuestras clientas y, muchas, también amigas. Eso es lo bonito, que David Modas va más allá de una tienda de ropa. Hoy somos todos una gran familia».
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