El curso más difícil para alquilar en Granada: menos pisos y un 10% más caros
La reducción de la oferta de alquiler y los incrementos de precios complican el panorama a 21.000 estudiantes de la UGR
Mercedes Navarrete
Domingo, 3 de septiembre 2023, 23:53
Granada tiene más estudiantes universitarios de fuera de la provincia que camas para alojarlos. El sector privado ha detectado la necesidad creciente de plazas en ... la ciudad universitaria por excelencia de Andalucía y tiene en marcha nuevos proyectos de residencias que sumarán 1.113 nuevas camas para finales de 2024. Pero mientras la oferta de las residencias crece, la de pisos mengua. La realidad es que los grupos de universitarios que buscan vivienda de alquiler compartida lo están teniendo más difícil que nunca en este nuevo curso 2023-2024, marcado además por los precios récord de los arrendamientos.
Más de la mitad de los 47.000 estudiantes de grado de la UGR, son de fuera de Granada, los estudiantes de los máster crecen cada curso y los colegios mayores y residencias por el momento pueden albergar a poco más de dos mil estudiantes. Por tanto, más de 21.000 universitarios son potenciales arrendatarios en la ciudad de La Alhambra. Una demanda creciente que choca frontalmente con la progresiva reducción del parque de pisos de alquiler que sufre la capital en los dos últimos años.
La recuperación del mercado de los pisos turísticos tras la pandemia que ha retirado pisos del alquiler tradicional, la competencia por la llegada otros trabajadores y familias a la capital y la incertidumbre ante la nueva Ley de la vivienda, que ha hecho que algunos propietarios también opten por sacar sus pisos del mercado, son algunos de los factores que han contribuido a reducir la oferta. Por contra la demanda del alquiler sube en un escenario inflacionista y de subida de los tipos de interés, que encarece las hipotecas y complica el acceso a una vivienda en propiedad. Una tormenta perfecta que hace que Granada capital tenga menos pisos de alquiler y más caros que nunca.
El director de estudios del portal inmobiliario Pisos.com, Ferran Font, remarca que el desequilibrio en el mercado está haciendo que los precios suban de forma muy destacada en toda España y en especial en las ciudades más turísticas. Los precios del alquiler han crecido un 10% interanual en Granada, según los últimos datos de agosto, por encima media nacional del 7% pero lejos de otras ciudades como Málaga, donde los alquileres se han disparado un 20%.
«Al final este desequilibrio hace que suba la competencia para acceder a una vivienda. Ahora la lista de demandantes es más larga y el propietario apuesta por el que le da más seguridad así que los que lo tienen más complicado son precisamente los que más lo necesitan, familias con menos ingresos, jóvenes que quieren emanciparse o los estudiantes que tienen que optar por el alquiler compartido», incide Font.
El auge de Cartuja
El termómetro del sector inmobiliario local constata esta subida media del 10% del precio de los alquileres para este curso, aunque en las viviendas de más calidad o mejor ubicadas la renta ha llegado a incrementarse un 25% de golpe, según explica el presidente de la Asociación de Inmobiliarias de Granada, Joaquín Castellón.
«Un piso de tres dormitorios que hace dos años se alquilaba por unos 600 euros ya se acerca a los mil euros y los cuatro dormitorios se van a 1.300 euros. Hay zonas como Cartuja que antes no la querían y ahora está cogiendo mucha fuerza. Los pisos tres dormitorios están aquí ya a 700 o 750 euros», analiza.
En su inmobiliaria, CG, la cartera de pisos de alquiler este año se ha reducido a la mitad y a estas alturas, con el inicio del curso a la vuelta de la esquina, aún reciben llamadas de estudiantes buscando alojamiento. «Pero no tenemos disponibles, lo que sacamos, vuela», apunta.
La puerta de la inmobiliaria JP, en la calle Sócrates, es otra de las habituales a la que suelen llamar los estudiantes buscando ayuda. «Hay mucha demanda y no logramos satisfacerla toda porque muchísimos estudiantes, inquilinos que no han terminado sus estudios, renuevan los contratos y no dejan los pisos», explica su propietaria, Julia Pahomi. A la profesional no le gusta la etiqueta de piso para estudiantes, y su experiencia es que los propietarios con los que trabajan están haciendo un gran esfuerzo por arreglar y decorar las viviendas para dar mas calidad.
Dar para recibir
«A todos nos gusta vivir en un entorno bonito y cómodo. Es necesario adaptar los pisos y los propietarios lo están haciendo, la subida de precios del alquiler también es consecuencia de esto. Buscan buenos inquilinos y para exigir saben que tienen que dar… Una vivienda bien preparada logra buenos pagadores que van a renovar varios cursos. El que vive en un buen entorno te devuelve un piso bien y los gastos a largo plazo son menores», defiende.
La cuestión es que estos pisos buenos y bonitos –la tercera b ya no puede ser– ni siquiera llegan a anunciarse en los portales, ya que el que los coge no los suelta hasta que termina la carrera y después lo pasa a amigos. «Cuando el grupo se rompe nos mandan a otro interesado y si han sido buenos y cuidadosos tenemos en cuenta sus referencias», esgrime la profesional.
La experiencia de la inmobiliaria CyE, sin embargo, es que el que el parque de los pisos tradicionales para estudiantes en zonas como Pedro Antonio, San Juan de Dios, Triunfo o Pajaritos necesita mejoras. «Y algunos dueños no las acometen porque saben que los van a alquilar de todas maneras», lamenta Carlos Cabezas, propietario de esta inmobiliaria. «Hay muchos profesionales que están viniendo a Granada, como informáticos y están saliendo menos viviendas al mercado por lo que los estudiantes lo tienen más difícil», señala.
Desde la empresa gestora de viviendas Alquirelax, por su parte, detectan un importante repunte de la modalidad de alquiler por habitaciones en el último año y no solo para inquilinos estudiantes o jóvenes que buscan el primer empleo, sino entre otros perfiles mayores. Alquirelax ha analizado los datos de alquileres del portal Idealista y ha concluido que esta modalidad del alquiler por habitaciones ha crecido un 49% de media y que el precio de estas habitaciones ha subido un 8%. La media de edad del inquilino del piso alquilado por habitaciones es de 27 años en Granada. «Ante el miedo a que les puedan controlar los precios y que no puedan actualizar rentas más propietarios se están pasando al alquiler por habitaciones que no está sometido a la ley que regula los alquileres sino a lo pactado entre las partes, y al Código Civil. Hay propietarios que se sienten más libres así», explican desde la empresa.
La Universidad muestra su preocupación por los precios y la calidad y prepara medidas
La Universidad de Granada es plenamente consciente de que el reto de encontrar alojamiento en la ciudad es cada vez mayor para sus estudiantes. «Cada vez hay menos pisos y son más caros. Es una realidad que nos preocupa muchísimo y en la que vamos a empezar a trabajar, es una de las prioridades del rector Pedro Mercado», explica a IDEAL la directora de la Unidad de Becas y Servicio a Estudiantes de la UGR, Ana María Cruz. Entre las medidas que quieren tomar a corto plazo está la mejora del actual servicio de alojamiento de la web de la UGR, en el que en estos momentos figura una oferta de unos veinte pisos y habitaciones sueltas. Además quieren potenciar el sello de calidad de la UGR que dé garantías y certifique el buen estado de estos alojamientos y los extienda también a pisos del Área Metropolitana.
«El alojamiento compartido de estudiantes con personas mayores se acabó con la pandemia y es otra fórmula que no gustaría potenciar haciendo de enlace porque creemos que es beneficiosa para las dos partes», apunta Cruz.
Por su parte, el coordinador general de Estudiantes de la UGR, Lucas Cagigas, explica que no han hecho un sondeo ni encuesta para conocer en profundidad el estado de alojamientos, pero la sensación generalizada de los estudiantes es de que se ha convertido en una gran dificultad. Sobre los precios señala que solo hay que mirar las diferentes páginas webs para comprobar que han subido mucho en los últimos años y más aún en este último.
El colectivo estudiantil asegura además que las condiciones en las que se alquilan esos alojamientos y por las que se han quejado en años anteriores no han variado a pesar de la considerable subida de precios. «En resumen los pisos son muy caros y no tienen las mejores condiciones. Pretendemos trabajar a lo largo de este curso con el nuevo rector para potenciar el sello de calidad de los pisos y, además, que se utilice más el servicio de pisos UGR», avanza Cagigas.
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